La ampliaci¨®n del permiso de paternidad se aplaza por cuarto a?o
El PP alega causas econ¨®micas, pero CiU calcula que solo costar¨ªa 40 millones m¨¢s al a?o
La ampliaci¨®n del permiso de paternidad de las dos semanas actuales a cuatro, una medida que deb¨ªa haber entrado en vigor en 2011 tras ser aprobada en 2009 por el Congreso, se retrasa por cuarto a?o consecutivo. El PP vot¨® ayer en contra de una moci¨®n de CiU que instaba al Gobierno a implementarla en 2015, con el argumento de que la crisis econ¨®mica obliga a ocuparse de otras prioridades. Durante el debate de la iniciativa, que fue apoyada por toda la oposici¨®n, la portavoz de Igualdad del Grupo Popular reconoci¨® que se trata de un tema "pendiente" que se ha pospuesto en varias ocasiones, pero que es imposible poner en marcha puesto que "existen otros problemas m¨¢s urgentes¡± como las altas tasas de desempleo.
Pero la diputada de CiU Lourdes Ciur¨® cuestion¨® el argumento econ¨®mico poniendo cifras sobre la mesa. Seg¨²n un informe enviado por el propio Gobierno a CiU, cada semana de permiso paterno tiene un coste anual de 110 millones. Eso significa que la ampliaci¨®n de dos a cuatro semanas supondr¨ªa un sobrecoste de 220 millones respecto al gasto actual. Teniendo en cuenta que el Ejecutivo no lleg¨® a gastar 180 de los 2.000 millones presupuestados para bajas de maternidad y paternidad en 2013 por un descenso en la natalidad, Ciur¨® propuso reorientar esos sobrantes para cubrir la ampliaci¨®n en 2015. De esta manera la inversi¨®n se limitar¨ªa a 40 millones. ¡°Esto demuestra que no se trata de un problema econ¨®mico, pues 40 millones es una cantidad perfectamente asumible. Se trata, en realidad, de falta de voluntad pol¨ªtica y una falta de compromiso con la igualdad entre hombres y mujeres¡±, asegura Ciur¨®. ¡°Ni siquiera han aceptado ampliarlo a los padres de beb¨¦s prematuros, que solo suponen uno de cada 13 nacimientos. El coste ser¨ªa m¨ªnimo¡±, lamenta la diputada de CiU.
La portavoz popular reconoci¨® que la implantaci¨®n de esta medida ser¨ªa beneficiosa no solo para aumentar la natalidad en Espa?a, sino tambi¨¦n para ¡°avanzar en la igualdad en el empleo y la corresponsabilidad parental¡±. ¡°Creemos que es mucho m¨¢s igualitario y econ¨®micamente mucho m¨¢s eficiente que el cuidado de los hijos se reparta entre ambos miembros de la pareja¡±, asegur¨®, pero subray¨® que ¡°la situaci¨®n del pa¨ªs, aunque mejor, sigue siendo dif¨ªcil y la prioridad absoluta del Gobierno continua siendo la estabilidad presupuestaria y la creaci¨®n de empleo¡±. ¡°Esto ¨²ltimo es lo que nos demanda la ciudadan¨ªa, que centremos todos nuestros esfuerzos en la creaci¨®n de empleo¡±, dijo.
La Ley de Igualdad de 2007 reconoci¨® por primera vez en Espa?a el derecho de los padres a disfrutar de un permiso propio e intransferible por el nacimiento de un hijo. Entonces se establecieron 13 d¨ªas a cuenta de la Seguridad Social y dos a cargo de la empresa. En 2009, el Congreso aprob¨® ampliar este permiso a cuatro semanas y fij¨® enero de 2011 como fecha de entrada en vigor de esta medida, pero tanto el Gobierno de Zapatero como el de Rajoy han ido aplazando a?o a a?o su implementaci¨®n alegando motivos econ¨®micos.
La ampliaci¨®n de dos a cuatro semanas es solo el primer paso de un objetivo acordado por el Congreso: la equiparaci¨®n total de los permisos de paternidad y maternidad. En octubre de 2012, tambi¨¦n a propuesta de CiU, la Comisi¨®n de Igualdad aprob¨® una proposici¨®n no de ley que ped¨ªa al Gobierno, "cuando la coyuntura econ¨®mica lo permita", aumentar de forma gradual el de los padres hasta llegar a las 16 semanas a las que ahora tienen derecho las madres. Pero por ahora ni siquiera se ha cumplido el primer tramo.
La Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopci¨®n (PPIINA), constituida en 2005, registr¨® en el Congreso en 2012 un proyecto de ley con una hoja de ruta para alcanzar este objetivo. "No podemos seguir retrasando este proceso. Mientras exista una divisi¨®n sexual del trabajo y el cuidado de los hijos, las mujeres seguir¨¢n siendo discriminadas laboralmente y la natalidad seguir¨¢ cayendo", advierte Mar¨ªa Pazos, miembro de la plataforma e investigadora del Instituto de Estudios Fiscales. "Y no vale la excusa de la crisis. El hecho de que se siga aplazando la ampliaci¨®n a cuatro semanas, que tiene un coste rid¨ªculo, es indicativo de que no es un problema de dinero, sino de voluntad real", a?ade.
La PPIINA ha elaborado un documento que recoge precisamente argumentos econ¨®micos en sentido favorable; es decir, por qu¨¦ ser¨ªa rentable econ¨®micamente llegar a la equiparaci¨®n. Por ejemplo, aunque de entrada supone un mayor gasto, la mayor incoporaci¨®n de la mujer al trabajo aumentar¨ªa con el tiempo los ingresos por cotizaciones al Estado. O se reducir¨ªa el gasto en plazas. "No hay ninguna medida que pueda dar m¨¢s beneficios con un coste tan bajo. Si cada vez hay m¨¢s mujeres que trabajan, se reducir¨¢ la pobreza infantil porque las familias tendr¨¢n m¨¢s ingresos. Bajar¨ªa el gasto en plazas de educaci¨®n infantil. Y no se malgastar¨ªa todo ese dinero que se invierte en formar a mujeres que luego no pueden acceder a puestos de responsabilidad", explica Pazos.
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