Margallo intentar¨¢ convencer a Castro de que asista a la cumbre de Veracruz
El ¨¦xito del encuentro iberoamericano es clave de la pol¨ªtica exterior espa?ola
El ministro espa?ol de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, intentar¨¢ asegurar este martes la asistencia del presidente cubano, Ra¨²l Castro, con quien tiene previsto entrevistarse antes de abandonar la isla, a la Cumbre Iberoamericana de Veracruz (M¨¦xico), el 8 y 9 de diciembre. Hace m¨¢s de una d¨¦cada que un l¨ªder cubano no acude a estas cumbres, por lo que Margallo cree que la presencia de Castro, que podr¨ªa arrastrar a otros mandatarios latinoamericanos, ser¨ªa ¡°la prueba del nueve¡± del renacimiento de un foro nacido bajo el impulso de Espa?a en 1991.
Tras haber logrado un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, el ¨¦xito de la cumbre de Veracruz, la primera a la que acudir¨¢ Felipe VI, es el gran objetivo de la pol¨ªtica exterior espa?ola. Despu¨¦s de que las cumbres iberoamericanas languidecieran en los ¨²ltimos a?os por el desinter¨¦s de muchos presidentes de la zona, Margallo aspira a que haya ¡°un pleno¡± de asistencia en Veracruz que marque un punto de inflexi¨®n.
El ministro es consciente del recelo que su visita a La Habana y su acercamiento ¡°desideologizado¡± a Cuba provoca en su propio partido, que fue muy beligerante con la aproximaci¨®n de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a Castro, por lo que se esfuerza en explicar que el peso de Espa?a en el mundo depende en buena medida de su influencia en Am¨¦rica Latina y no es posible tenerla, alegan fuentes de su entorno, dando la espalda a Cuba. La Habana ha roto su secular aislamiento internacional, no solo por el apoyo de los pa¨ªses del eje bolivariano, sino tambi¨¦n de potencias regionales como Brasil o Argentina, hasta el punto de que muchos han amenazado con plantar al presidente estadounidense, Barack Obama, en la Cumbre de las Am¨¦ricas, en Panam¨¢ en 2015, si no se invita a Castro.
Adem¨¢s, la diplomacia espa?ola est¨¢ convencida de que ¡°algo empieza a moverse en Cuba¡± y de que Espa?a debe estar presente si quiere influir en el futuro. No se trata de cambios pol¨ªticos, que no se atisban en el horizonte inmediato, sino sociales ¡ªcon la liberalizaci¨®n de los viajes al extranjero y la aparici¨®n de una nueva clase de peque?os empresarios, los cuentapropistas¡ª y, sobre todo, econ¨®micos.
Margallo ha pulsado la opini¨®n de la jerarqu¨ªa cat¨®lica, con varios de cuyos obispos cen¨® el domingo. Y ayer escuch¨® las quejas de unos 25 empresarios en representaci¨®n de las m¨¢s de 300 compa?¨ªas espa?olas ¡ªcasi todas, peque?as y medianas¡ª que operan en este pa¨ªs. Aunque se ha aprobado una Ley de Inversi¨®n Extranjera para atraer al capital for¨¢neo, subsisten incertidumbres y obst¨¢culos. Entre otros, la existencia de dos monedas, el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC), que dificultan el pago en divisas; o la imposibilidad de contratar directamente a empleados locales.
Margallo ha tenido ocasi¨®n de trasladar estas quejas a dos de sus interlocutores cubanos: el vicepresidente del Consejo de Ministros, Ricardo Cabrisas, y al titular de Comercio Exterior, Rodrigo Malmierca.
Elogio del pluralismo en La Habana
¡°La tentaci¨®n de imponer un proyecto ¨²nico a todos los ciudadanos es grande. Y lo es tanto por parte del Estado como por parte de otros grupos. Es muy dif¨ªcil convencerse de que el pluralismo es una riqueza, de que otros puedan tener un punto de vista distinto, del que se puede aprender y con el que hay que convivir¡±.
Margallo no se ha referido ni una sola vez a Cuba en el discurso sobre la transici¨®n espa?ola que ha pronunciado este lunes en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales de La Habana, el centro donde se forman los diplom¨¢ticos cubanos.
Pero, a buen entendedor sobran palabras. Nadie ha dudado de a qu¨¦ se refer¨ªa cuando ha elogiado los valores del consenso y la concordia, ha recordado que el restablecimiento de las libertades de reuni¨®n y expresi¨®n fue previo a las primeras elecciones democr¨¢ticas o ha subrayado la importancia que tuvo la aprobaci¨®n por Espa?a en 1976 de los pactos de Derechos Civiles y Pol¨ªticos o de Derechos Econ¨®micos, Sociales y Culturales de la ONU. Dos pactos que Cuba ha aprobado, pero a¨²n no ha ratificado.
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