En busca del tesoro prohibido
El vuelco de una lancha con hach¨ªs llena la playa gaditana de Chiclana de ¡®busquimanos¡¯ enfrentados a la guardia civil
La playa est¨¢ llena de uniformes. Los menos son oficiales, verdes, de la Guardia Civil. Los otros colorean la arena blanca: sudaderas con capucha y pantalones de ch¨¢ndal. Buscan droga en la playa de Sancti Petri (Chiclana, C¨¢diz), donde s¨®lo tres d¨ªas antes ha volcado una lancha cargada de hach¨ªs. Juan aguarda junto a un amigo su oportunidad. Lleva varios d¨ªas sin dormir y este amanecer lo contempla tras cruzar a pie los casi 20 kil¨®metros que separan Conil, donde vive, de Chiclana. ¡°Que nos dejen tranquilos, que nos dejen llevarnos lo que encontremos porque se va a pudrir¡±, dice. Su amigo asiente, mientras espera con la paciencia de un pescador. ¡°No estamos delinquiendo, estamos faenando¡±.
La investigaci¨®n abierta por la Guardia Civil sostiene que tres lanchas neum¨¢ticas salieron de Marruecos el viernes 29 de noviembre rumbo a la costa gaditana con 2.400 kilos de hach¨ªs a bordo. Fueron avistadas y cambiaron el rumbo. Una fue capturada con gran parte de la droga en San Fernando. Las otras dos llegaron a Sancti Petri, donde el temporal era tan fuerte que una de ellas volc¨® y esparci¨® decenas de fardos de hach¨ªs. Tres hombres fueron detenidos; otros dos tripulantes, de origen marroqu¨ª pero a¨²n no identificados, murieron ahogados. La magnitud de la tragedia ha quedado eclipsada por lo que sucedi¨® despu¨¦s: nada m¨¢s conocerse que varios cientos de kilos de hach¨ªs permanec¨ªan flotando en Chiclana la playa se llen¨® de gente.
¡°Estamos acostumbrados desde hace muchos a?os a los busquimanos (rastreadores de droga) pero no de esta manera tan abundante¡±, explica el portavoz de la comandancia gaditana, Manuel Gonz¨¢lez. En los a?os ochenta y noventa, los j¨®venes de Barbate luc¨ªan motos de gran cilindrada, cadenas de oro o ropa cara tras conseguir grandes cantidades de dinero encontrando restos de fardos perdidos en la playa, de forma voluntaria o por encargo. M¨¢s recientemente fue noticia c¨®mo un grupo de vecinos de Sanl¨²car apedre¨® un helic¨®ptero de Vigilancia Aduanera para intentar adue?arse de un alijo. Pero la Guardia Civil separa lo ocurrido en Chiclana estos d¨ªas. ¡°Como esta manera de echarse a la playa, nunca¡±.
Cuando todav¨ªa rastreaban la posibilidad de un tercer narcotraficante ahogado, los agentes comprobaron c¨®mo cientos de personas empezaron a bajar a la arena. Unos disimulaban: llevaban ca?as de pescar o ropa deportiva para correr. Otros, ni eso.
Con los primeros cacheos, empez¨® el recuento de detenidos. Unos pocos se quedaron con fardos de 30 kilos cada uno, vendibles en un primer momento a 30.000 euros. La mayor¨ªa se apa?aron con pastillas de poco m¨¢s de 100 gramos. ¡°Los moros han montado el cargamento muy mal. Se ha roto todo. Si estuviesen bien hechos, todos los fardos estar¨ªan flotando. El hach¨ªs mojado no vale nada, s¨®lo para fumarlo¡±, se quejaba Juan. Los primeros arrestos no amedrentan a nadie. Al contrario, cada vez que los agentes abandonan la playa para llevar a un detenido a la furgoneta la actividad en el agua y la arena es fren¨¦tica.
Juan y su amigo no tienen problemas en dar la cara, en dejarse grabar y contar su historia porque no creen que est¨¦n haciendo nada malo. ¡°No tenemos para comer y estamos enganchados al chocolate, compadre. Estamos mariscando. Lo que sale del mar es de quien lo encuentra¡±.
Pero la ley no dice eso. ¡°Los arrestados se enfrentan a penas que pueden superar los cuatro a?os de c¨¢rcel porque es un delito contra la salud p¨²blica y se puede agravar si cuentan con antecedentes¡±, trata de aleccionar el portavoz de la Guardia Civil en pleno aluvi¨®n de detenciones. Hasta 70. La mayor¨ªa son j¨®venes de entre 20 y 30 a?os, aunque tambi¨¦n han ca¨ªdo cinco menores y dos mujeres. Casi todos vecinos del entorno de Chiclana, aunque tambi¨¦n han llegado de Sevilla. El aluvi¨®n dej¨® sin grilletes de un solo uso a los agentes y la c¨¢rcel de Puerto II tuvo que habilitar un m¨®dulo especial para acogerles. En s¨®lo dos d¨ªas, tras declarar en el juzgado, estaban todos en la calle en libertad con cargos a la espera de juicio.
Las coordinadoras antidroga no creen que estos arrestos sirvan. Antonio Pe?a, presidente del colectivo Nueva Luz de Chiclana, ha pedido el indulto para todos. ¡°Son personas que han venido a ciegas, muy desesperadas. Lo que hay es que favorecer medidas sociales y laborales para que tengan otras oportunidades¡±. La provincia de C¨¢diz se ha acostumbrado a bajar la cabeza cuando en el resto de Andaluc¨ªa y Espa?a los pol¨ªticos celebran el descenso del paro. Es la ¨²nica que supera en la Encuesta de Poblaci¨®n Activa el 40% de paro.
El subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, no compra el argumento: ¡°Esto no se hace para comer. Hay muchas entidades sociales que les pueden ayudar¡±. Pero los que aguardan en la arena defienden su derecho a buscarse la vida a su manera. Lo explica un hombre de 33 a?os: ¡°Me han dicho que por una plaqueta de hach¨ªs dan 100 euros. El dinero que consiga me sirve para que no me quiten la casa¡±, asegura. Asume el riesgo de ser detenido.
Tambi¨¦n el amigo de Juan. ¡°Ten¨ªa un bar. Era aut¨®nomo y, como todos los aut¨®nomos, al cerrar me qued¨¦ sin nada. Tengo dos hijos y si puedo pillar aqu¨ª 30 kilos, los pillo porque tengo que darles el zumo y el colacao¡±. Juan lleva ocho a?os parado. ¡°Yo tengo que comer y, si no como, pues caigo preso¡±. Conf¨ªa en poder coger la droga y escapar de los guardias. Se qued¨® sin su coche hace dos semanas y mientras caminaba 20 kil¨®metros desde Conil a Chiclana so?aba con conseguir dinero para apa?arse uno, aunque fuera de segunda mano. Amanece y sigue esperando. Dice que es su trabajo. Con su uniforme de busquimano: sudadera, capucha y ch¨¢ndal. Como el de los dem¨¢s.
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