Bodas en Canarias al estilo Las Vegas
El oficio de maestro de ceremonias crece en las islas, e incluso una escuela para formarlos
La tendencia en Espa?a cambi¨® en 2009, cuando las bodas civiles (95.000) superaron por vez primera a las religiosas (80.100). Desde entonces, una figura aparejada a esas celebraciones ha ido ocupando un espacio prominente: la del maestro de ceremonias, tambi¨¦n conocido como oficiante de bodas, una figura pr¨¢cticamente profesionalizada. En Madrid ya existe una academia de oficiantes ¡ªla primera promoci¨®n arroj¨® 12 maestros,que ya est¨¢n casando, aunque su actuaci¨®n carece de valor oficial¡ª. Y un lugar est¨¢ tomando la delantera en este oficio: Canarias, una suerte de nueva Las Vegas.
Los maestros de ceremonias est¨¢n cada vez m¨¢s ocupados porque los matrimonios civiles en Espa?a siguen creciendo, y ya el a?o pasado alcanzaron la cifra de 106.000, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Muchos de los novios no se conforman con ir al juzgado o al ayuntamiento o a estampar su r¨²brica en un documento oficial que diga que est¨¢n casados. ¡°Para muchos, ese es un tr¨¢mite al que acuden en pantal¨®n vaquero, como quien va a renovar el DNI¡±, se?ala Ana L¨®pez, gerente de la empresa Apoyo Eventual, la ¨²nica que organiza en Espa?a cursos espec¨ªficos de maestro de ceremonias.
Abierta en Madrid el pasado abril, la escuela ofrece tres cursos diferentes inspirados en el modelo estadounidense, referente indiscutible de estas celebraciones: Oficiante I, Oficiante II y Protocolo. Por ahora han impartido ¨²nicamente el primero, el b¨¢sico, ¡°porque con ese es suficiente para oficiar una boda¡±, a?ade. Cuesta 99 euros y dura un d¨ªa: tres horas por la ma?ana de teor¨ªa, pausa para la comida, y otras tres por la tarde de pr¨¢ctica, donde los alumnos se meten en el papel de un aut¨¦ntico oficiante. La primera promoci¨®n, compuesta por 12 personas, ya est¨¢ celebrando enlaces.
Los oficiantes cobran 200 euros por estos ritos sin valor legal
Andreas Fischer no necesit¨® formaci¨®n. Su relaci¨®n con el oficio surgi¨® de manera casual en 2008. A unos amigos que acababan de montar una empresa de organizaci¨®n de bodas en Tenerife se les cay¨® el oficiante a ¨²ltima hora. Pensaron r¨¢pidamente en Andreas por su car¨¢cter afable y maneras elegantes y refinadas. Ya ha dirigido casi un centenar de uniones, una actividad que combina con la de su trabajo en jornada de ma?ana como asesor de inversiones. ?l es una de la decena de personas en la isla que ejercen esta labor de manera habitual, dado incluso de alta como aut¨®nomo. Pero no es una actividad que d¨¦ para vivir por s¨ª misma. A una media de dos o tres bodas al mes y 200 euros por cada una, en realidad constituye unos ingresos extra. Hoy Andreas espera a Nikola y Mario, de 31 y 29 a?os. Son dos j¨®venes alemanes que decidieron casarse en una escapada de una semana a Tenerife este diciembre (despu¨¦s de haberse unido oficialmente en su pa¨ªs unos d¨ªas antes).
Actos como este no son extra?os en la isla, que se est¨¢ haciendo un hueco entre extranjeros que ven en ella el lugar soleado e id¨ªlico perfecto para acoger su enlace o renovar votos tras a?os de casados. Nadine Garc¨ªa es propietaria de My Perfect Wedding in Tenerife (www.myperfectwedding.eu), empresa organizadora de bodas, entre ellas la de Nikola y Mario. ¡°Unimos a unas 70 parejas al a?o, para lo que contamos con hasta siete maestros de ceremonias que ofician en espa?ol, alem¨¢n, ingl¨¦s, lituano y ruso¡±.
La academia ya ha graduado a la primera promoci¨®n, con 12 ¡®licenciados¡¯
En el horizonte, los maestros de ceremonias podr¨ªan toparse con un duro competidor: los notarios. El actual proyecto de ley de Jurisdicci¨®n Voluntaria contempla que los fedatarios puedan sumarse a la lista de oficiantes legales de matrimonios junto a jueces, alcaldes y concejales (por delegaci¨®n de los regidores). Nicol¨¢s Quintana es notario. Apunta que, si finalmente la norma se aprueba, los enlaces se asemejar¨ªan m¨¢s a esas ceremonias en auge, llamativas y llenas de parafernalia, frente a las encorsetadas y formales de los juzgados o Ayuntamientos.
Han pasado casi 45 minutos y Andreas est¨¢ a punto de concluir su boda en la playa. Los novios han respondido ¡°s¨ª¡± o ¡°s¨ª quiero¡± a las sucesivas preguntas que les ha ido haciendo hasta llegar al punto culminante. Antes de que firmen el documento del acto, en el que se especifica que lo vivido all¨ª carece de valor oficial, cierra el acto con las palabras que la pareja anhelaba escuchar: ¡°Ahora puede besar a la novia¡±.
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