Rajoy, obligado a una nueva pol¨ªtica sobre Catalu?a y la corrupci¨®n
El Gobierno quiere hablar otra vez de econom¨ªa y piensa en la campa?a de 2015
Mariano Rajoy ten¨ªa un plan, pero no ha salido bien. A estas alturas del a?o, el Gobierno quer¨ªa estar ya rematando los datos de un nuevo ambiente econ¨®mico para enfilar el arranque de 2015 con la bajada de impuestos, que los ciudadanos notar¨¢n ya en su n¨®mina de enero, y as¨ª colocarse en posici¨®n ¨®ptima para el a?o electoral clave, con los comicios locales y auton¨®micos en mayo. Pero todo ha ido mal. La valoraci¨®n del Gobierno y de su presidente es la peor de la legislatura, el PP se hunde en las encuestas y la recuperaci¨®n econ¨®mica no est¨¢ ni mucho menos en primer plano. ?Qu¨¦ ha pasado?
El Gobierno tiene claro que la corrupci¨®n, en especial, pero tambi¨¦n su gesti¨®n de la crisis catalana, han hundido los planes. As¨ª que Mariano Rajoy y su equipo afrontan una semana clave en la que pretenden dar un giro radical a su estrategia con la intenci¨®n de resolver o al menos aplacar estos dos asuntos y tratar de que la econom¨ªa vuelva al primer plano.
El Gobierno ya est¨¢ preparando una catarata de datos el tercer aniversario de la investidura, el 19 de diciembre. Para entonces a¨²n habr¨¢ m¨¢s paro que el que se encontr¨® cuando lleg¨®, pero La Moncloa buscar¨¢ otros datos, como el crecimiento econ¨®mico, la prima de riesgo, o la creaci¨®n de empleo.
Una semana clave
La pr¨®xima semana se prev¨¦ clave para el futuro de las relaciones entre el Gobierno y Catalu?a.
Martes 25. Artur Mas revela sus planes tras la consulta alternativa. La gran duda es si convocar¨¢ o no elecciones anticipadas. El mismo d¨ªa, Mariano Rajoy comparece en el Senado y, previsiblemente, contestar¨¢ al presidente catal¨¢n.
Jueves 27. El presidente del Gobierno tiene previsto pronunciar en el Congreso un discurso sobre corrupci¨®n en el que, seg¨²n fuentes de La Moncloa, anunciar¨¢ medidas novedosas contra la corrupci¨®n y de transparencia.
S¨¢bado 29. Rajoy viaja a Catalu?a para participar en un acto de partido en el que lanzar¨¢ una oferta a los catalanes y el mensaje de que el Gobierno sigue trabajando en la comunidad.
El presidente, que ha minimizado siempre el efecto electoral que pod¨ªa tener la corrupci¨®n ¡ªlleg¨® a hablar de ¡°unas pocas cosas¡±¡ª ha entendido ahora que el deterioro de la marca PP y de su propia imagen es enorme ¡ªel 86,6% de los espa?oles conf¨ªan ¡°poco o nada¡± en ¨¦l¡ª y ha fijado para este jueves 27 el d¨ªa de su gran discurso sobre corrupci¨®n en el Congreso. En principio, Rajoy solo ten¨ªa previsto defender all¨ª las dos leyes que llevan meses en la C¨¢mara, una sobre altos cargos y otra sobre el r¨¦gimen financiero de los partidos, que vetar¨¢ las donaciones de empresas y obligar¨¢ a comparecer a los tesoreros. Sin embargo, fuentes del Ejecutivo aseguran que en La Moncloa se est¨¢ preparando un gran discurso con medidas novedosas sobre corrupci¨®n y transparencia, probablemente algunas de las que el PP ha venido rechazando en los ¨²ltimos a?os. Rajoy dijo que iba a ¡°tomar la iniciativa¡± y en La Moncloa aseguran que habr¨¢ sorpresas en sus anuncios.
En la misma semana, el s¨¢bado 29, Rajoy protagonizar¨¢ otro giro sobre el otro gran asunto: Catalu?a. Tambi¨¦n aqu¨ª, el presidente confi¨® en que el paso del tiempo reducir¨ªa la presi¨®n. Pero ahora ha admitido p¨²blicamente su error. ¡°Tendr¨¦ que explicar mejor que hasta ahora mis razones¡±, dijo en Brisbane (Australia).
Alicia S¨¢nchez Camacho, l¨ªder del PP catal¨¢n, expuso el mi¨¦rcoles con gran crudeza ante la c¨²pula de su partido un informe de la situaci¨®n para convencer a Rajoy de la necesidad de ese giro y de lanzar una oferta a los catalanes.
En el Gobierno y el PP se insiste en que el independentismo no es mayoritario en Catalu?a pero est¨¢ asumido que est¨¢ ganando el debate. Y la decisi¨®n de Rajoy de buscar siempre un perfil bajo y tardar tres d¨ªas en comparecer tras el 9-N est¨¢ internamente asumida como un error.
El presidente ha decidido acudir a Barcelona el s¨¢bado para cambiar su discurso y lanzar una oferta a los catalanes y un proyecto atractivo, como le reclaman muchos en el PP, especialmente en el catal¨¢n. A¨²n as¨ª el presidente ha decidido hacerlo en un acto de partido, siempre con menor impacto que uno de Gobierno.
Rajoy no aceptar¨¢ nunca negociar un refer¨¦ndum definitivo pero s¨ª tiene mucha presi¨®n para ofrecer algo, en la l¨ªnea de los 23 puntos que le plante¨® Artur Mas en La Moncloa, que pueda servir para cambiar la imagen del PP en Catalu?a y conectar con los millones de catalanes que no est¨¢n de acuerdo con el independentismo pero buscan un cambio en el status quo.
Rajoy pens¨® en ir este fin de semana, pero ha decidido esperar a ver qu¨¦ movimiento hace Artur Mas el martes, si finalmente como muchos creen en La Moncloa convoca elecciones anticipadas o decide agotar la legislatura. El discurso de Rajoy obviamente no ser¨¢ el mismo en uno u otro caso, pero el presidente s¨ª tiene decidido ir a Catalu?a a recuperar presencia del Gobierno y dar la batalla contra el independentismo.
En el informe de S¨¢nchez Camacho se dej¨® claro, seg¨²n fuentes del PP, que Rajoy tiene que moverse para conquistar a la ¡°mayor¨ªa silenciosa¡± que no fue a las urnas el 9-N pero espera una respuesta. Se admite con autocr¨ªtica que el Gobierno y el PP dijeron que no habr¨ªa urnas y las ha habido, por lo que hay que dar una explicaci¨®n. S¨¢nchez Camacho defiende eso s¨ª, como Rajoy, que se actu¨® con sensatez porque una imagen de polic¨ªa retirando urnas habr¨ªa sido letal. La salida en la que trabajan tanto el PP catal¨¢n como La Moncloa es sencilla: intentar salir del monotema de la consulta y convencer a los catalanes de que solo el Gobierno de Rajoy est¨¢ pensando en sus necesidades mientras Mas sigue con el proceso. Por eso Rajoy prepara ya una larga lista de cosas ¡ªsueldos de funcionarios, farmacias, y hasta el ¡°rescate¡± del Teatro del Liceo¡ª que funcionan en Catalu?a porque el Gobierno ha decidido acudir al rescate.
El presidente recibe en sus viajes el respaldo que le falta en Espa?a
Mariano Rajoy se subi¨® el jueves a un avi¨®n camino de Brisbane (Australia) en las peores condiciones pol¨ªticas posibles: las cr¨ªticas externas y sobre todo internas en el PP a su gesti¨®n de la corrupci¨®n y de Catalu?a eran crecientes, Artur Mas le hab¨ªa ganado la partida el 9-N, la fiscal¨ªa mostraba su divisi¨®n interna, la sucesi¨®n de esc¨¢ndalos ha hundido su imagen en este oto?o y la gran convenci¨®n del PP en C¨¢ceres para intentar recuperar impulso qued¨® totalmente oscurecida por el esc¨¢ndalo de los viajes de Jos¨¦ Antonio Monago. Y sin embargo nada m¨¢s aterrizar, tras casi 24 horas de trayecto, Rajoy se encontr¨® en una balsa. Cada vez con m¨¢s frecuencia, y ha sido muy evidente en el G-20 en Brisbane, Rajoy recibe en sus viajes el respaldo pol¨ªtico que le falta en Espa?a.
Nada m¨¢s aterrizar cen¨® en el mismo sitio que David Cameron y ya vio que las cosas en Australia iban a ser diferentes que en Madrid. Al d¨ªa siguiente, el primer ministro australiano, Tony Abbott, le invit¨® a ser el primer orador del G-20 para que explicara sus ¡°impresionantes reformas¡±. ¡°Espa?a ha sufrido mucho pero ha hecho un gran trabajo¡±, dijo. Rajoy y Espa?a se han convertido en la ¡°historia de ¨¦xito¡± que necesitaban tanto la Comisi¨®n Europea como la canciller alemana, Angela Merkel, criticadas en todo el mundo por su apuesta por la austeridad. El crecimiento de la econom¨ªa espa?ola, a¨²n d¨¦bil, es superior al de otros socios d¨ªscolos y gobernados por la izquierda como Italia y Francia.
Rajoy ha cumplido lo que le han pedido, especialmente con la reforma laboral, que ha forzado la bajada de salarios, la de las pensiones y los recortes en sanidad y educaci¨®n. Ha asumido el coste pol¨ªtico y eso se valora fuera, explican fuentes del Gobierno. Y ahora, respaldado por Merkel y por la mejor¨ªa de datos econ¨®micos, Rajoy viaja de manera diferente a la de 2012 o 2013. ¡°Antes Obama se acercaba preocupado, el rescate a Espa?a pod¨ªa hundir su reelecci¨®n. Ahora todos tratan a Rajoy como un socio fiable¡±, se?alan en el Gobierno. Todos detectan un cambio muy notable desde que Merkel, en el viaje a Santiago de Compostela en septiembre, dej¨® claro al mundo que Rajoy es su socio natural, frente a sus rivales Matteo Renzi y Fran?ois Hollande.
Ddespu¨¦s de tres a?os de viajes y cumbres, el presidente va desarrollando relaciones personales, aunque siempre con la dificultad com¨²n a todos los presidentes espa?oles de que las reuniones de trabajo son con int¨¦rprete porque su ingl¨¦s no le permite m¨¢s que conversaciones informales muy breves.
Rajoy ha seguido la estrategia de evitar problemas. Eso s¨ª,sigue evitando un perfil alto en pol¨ªtica internacional. En Brisbane se limit¨® a ironizar sobre el papel ¡°poco activo¡± de Vladimir Putin, pero sin criticarle abiertamente. Rajoy nunca entra al choque. Se ha hecho amigo de gente en las ant¨ªpodas ideol¨®gicas como Rafael Correa. Evita discutir con los dirigentes bolivarianos. Y ha resuelto los problemas despu¨¦s de la nacionalizaci¨®n de YPF incluso con Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, con quien se habr¨ªa visto en Australia si no fuera porque una enfermedad le impidi¨® viajar. ¡°No tenemos ning¨²n problema con Espa?a, apoyamos su entrada en el Consejo de Seguridad¡±, se?alaba a EL PA?S en los pasillos de la cumbre el canciller argentino, H¨¦ctor Timerman.
Rajoy no quiere problemas pero tampoco protagonismo. Mientras otros grandes l¨ªderes como la propia Merkel o el chino Xi Jinping segu¨ªan en Australia despu¨¦s del G-20 buscando acuerdos comerciales, Rajoy se march¨® r¨¢pidamente y ni siquiera busc¨® escalas antes o despu¨¦s, como es habitual en viajes as¨ª.
Rajoy viaja solo lo imprescindible, siempre sin periodistas en el avi¨®n y buscando un perfil bajo de socio fiable que no da problemas. Con esa estrategia y su pragmatismo, que le ha llevado incluso a honrar a un dictador como Teodoro Obiang viajando hasta Guinea Ecuatorial o a cambiar la legislaci¨®n de justicia universal para agradar a China, ha logrado su gran objetivo: volver al Consejo de Seguridad de la ONU. Y poco a poco hacerse un sitio en todas las grandes reuniones internacionales y en las fotos. Para eso cuenta con la ayuda de Jorge Moragas, su jefe de Gabinete, que en Brisbane avis¨® a Obama de que Rajoy quer¨ªa saludarle para lograr la buscada foto. El presidente ha convertido as¨ª sus viajes en una forma de respiro de la batalla espa?ola. Pero cuando vuelve, los problemas siguen ah¨ª.
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