¡°Nos vamos a Siria a luchar por Al¨¢. Pagan bien¡±
Un joven marroqu¨ª que emigr¨® a Barcelona confiesa que se ha unido al islamismo radical
F¨¢tima, una joven de origen marroqu¨ª afincada en Barcelona desde hace m¨¢s de 10 a?os, llevaba tiempo sin tener noticias de su amigo Hassan. Lo ¨²ltimo que sab¨ªa de ¨¦l, de hace tres o cuatro meses, es que se hab¨ªa ido a alg¨²n pa¨ªs de centroeuropa, supon¨ªa que a buscar trabajo. Pero el domingo 21 de diciembre, casi a la hora de comer, Hassan, de 23 a?os, contact¨® con ella por Whatsapp. Le llamaba para despedirse. Este es un extracto de la conversaci¨®n que mantuvieron los dos j¨®venes:
¡ªNos vamos a Siria. No se lo digas a ninguno, ?vale?
¡ªY eso, ?por qu¨¦ te vas a Siria?
¡ªPor Allah.
¡ª???Est¨¢s loco o qu¨¦???
¡ªNo se lo digas a nadie.
¡ª?Hablas en serio?
¡ªS¨ª. Pagan bien. Hay mucho peligro. Cu¨ªdate princesa, ?vale? Voy a dejar tu n¨²mero a uno. Venga, voy a dormir para levantarme para coger camino. Si pasa algo, t¨² lo sabr¨¢s la primera.
Tengo ganas de morir, no tengo nada, nadie me quiere
Cuando Hassan (nombre ficticio) cort¨® la conversaci¨®n, F¨¢tima, que tampoco se llama as¨ª pero prefiere mantener el anonimato, telefone¨® a su madre, que ha trabajado y conocido en Barcelona a muchos j¨®venes que flirtean con el islamismo radical. ¡°Mi hija estaba sorprendida, pero creo que al principio no se daba cuenta de lo grave que era lo que le estaba diciendo el chico¡±, cuenta la mujer en una conversaci¨®n por tel¨¦fono con este peri¨®dico. ¡°Fui yo quien le dije que intentara averiguar m¨¢s y que ten¨ªamos que informar a los Mossos¡±.
Tras el intercambio de mensajes, Hassan llam¨® a F¨¢tima y los j¨®venes hablaron durante unos minutos. Tal y como le hab¨ªa sugerido su madre, ella grab¨® la conversaci¨®n.
Hassan cuenta que va con un amigo y otros j¨®venes y que ¡°todo es gratis¡±
Son casi las 16.00 del domingo y a Hassan se le entiende mal, confiesa que est¨¢ medio adormilado. Le cuenta a su amiga que se va a las 12 de la noche. No lleva pasaporte y le van a dar unas tarjetas de identidad falsas. Admite que no es la primera vez que va. ¡°?La otra vez que desapareciste tambi¨¦n estuviste en Siria?¡±, le pregunta F¨¢tima, que empieza a atar cabos de los meses en los que no tuvo noticias de su amigo. Le extra?aba no saber nada de ¨¦l, pero no sospechaba que hubiera podido entrar en contacto con grupos yihadistas. ¡°T¨² en Barcelona no eras as¨ª, no hac¨ªas esas cosas raras, a ti te han comido la cabeza¡±, le dice la joven.
Hassan habla con frases cortas. Cuenta que, adem¨¢s de a F¨¢tima, solo le ha contado sus planes a su madre. ¡°Me ha dicho que si tengo que irme, que vaya. Adi¨®s¡±, dice. ?T¨² no sabes que te puedes morir?, le pregunta su amiga. ¡°Tengo ganas de morir, ya no tengo nada, nadie me quiere¡±, asegura el joven marroqu¨ª. ¡°Lo hago por Al¨¢. Me gusta¡±, afirma. La amiga intenta conocer alg¨²n detalle m¨¢s sobre el viaje. ?Con qui¨¦n va? ?Qui¨¦n lo paga? Hassan le cuenta que va con un amigo y con otros a los que no conoce. Y que el billete es gratis, ¡°todo es gratis¡± y ¡°pagan bien¡±, insiste. ¡°Por Al¨¢ puedes hacer muchas cosas, pero no irte a morir, qu¨¦ mira la edad que tienes¡±, le dice F¨¢tima desesperada.
Llevamos ropa de marca y no tenemos que robar, afirma el joven marroqu¨ª
El domingo por la tarde, tras el sorprendente anuncio de Hassan, la joven cae en la cuenta de que hace meses que perdi¨® el rastro de varios de sus amigos marroqu¨ªes de Barcelona. Lo ¨²nico que sab¨ªa de ellos era que estaban en Europa, pensaba que trabajando. ¡°Ahora est¨¢ convencida de que pueden estar haciendo lo mismo que este chico¡±, dice la madre. Los Mossos d'Esquadra estuvieron en su casa el lunes escuchando su relato, leyendo los mensajes, viendo fotos de amigos. Le dijeron a la joven que tuviera cuidado.
Seg¨²n revel¨® hace diez d¨ªas el consejero de Interior de la Generalitat de Catalu?a, Ramon Espadaler, los Mossos d¡¯Esquadra tienen constancia de que, al menos, una veintena de personas que viv¨ªan en Catalu?a han viajado desde el a?o 2013 a Oriente Pr¨®ximo para unirse al Estado Isl¨¢mico. Espadaler ofreci¨® estos datos, despu¨¦s de que se hiciera p¨²blica la detenci¨®n en Bulgaria de tres residentes de la provincia de Barcelona que, como Hassan, trataban de llegar a Siria para alistarse en el grupo terrorista.
¡°Yo me qued¨¦ asustada de lo que iba contando mi hija, de c¨®mo ve¨ªa posible que tantos amigos estuvieran metidos ah¨ª¡±, dice la madre. Durante la conversaci¨®n por tel¨¦fono del domingo, Hassan le cont¨® a F¨¢tima que un d¨ªa fue a una tienda a comprar unas cuchillas y que el hombre que le atendi¨® acab¨® convenci¨¦ndole para que le acompa?ara a una mezquita. All¨ª conoci¨® a otros j¨®venes que, como ¨¦l, apenas ten¨ªan familia ni recursos para subsistir.
¡°Buscan este perfil¡±, apunta la madre, que asegura haber conocido a muchos j¨®venes que, como Hassan, llegaron a Espa?a con 16 ¨® 17 a?os en patera o en los bajos de un cami¨®n. ?l se fue a Barcelona porque ya ten¨ªa all¨ª alg¨²n familiar y amigos de su barrio de Marruecos. ¡°Muchos malviven, muy pocos trabajan, algunos roban¡±. Es el caso de Hassan, seg¨²n ha confesado F¨¢tima a su madre. ¡°Les enrolan como soldados del islam y les pagan mucho dinero. Eso les engancha. A la vez les van comiendo el coco con que tienen que matar a infieles y morir por Al¨¢. Les capturan como a p¨¢jaros¡±. En los mensajes enviados por Hassan a su amiga, el joven marroqu¨ª presume de que ahora puede vestir ropa cara y le env¨ªa fotos para que vea lo cambiado que est¨¢. ¡°Comemos bien. Llevamos ropa de marca y no tenemos que robar¡±, le dice.
Hassan volvi¨® a dar se?ales el lunes por la noche. Esta vez por Facebook. Todav¨ªa segu¨ªa en Europa. Cont¨® que les hab¨ªan sacado de madrugada para llevarles ¡°a otro sitio¡±. Ya les hab¨ªan dado sus tarjetas de identidad falsas, pero no les hab¨ªan concretado cuando saldr¨ªan para Siria. De momento, les hab¨ªan trasladado a otro lugar en el que estaban ¡°entrenando¡± y ¡°guardando material de guerra¡±. Tambi¨¦n les dan ¡°charlas¡±, cont¨® el joven. En Espa?a no le espera nadie, probablemente solo alguna causa penal pendiente. En Siria, la posibilidad de morir por Al¨¢. Hassan parec¨ªa no tener duda de su elecci¨®n: ¡°Lo hago porque quiero¡±, le asegur¨® insistentemente a su amiga.
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