Ovejas por libros
Daniel Meg¨ªa abandon¨® la Universidad al perder la beca y trabaja con su padre de pastor Los criterios para obtener ayuda se han endurecido en los ¨²ltimos a?os
El d¨ªa que Daniel Meg¨ªa (22 a?os) vio que hab¨ªa suspendido una de las dos asignaturas que le quedaban para terminar la carrera de Derecho (m¨¢s el proyecto de fin de carrera), entr¨® en p¨¢nico. No fue capaz de presentarse al otro examen que le quedaba. Un curso antes hab¨ªa perdido la beca (tambi¨¦n arrastr¨® dos materias pendientes, el 20% del curso) y sab¨ªa que sus padres no podr¨ªan sostenerlo un a?o m¨¢s viviendo en Alcal¨¢ de Henares, pagando adem¨¢s la matr¨ªcula y sin ayudas, porque su hermana peque?a se dispon¨ªa a empezar Historia. Ella llega a la universidad con beca, ¡°y no ten¨ªa la culpa¡± de que ¨¦l hubiese perdido la suya, as¨ª que Daniel decidi¨® volverse al pueblo (Illana, en Guadalajara) a trabajar con su padre, pastor. Ahora intenta ahorrar para retomar los libros.
El debate sobre las becas universitarias tiene dos patas: la cantidad total de dinero que se destina y c¨®mo se reparte, esto es: ?qui¨¦n deber¨ªa tener beca? Ambos se mezclan desde que el Ministerio de Educaci¨®n decidi¨® cambiar el sistema de reparto porque ¡°era insostenible¡±, seg¨²n explic¨® el departamento. Como no hab¨ªa dinero suficiente para el creciente n¨²mero de alumnos con derecho a ayuda, se endurecieron los requisitos en 2012 y 2013 (el n¨²mero m¨ªnimo de aprobados) para obtenerla. Adem¨¢s, el a?o pasado se cambi¨® el sistema de reparto de ayudas: la cuant¨ªa final depender¨¢ del presupuesto disponible, que en a?os anteriores se estaba sobrepasando sistem¨¢ticamente.
El ministerio ¡ªque ha rechazado por tercera vez participar en esta serie de reportajes¡ª tambi¨¦n ha defendido p¨²blicamente completar el sistema de becas con el de pr¨¦stamos. Han mencionado espec¨ªficamente el modelo ingl¨¦s: las tasas son muy altas (m¨¢s de 10.000 euros), pero estos pr¨¦stamos a buenas condiciones se devuelven a 30 a?os, despu¨¦s de terminar la carrera, y no se tienen que pagar si no se alcanza un nivel m¨ªnimo de ingresos. Unos pr¨¦stamos similares exist¨ªan en Espa?a para estudiar m¨¢steres, pero el actual Gobierno los elimin¨® por falta de presupuesto. Adem¨¢s, en Inglaterra est¨¢n aumentando las voces contra este modelo, pues temen que acabe costando mucho m¨¢s a todos los contribuyentes, que tendr¨¢n que hacer frente a una deuda gigantesca si muchos titulados no pueden pagar en el futuro.
En todo caso, Educaci¨®n tambi¨¦n vincul¨® unos requisitos m¨¢s duros para obtener ayuda, con la idea de reclamar a los becados un esfuerzo ¡°equivalente al que reciben de la sociedad¡±, mayor en estos tiempos de crisis. ¡°En realidad, el esfuerzo se hace con todos los universitarios de la p¨²blica, cuyos estudios est¨¢n subvencionados en su mayor parte, no solo con los becados¡±, dice el catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Complutense Rafael Feito.
La secretaria de Estado de Educaci¨®n, Montserrat Gomendio, respondi¨® el a?o pasado a este argumento: a los no becarios, dijo, tambi¨¦n se les exige, pues cada vez que suspenden tienen que pagar m¨¢s y, a partir de la cuarta matr¨ªcula tienen que pagar el coste completo de la asignatura, sin subvenci¨®n. ¡°Desde luego, si tienes dinero puedes suspender mucho m¨¢s¡±, contesta Feito.
A la hora de pedir m¨¢s corresponsabilidad por el dinero p¨²blico gastado, a los expertos Juan Hern¨¢ndez Armenteros y Jos¨¦ Antonio P¨¦rez les parece m¨¢s eficaz ped¨ªrselo a todos, no solo a los becarios. Esto es, endureciendo el m¨ªnimo que hay que aprobar cada a?o para poder seguir en la carrera. Si se les pidiera a todos lo que se les exig¨ªa a los becarios en 2011 para mantener la ayuda, habr¨ªa un ahorro a medio plazo de ¡°900 millones de euros al a?o¡±, aseguran en un reciente estudio.
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