Carmina Virgili, defensora de la libertad y la inteligencia
La catedr¨¢tica de Geolog¨ªa fue secretaria de Estado de Universidades del primer Gobierno del PSOE
El peri¨®dico del pasado domingo me trajo una trist¨ªsima noticia. En la p¨¢gina 20, abajo a la derecha, hab¨ªa una esquela, peque?ita, en la que Carmina Virgili, porque estoy seguro de que la ha redactado ella, se desped¨ªa de todos nosotros, de sus ¡°amigos, compa?eros, alumnos, colegas y familiares¡±. Hac¨ªa meses que no sab¨ªa de ella. Cuando abandon¨¦ la Secretar¨ªa General del PSOE me hice una lista de la gente con la que quer¨ªa reencontrarme, personas que hab¨ªan supuesto mucho en mi vida y a las que hab¨ªa dejado de ver por mi absorbente dedicaci¨®n a la pol¨ªtica. Carmina estaba en esa lista. A ella quer¨ªa, entre otras cosas, darle las gracias. Porque de su mano llegu¨¦ a mi primer puesto pol¨ªtico: me nombr¨® jefe de su gabinete cuando ella accedi¨® al cargo de Secretaria de Estado de Universidades e Investigaci¨®n. Pero, sobre todo, porque a lo largo de los a?os que he dedicado a la pol¨ªtica nunca me ha faltado su cari?o, su aliento. Nunca. Sirvan estas l¨ªneas para contar lo que me habr¨ªa gustado decirle a ella por si al final la raz¨®n est¨¢ de mi parte y no es posible que podamos reencontrarnos en el futuro.
Carmina abandon¨® su c¨¢tedra de Geolog¨ªa en la universidad para dedicar unos a?os de su vida a la pol¨ªtica. A la pol¨ªtica universitaria en el equipo del ministro Maravall. Dej¨® una de sus pasiones, ense?ar Geolog¨ªa, para hacer honor a un compromiso pol¨ªtico que le hab¨ªa llevado a militar en el socialismo democr¨¢tico durante los tiempos de la dictadura. Defensora a ultranza de la autonom¨ªa de unas universidades que siempre concibi¨® como instituciones docentes e investigadoras ¡ªuna universidad que no investiga no merece tal nombre, sol¨ªa decir¡ª la Ley de Reforma Universitaria le debe mucho a su inteligencia, su tes¨®n y su capacidad de trabajo.
Carmina era catalana y catalanista. Recuerdo la pasi¨®n con la que se dedic¨®, con la que nos implic¨®, en la organizaci¨®n del Congreso de Cultura Catalana en Madrid ¡ªestoy hablando del a?o 1976¡ª para disipar falsos t¨®picos y estereotipos que envenenaban la visi¨®n que ¡°aqu¨ª¡± ten¨ªamos de lo que en realidad se pensaba y sent¨ªa ¡°all¨ª¡±. Fue Carmina la que me explic¨® por primera vez lo que sufr¨ªa una ni?a catalanohablante cuando en la escuela la obligaban a hablar todo el tiempo en castellano, la prohib¨ªan expresarse en catal¨¢n. De ella aprend¨ª a respetar, proteger y querer el catal¨¢n por lo que es: una lengua que nos enriquece a todos los espa?oles.
Pero Carmina fue m¨¢s, mucho m¨¢s. Fue una mujer que se tuvo que abrir paso superando infinidad de obst¨¢culos en mundos ferozmente masculinos; primero en el de los catedr¨¢ticos universitarios, despu¨¦s en el de la pol¨ªtica. Catedr¨¢tica, creo que la primera en Espa?a en su especialidad, secretaria de Estado, una de las primeras en la democracia espa?ola, nunca dej¨® de recordarnos que no pod¨ªamos llenarnos la boca hablando de igualdad y olvidarnos de quienes a nuestro lado ten¨ªan vedados, en la pr¨¢ctica, derechos y oportunidades por el simple hecho de haber nacido mujeres.
S¨¦ que viv¨ªa estos ¨²ltimos tiempos con una zozobra que comparto. Por supuesto y sobre todo, por el futuro. Pero un poco tambi¨¦n por el pasado. El suyo, muy parecido al de muchos que como ella llegamos a la pol¨ªtica de la mano exclusivamente de nuestro compromiso, ahora parece que se quiere reescribir. Yo, Carmina, tratar¨¦ de que no sea as¨ª. Con el mismo sentido cr¨ªtico que nos llev¨® a no aceptar una realidad injusta, luchar¨¦ para dejar claro que quienes defendimos la libertad no prorrogamos ning¨²n r¨¦gimen, sino que acabamos con ¨¦l, con el ¨²nico r¨¦gimen que hemos sufrido los espa?oles. Explicar¨¦ que nos dotamos de una Constituci¨®n para acabar con los privilegios, no para crearlos. Defender¨¦ la dignidad de quienes, como t¨², llegamos a la pol¨ªtica para servir, y no para servirnos. Estoy seguro de que en esa tarea no estar¨¦ solo. Como lo estoy de que, al final, esa parte de tu historia, de nuestra historia, quedar¨¢ escrita con sus errores, por supuesto, pero, sobre todo, como lo que ha sido: una etapa de libertad, de convivencia y de progreso.
Carmina, catedr¨¢tica, socialista, catalana, espa?ola, amiga y extraordinaria persona, descansa en paz.
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