Equidad e incentivos
M¨¢s tasas para quien puede pagarlas, muchas m¨¢s ¡°becas equidad¡±, ese es la f¨®rmula
A pesar de que en los ¨²ltimos tiempos muchos de los debates sobre la universidad espa?ola se han centrado en la gobernanza, la cuesti¨®n de la financiaci¨®n es un asunto fundamental. La reducci¨®n de las aportaciones presupuestarias a las universidades p¨²blicas deber¨ªa haber generado m¨¢s debate sobre c¨®mo distribuir el presupuesto entre universidades de forma eficiente, pero las comunidades aut¨®nomas no han entrado en esta cuesti¨®n. El ¨²nico cambio que ha generado debate es el aumento de los precios p¨²blicos para compensar parte de la ca¨ªda de los fondos destinados a financiar la universidad p¨²blica. En este punto ser¨ªa conveniente recordar que aunque la financiaci¨®n global ha ca¨ªdo significativamente desde el comienzo de la crisis, en los 10 a?os anteriores casi se duplic¨® mientras la Universidad perd¨ªa estudiantes, y que las tasas cubren menos del 20% del coste de la matr¨ªcula.
Ser¨ªa muy prematuro vincular al aumento de las tasas la peque?a ca¨ªda del 0,6% de los estudiantes en universidades p¨²blicas entre el curso 2011-12 y el curso 2013-14. La coincidencia temporal con el aumento de los precios p¨²blicos ha generado interpretaciones que ligan los dos fen¨®menos, aunque esta lectura tiene pocos visos de ser acertada. En primer lugar, si esta hip¨®tesis fuera correcta se deber¨ªa observar tambi¨¦n una correlaci¨®n significativa entre la ca¨ªda de estudiantes y el aumento de los precios p¨²blicos entre comunidades aut¨®nomas. Pero este efecto no se observa. En segundo lugar, si la relaci¨®n entre las dos variables fuera tan simple ser¨ªa imposible explicar c¨®mo entre el curso 1999-2000 y el comienzo de la crisis se produjo una ca¨ªda del 15% de los estudiantes sin una subida de precios p¨²blicos.
Ser¨ªa muy prematuro vincular al aumento de las tasas la peque?a ca¨ªda de los estudiantes
Claramente hay otros factores que explican la evoluci¨®n del alumnado como el coste de oportunidad de realizar estudios universitarios, la competencia de la formaci¨®n profesional y la demograf¨ªa. Respecto a este ¨²ltimo se observa que la poblaci¨®n del grupo de edad relevante (entre 18 y 24 a?os) se est¨¢ contrayendo desde 2009 entre el 2% y el 3% anual. Desde que comenz¨® la crisis se ha reducido claramente el coste de oportunidad de realizar estudios universitarios pero esta tendencia, muy potente en los primeros a?os, es dif¨ªcil que pueda dominar en el medio plazo una ca¨ªda anual tan r¨¢pida del grupo de edad relevante para los estudios universitarios. La ca¨ªda en los cr¨¦ditos matriculados es seguramente fruto de una selecci¨®n m¨¢s realista por parte de los estudiantes del n¨²mero de cr¨¦ditos que pueden asumir, sobre todo considerando que se ha producido un incremento muy sustancial de la repetici¨®n de cursos.
De hecho, los precios p¨²blicos deber¨ªan subir mucho m¨¢s para los estudiantes cuyas familias pueden permit¨ªrselo y las becas deber¨ªan garantizar el acceso a la universidad a todos aquellos j¨®venes con capacidad que no podr¨ªan ir a la universidad caso de no contar con esa ayuda. En primer lugar, no parece razonable que familias con recursos que han pagado por un colegio privado o concertado entre 2.000 y 6.000 euros anuales piensen que pagar 1.100 euros en la universidad p¨²blica es caro.
Es cierto que el sistema tributario espa?ol es progresivo y que, desde esta perspectiva, las familias en mejor posici¨®n ya pagan m¨¢s impuestos que las familias con menos recursos. Sin embargo, vale la pena recordar algunos hechos que se?ala el ¨²ltimo informe de la OCDE sobre gasto social. El estudio muestra que en Espa?a se ha producido uno de los aumentos m¨¢s grandes del gasto social sobre el PIB de todos los pa¨ªses de la OCDE, pero destaca que el 26% de dicho gasto revierte en el quintil superior de la renta mientras solo un 10,3% revierte en el quintil m¨¢s pobre. Esta distribuci¨®n es muy diferente a la observada en pa¨ªses como Noruega, Dinamarca o Suecia pero tambi¨¦n la del Reino Unido o incluso Estados Unidos. En todos los casos anteriores la proporci¨®n de gasto social que se focaliza en el quintil inferior de la renta es muy superior a la del quintil superior.
No parece razonable que familias que han pagado por un colegio privado? entre 2.000 y 6.000 euros piensen que pagar 1.100 en la universidad p¨²blica es caro
Para revertir esta situaci¨®n, y aumentar la proporci¨®n de gasto social que revierte al quintil m¨¢s desfavorecido de la renta, es necesario que una mayor proporci¨®n de la provisi¨®n de servicios p¨²blicos se distribuya teniendo en cuenta la renta y/o la riqueza de las familias. Adem¨¢s, desde el punto de vista de la eficiencia econ¨®mica, el hacer pagar mayores precios p¨²blicos por la universidad a los j¨®venes de familias con mayor nivel adquisitivo no afecta a la decisi¨®n de enviar a sus hijos a la universidad. En el otro extremo de la distribuci¨®n de la renta s¨ª que podr¨ªan estar d¨¢ndose casos de j¨®venes que no pueden financiar sus estudios universitarios. Estos j¨®venes deber¨ªan tener garantizado el pago completo de la matr¨ªcula a partir de becas. Es m¨¢s, teniendo en cuenta que el impedimento m¨¢s importante para asistir a la universidad en j¨®venes de familias con pocos recursos es el coste de oportunidad del tiempo invertido en asistir a la universidad, deber¨ªa haber muchas m¨¢s becas salario, ligadas a la renta y a los resultados acad¨¦micos. Por tanto, aumento de precios p¨²blicos para quien pueda pagarlos y m¨¢s becas para quienes no pueden hacer frente con el coste de la matr¨ªcula o el coste de oportunidad del tiempo invertido en estudiar en la universidad.
Otra tendencia que deber¨ªa aumentar es la diversificaci¨®n de los ingresos. La presi¨®n presupuestaria generada por la crisis econ¨®mica ha mostrado con claridad que las universidades con mayor diversificaci¨®n de sus fuentes de financiaci¨®n han navegado con menos problemas esta etapa. Por ejemplo, tener equipos competitivos que obtienen con regularidad financiaci¨®n para proyectos de investigaci¨®n de la Uni¨®n Europea ha permitido sostener el empleo de investigadores en las mejores universidades.
Y aqu¨ª es donde aparece otra necesidad perentoria en el sistema de financiaci¨®n universitario. La subvenci¨®n de las universidades p¨²blicas deber¨ªa distribuirse de forma que se maximizara la rentabilidad social de los recursos p¨²blicos invertidos en la Universidad. Por tanto, ser¨ªa necesario un modelo de financiaci¨®n objetivo basado en resultados de docencia e investigaci¨®n, y no en inputs, acuerdos discrecionales o el status quo del pasado. Un modelo que aumentara la autonom¨ªa de las universidades y la flexibilidad para fijar precios y salarios pero que, a la vez, estuviera acompa?ado de un sistema de evaluaci¨®n estricto que tuviera consecuencias financieras a partir de la valoraci¨®n de la docencia y la investigaci¨®n.
Ser¨ªa necesario un modelo de financiaci¨®n objetivo basado en resultados de docencia e investigaci¨®n
En la primera entrega de estos debates se habl¨® de la endogamia rampante de la universidad espa?ola. Es cierto que aumentar la autonom¨ªa universitaria podr¨ªa generar una mayor tendencia endog¨¢mica. Pero si se contrata al hijo, al cu?ado o al estudiante de doctorado en lugar del mejor candidato entonces los recursos el siguiente a?o se reducir¨¢n lo que genera un desincentivo grande a la endogamia. En los lugares donde se utiliza este sistema de incentivos un departamento puede llegar a desaparecer si sus evaluaciones no son positivas de forma reiterada. Para impedir la b¨²squeda de la protecci¨®n funcionarial de los candidatos enchufados se deber¨ªa proceder a eliminar el car¨¢cter funcionarial de los profesores universitarios. En una democracia consolidada no tiene mucho sentido que los profesores universitarios sean funcionarios, por contraposici¨®n a jueces, polic¨ªas o bomberos. Por suerte, los resultados del reciente estudio La Comunidad Universitaria Espa?ola Opina apuntan a que esta visi¨®n se va extendiendo.
M¨¢s tasas para quien puede pagarlas, muchas m¨¢s ¡°becas equidad¡±, mayor diversificaci¨®n de las fuentes de financiaci¨®n y m¨¢s autonom¨ªa pero con distribuci¨®n de la subvenci¨®n p¨²blica en funci¨®n de resultados. Esta deber¨ªa ser la f¨®rmula.
Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra
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