Rajoy candidato, si el PP quiere
Incluir la dimisi¨®n de Ana Mato y colmarla de elogios era una necesidad
El presidente Mariano Rajoy ha dicho que ser¨¢ candidato en 2015 si el PP lo quiere. Es su manera de evitar un debate sucesorio que agravar¨ªa su cojera en el camino de aqu¨ª a las generales. La afirmaci¨®n vendr¨ªa a confirmar su disposici¨®n para emprender esa carrera y sugerir¨ªa como ¨²nico obst¨¢culo impediente que se articulase en el PP una opini¨®n contraria. Pero, sabido es que se trata de una hip¨®tesis ret¨®rica. Cuesti¨®n distinta es que, en medio del desaliento por el tsunami de los casos de corrupci¨®n, de graves par¨¢lisis gubernamentales ante las evoluciones y prop¨®sitos de la Generalitat, del surgimiento en fuerza de Podemos y del fr¨ªo glacial de las encuestas, en el entorno amedrentado del PP, se instale la convicci¨®n subyacente de que Rajoy est¨¢ quedando invalidado como cabeza de cartel para una segunda legislatura, improrrogable m¨¢s all¨¢ de noviembre de 2015.
La cuesti¨®n es que, desde que los casos G¨¹rtel y B¨¢rcenas entraran en erupci¨®n, la credibilidad del presidente Rajoy ha descrito una curva descendente que tiende asint¨®ticamente a cero
La cuesti¨®n es que, desde que los casos G¨¹rtel y B¨¢rcenas entraran en erupci¨®n, la credibilidad del presidente Rajoy ha descrito una curva descendente que tiende asint¨®ticamente a cero. El auto del juez Ruz del mi¨¦rcoles 26 de noviembre, donde se consideraba a la todav¨ªa ministra de Sanidad, Ana Mato, y al Partido Popular, implicados en el caso G¨¹rtel en calidad de ¡°participes a t¨ªtulo lucrativo¡±, conforme a la figura descrita en el C¨®digo Penal, fue otro impulso relevante en esa direcci¨®n. Pero, inducir la dimisi¨®n de urgencia de Ana Mato y colmarla simult¨¢neamente de elogios fue una necesidad, dado que el auto judicial inclu¨ªa una menci¨®n an¨¢loga para el PP que tiene a su frente a Rajoy.
El proceder del PP ha combinado la obstrucci¨®n a la Justicia, la destrucci¨®n de pruebas y el intento de rehuir las responsabilidades pol¨ªticas. Ha sido in¨²til porque, al final, cada una de las comparecencias ante el Pleno del Congreso de los Diputados a las que el presidente Rajoy acud¨ªa arrastrado, fingiendo presentarse a petici¨®n propia despu¨¦s de reiteradas negativas a las solicitudes previas de la oposici¨®n, ha deteriorado a¨²n m¨¢s su cr¨¦dito p¨²blico y reforzado la percepci¨®n generalizada de que miente con descaro. Ese ha sido el balance de una trayectoria parlamentaria invariable, iniciada en el pleno extraordinario sobre el caso B¨¢rcenas, celebrado el 1 de agosto de 2013, y concluida por ahora en el pleno del simulacro en torno a las medidas anticorrupci¨®n, correspondiente al jueves 27 de noviembre.
Ha combinado la obstrucci¨®n a la Justicia, la destrucci¨®n de pruebas y el intento de rehuir las responsabilidades
Por tanto, ninguna extra?eza de que empezara a difundirse entre los m¨¢s inquietos la pregunta de ¡°y despu¨¦s de Rajoy, ?qu¨¦?¡±, formulada todav¨ªa en tono de susurro y bajo garant¨ªas de anonimato porque nadie quiere infundir sospechas ni suscitar represalias. Puede pensarse que las generales est¨¢n muy lejos pero a mitad de camino, en mayo, ser¨¢n las elecciones municipales y auton¨®micas. De ah¨ª que se desaten las impaciencias y las incertidumbres de los aspirantes, ya sean de continuidad o de relevo. Les inquieta saber si bastar¨¢ para quedar investidos como candidatos que les se?ale el dedazo de Mariano Rajoy. Luego, unos pedir¨¢n al presidente que se emplee a fondo en la campa?a y otros que por favor se inhiba. Pero el inquilino de La Moncloa ya tiene interiorizado que la derrota de las legislativas debe prepararse con ah¨ªnco en las municipales y auton¨®micas. A eso y a bloquear otras reformas se aplica incansable.
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