?Sabemos?

?Sabemos lo que propone Podemos? ?Conocemos su modelo de sociedad, su programa econ¨®mico, su tendencia pol¨ªtica? Esta es la cuesti¨®n: todos los partidos, medios de informaci¨®n, institutos de sondeos, preocupados por Podemos y nadie sabe exactamente lo que dicen o piensan. Por el momento, m¨¢s que un partido, un partido m¨¢s, lo interesante es considerarlo como un fen¨®meno social. Veremos si se consolida como partido pero, como fen¨®meno social, ocupa ya un lugar en la historia porque ha servido para reflejar determinados aspectos de la realidad pol¨ªtica espa?ola. Veamos algunos.

Los mejores ciudadanos no deciden dedicarse a la pol¨ªtica, habr¨ªa que preguntarse el porqu¨¦

En primer lugar, la debilidad de los dos grandes partidos, la desconfianza que generan en muchos de sus votantes. En los ¨²ltimos 20 a?os, ha sido visible que las antes poderosas estructuras partidarias, con dirigentes que suscitaban la adhesi¨®n de millones de ciudadanos, han ido qued¨¢ndose empeque?ecidas, sin ideas, sin personalidad propia, sin proyecto, para convertirse en meras m¨¢quinas burocr¨¢ticas y de gesti¨®n. Los mejores ciudadanos no deciden dedicarse a la pol¨ªtica, habr¨ªa que preguntarse el porqu¨¦.

En segundo lugar, Podemos refleja tambi¨¦n la enorme influencia de la televisi¨®n y, en concreto, de los shows televisivos disfrazados de tertulias, debates e, incluso, noticiarios. Ah¨ª empez¨® a ser conocido Pablo Iglesias y desde ah¨ª difundi¨® propaganda de su candidatura a las elecciones europeas. Habr¨ªa que preguntarse si estos programas-show son la mejor escuela para interesarse por los asuntos p¨²blicos, si las ideas son expuestas de forma razonada por quienes las defienden o, simplemente, si el m¨¢s convincente es el m¨¢s vociferante y ovacionado. Quiz¨¢s los defectos de nuestra democracia algo tienen que ver con esos tipos de programas.

Muchos ciudadanos deber¨ªan mirarse al espejo y responder si su informaci¨®n pol¨ªtica les llega s¨®lo por la telebasura

En tercer lugar, Podemos tambi¨¦n es producto de las redes sociales, entre otros, de los famosos tuits que s¨®lo dejan expresar una idea en 140 caracteres. ?Una idea? ?O una afirmaci¨®n no argumentada? El pensar, el mundo de las ideas, tiene sus principios ¨¦ticos: conocimiento, coherencia, argumentaci¨®n, exactitud¡­ ?Es posible cumplir estos principios en 140 caracteres?

En los ¨²ltimos tiempos se ha criticado mucho a los pol¨ªticos con toda la raz¨®n: se han cometido errores notorios por parte de los gobernantes, sean de uno u otro partido, se ha conocido un grado de corrupci¨®n inasumible y no se han depurado suficientes responsabilidades. Pero tambi¨¦n muchos ciudadanos deber¨ªan mirarse al espejo y responder si su informaci¨®n pol¨ªtica les llega s¨®lo por la telebasura y por los tuits, si ello les basta para opinar y votar.

La calidad de una democracia no se mide s¨®lo por el modo y las condiciones de ejercer el voto sino tambi¨¦n por el grado de formaci¨®n y responsabilidad pol¨ªtica de los votantes. Critiquemos a los pol¨ªticos con la misma vara de medir con la debemos criticarnos a nosotros mismos.