Un presidente solo frente a los ataques
Rajoy se empe?¨® en desgranar medidas ya detalladas otras veces y algunas nuevas
Fue la ¨²nica medida que no mencion¨® Mariano Rajoy en su discurso inicial, pero era la m¨¢s importante de todas, la que le salv¨® a duras penas el dif¨ªcil pleno de este jueves, seg¨²n coincid¨ªan diversos dirigentes del PP: la dimisi¨®n de Ana Mato. El presidente se empe?¨® en desgranar una vez m¨¢s medidas ya detalladas otras veces y algunas nuevas, y no quer¨ªa salir de ah¨ª, pero los diputados consultados insist¨ªan en que eso ya apenas tiene fuerza porque la credibilidad del presidente en asuntos de lucha contra la corrupci¨®n ha quedado muy deteriorada por el caso G¨¹rtel. Sin embargo, la dimisi¨®n de Mato, aunque llega mucho m¨¢s tarde de lo que le hubiera gustado a muchos dirigentes, s¨ª es un gesto de impacto que, seg¨²n todos los consultados, baj¨® la presi¨®n interna en el PP. Mato es una persona querida y hab¨ªa palabras de l¨¢stima por su situaci¨®n personal, pero incluso los m¨¢s cercanos admit¨ªan que su situaci¨®n era insostenible hace mucho tiempo y lo mejor para todos era su salida.
Rajoy hab¨ªa dise?ado este pleno como un punto final sobre la corrupci¨®n y para volver a hablar de lo que ¨¦l quiere: la econom¨ªa. Pero el juez Pablo Ruz, cuya sola menci¨®n genera dur¨ªsimas cr¨ªticas en el PP, alej¨® con su auto cualquier posibilidad de ¨¦xito. Miembros del Gobierno y diputados consultados asum¨ªan que el pleno de este jueves no servir¨¢ para el objetivo buscado, y la corrupci¨®n seguir¨¢ ocupando buena parte de la agenda pol¨ªtica. El presidente y su partido seguir¨¢n, pues, a merced de los esc¨¢ndalos que puedan llegar y, sobre todo, de las decisiones judiciales.
Rajoy trat¨® en todo momento de convencer al PSOE de Pedro S¨¢nchez de que est¨¢n juntos en este barco. Lleg¨® a decir con claridad que hacer de la corrupci¨®n el gran asunto de la agenda pol¨ªtica y ¡°generalizar¡± abrir¨ªa el paso a Podemos, un partido al que ahora define como ¡°los salvapatrias de las escobas, cuyo ¨²nico programa pol¨ªtico consiste en barrer¡±. El PSOE no acepta esa din¨¢mica que le propone Rajoy y el mensaje que han trasladado en las ¨²ltimas semanas los diputados y senadores del PP a sus colegas socialistas: o pactamos o le abrimos la puerta a Podemos y fomentamos un ambiente contra los dos grandes partidos que Rajoy defini¨® como un ¡°clima que a ratos se hace irrespirable¡±. S¨¢nchez rechaz¨® de plano ese pacto, aunque en la bancada popular gust¨® mucho el tono del l¨ªder del PSOE, m¨¢s suave de lo esperado.
Los populares no tienen en este momento una gran inquietud con la oposici¨®n, a la que ven tan d¨¦bil como ellos. Pero el problema pol¨ªtico que detectan muchos diputados y miembros del Gobierno es otro. Es la imagen del propio presidente, la posibilidad de que sus votantes le den la espalda definitivamente. Su credibilidad est¨¢ por los suelos, con un 86,6% de espa?oles que conf¨ªan poco o nada en ¨¦l, y muchos dirigentes creen que no tiene quien le pare los golpes, ya que Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, de perfil m¨¢s t¨¦cnico que pol¨ªtico, no juega ese papel.
Rajoy trat¨® en todo momento de convencer al PSOE de Pedro S¨¢nchez de que est¨¢n juntos en este barco
El pleno demuestra que ahora es Rajoy, y no el Gobierno, quien se lleva todos los ataques de la oposici¨®n, algunos en tono especialmente duro y sin miramientos, como si le hablaran a un cad¨¢ver pol¨ªtico. El ambiente instalado en la oposici¨®n, e incluso en parte del PP, apunta hacia un presidente quemado que a duras penas llegar¨¢ al final de la legislatura.
En este contexto, Rajoy tiene que tomar este fin de semana o como mucho a la vuelta de su viaje a Par¨ªs el lunes, donde participar¨¢ en una cumbre bilateral con Fran?ois Hollande, la decisi¨®n sobre el sustituto de Ana Mato al frente de Sanidad y Servicios Sociales. Aunque muchas de sus competencias est¨¢n transferidas a las comunidades aut¨®nomas, es un departamento importante, sobre todo por la pol¨ªtica social que se puede hacer desde all¨ª, precisamente la que m¨¢s le reclaman a Rajoy ahora que Espa?a ha pasado a ser uno de los pa¨ªses de la UE con mayores ¨ªndices de desigualdad e incluso de pobreza infantil.
La idea de que Rajoy est¨¢ solo frente a los esc¨¢ndalos inquieta en el PP
Detr¨¢s del relevo de Mato se puede producir una batalla de fondo que ha dominado pr¨¢cticamente todas las decisiones internas en el PP y en el Gobierno, incluso en las empresas p¨²blicas, desde que Rajoy lleg¨® a La Moncloa: la batalla larvada entre S¨¢enz de Santamar¨ªa y Mar¨ªa Dolores de Cospedal. Una es la mano derecha del presidente en el Gobierno y la otra en el partido. La opci¨®n m¨¢s probable en este momento para relevar a Mato es la de Susana Camarero, secretaria de Estado de Asuntos Sociales, una veterana del PP con perfil pol¨ªtico tras a?os en el partido y bien vista por diversos sectores. El otro candidato fuerte es Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, tambi¨¦n un veterano del PP con muchos a?os de trabajo de partido a sus espaldas. Sin embargo, la cercan¨ªa de Ech¨¢niz a Cospedal podr¨ªa perjudicarle en esa batalla en la que S¨¢enz de Santamar¨ªa cada vez ocupa un poder mayor en el Gobierno y pilota casi todos los nombramientos, sobre todo los de perfil intermedio.
En cualquier caso para el PP ser¨ªa importante, en un gobierno dominado por los perfiles t¨¦cnicos, que hubiera alguien ¡°de partido¡± sobre todo ahora que dos pesos pesados como Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Ana Mato han salido del Gobierno.
Nadie o casi nadie en el PP imagina a Rajoy aprovechando esta dimisi¨®n para realizar una gran remodelaci¨®n de su Gobierno, quitarse a los ministros quemados, meter m¨¢s peso pol¨ªtico ¡ªJavier Arenas y Esteban Gonz¨¢lez Pons se quedaron siempre en la rec¨¢mara, por ejemplo¡ª, reorganizar el PP y afrontar el dur¨ªsimo a?o que queda de legislatura con otros mimbres. Nadie lo augura, pero muchos lo desean. La idea de que Rajoy est¨¢ solo frente a los esc¨¢ndalos inquieta en el PP. Y solo un vuelco profundo podr¨ªa evitar la lenta agon¨ªa hasta las elecciones que algunos temen. ¡°Pero no le pega, es al¨¦rgico a los cambios¡±, insisten los que m¨¢s le conocen.
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