El peligro del calor barato
Los bomberos alertan del aumento de los fallecidos en incendios en los meses m¨¢s fr¨ªos de 2014, que suben de 64 a 83
Con la llegada de diciembre, las temperaturas caen y aumentan los accidentes caseros por el uso de m¨¦todos antiguos de calefacci¨®n, como braseros o estufas de carb¨®n, le?a o gas. En Castilla y Le¨®n desde hace cinco a?os los bomberos est¨¢n notando un aumento en el n¨²mero de accidentes por la vuelta de los habitantes al uso de sistemas baratos de calefacci¨®n. ¡°La gente no puede pagar otra cosa y utiliza para calentarse estufas de madera o braseros de carb¨®n¡±, dice Jos¨¦ Galv¨¢n, responsable de los bomberos en Le¨®n.
Los datos que ofrece la Asociaci¨®n Profesional de T¨¦cnicos de Bomberos (APTB) muestran que en los meses m¨¢s fr¨ªos (diciembre, enero, febrero y marzo) de 2014 hubo un repunte en el n¨²mero de fallecidos: 83 frente a 64 en 2014 o 72 el a?o anterior. ¡°Con la crisis, la gente usa m¨¢s carb¨®n o madera que gasoil porque cuesta mucho menos¡±, prosigue Galv¨¢n. ¡°Yo vivo en un pueblo de Le¨®n, Palazuelo de Tor¨ªo, y all¨ª se ha duplicado en unos a?os el n¨²mero de suertes, los terrenos que cede el Ayuntamiento para que los vecinos puedan recoger le?a gratuitamente¡±. Hace 10 a?os hab¨ªa diez suertes en Palazuelo. Este a?o hay 18. ¡°Y lo mismo est¨¢ pasando en toda la provincia de Le¨®n¡±, dice Galv¨¢n. Castilla y Le¨®n es, tras Murcia, la segunda comunidad aut¨®noma con el ratio m¨¢s elevado de v¨ªctimas mortales en incendios por mill¨®n de habitantes (4,7), seg¨²n el estudio de la Fundaci¨®n Mapfre sobre el tema.
La pobreza energ¨¦tica se dispar¨® entre 2010 y 2012
Aunque no hay datos que dejen clara esta relaci¨®n, s¨ª sabemos que cada vez m¨¢s familias tienen que dedicar m¨¢s del 10% de sus ingresos a pagar la energ¨ªa que consume su hogar (lo que se conoce como pobreza energ¨¦tica), seg¨²n la Asociaci¨®n de Ciencias Ambientales (ACA). La p¨¦rdida de ingresos de los espa?oles junto al aumento del precio de la energ¨ªa, ha disparado en dos a?os en dos millones las familias afectadas. ¡°Entre 2010 y 2012 aument¨® de cinco a siete millones el n¨²mero de hogares donde tienen que destinar una cantidad desproporcionada de sus ingresos o incluso, para pagar luz y electricidad¡±, dice Jos¨¦ Luis L¨®pez, de ACA.
Solo durante el pasado mes de diciembre, 28 personas perdieron la vida en incendios originados en sus viviendas. El 26 de diciembre, una madre y su hijo de tres a?os fallecieron tras incendiarse su casa en un barrio humilde cordob¨¦s. Entre las posibles causas que se barajan, figura un brasero el¨¦ctrico del sal¨®n. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, el 30 de diciembre, tres miembros de una familia de Ceheg¨ªn (Murcia) ¡ªla abuela, un nieto y un t¨ªo¡ª fallecieron tras desatarse un incendio en el piso. Entre los posibles causantes, hay tambi¨¦n un brasero. ¡°A m¨ª me parece surrealista que siga habiendo braseros en las casas¡±, dice uno de los responsables de Mapfre en prevenci¨®n de incendios, Jes¨²s Vicente Hern¨¢ndez.
El fuego que el pasado jueves caus¨® la muerte de una joven madre y sus dos mellizos (que pudo ser causado por una mala sujeci¨®n del tubo de goma de una bombona de gas) ha hecho que el presidente de la Diputaci¨®n de Sevilla se haya comprometido a proveer de detectores de humos a aquellas familias que no puedan permit¨ªrselos. En Palencia, la Diputaci¨®n ha puesto en marcha un plan piloto en Castilla y Le¨®n para frenar las muertes de personas mayores ¡ªtanto en incendios como intoxicadas por una mala combusti¨®n¡ª que viven en pueblos peque?os de zonas aisladas, donde tambi¨¦n son m¨¢s elevadas sus posibilidad de fallecer por una de las dos causas mencionadas. Los mayores de 65 a?os fueron el a?o pasado el 55% de los muertos en incendios en toda Espa?a.
El pasado 16 de diciembre, el presidente de la Diputaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Hern¨¢ndez, se desplaz¨® hasta Are?o, una de las 12 pedan¨ªas que conforman La Pern¨ªa, y entreg¨® los primeros detectores de humo y mon¨®xido del plan de prevenci¨®n a Pilar Onecha, 77 a?os, y Daniel G¨®mez, de 88, casados y residentes en un pueblo con cinco habitantes. La Consejer¨ªa de Familia de Castilla y Le¨®n est¨¢ pendiente de esta experiencia piloto y estudia implantar la medida en toda la comunidad aut¨®noma.
Espa?a es uno de los pa¨ªses con menor tasa de muertos en incendios
El ¨²ltimo informe de Mapfre, con datos de 2012 y 2013, se public¨® el mes pasado y recoge la evoluci¨®n de v¨ªctimas desde 1980. El cuadro resultante muestra una ca¨ªda firme. Mientras que en 1980 murieron 351 personas a consecuencias de las llamas, el a?o pasado fallecieron 132. ¡°Y son pocos si tenemos en cuenta que el a?o pasado los bomberos hicieron un total de 140.000 intervenciones¡±, dice Hern¨¢ndez, responsable del estudio, que se?ala que el riesgo de morir en un incendio es mayor cuanto menor es la poblaci¨®n del lugar donde se reside. El ¨ªndice de muertos por mill¨®n de habitantes en las poblaciones de menos de 1.000 residentes es entre cuatro y cinco veces mayor que en las ciudades m¨¢s grandes. El estudio incluye un cuadro con datos de 2010 que compara las muertes por cada mill¨®n de habitantes en los 34 pa¨ªses cuyos bomberos facilitan datos de fallecidos en incendios. Espa?a es el segundo pa¨ªs con menos muertos, junto con Holanda, con 4,1 fallecidos por mill¨®n de habitantes, solo por detr¨¢s de Suiza.
Los bomberos se?alan que hay un dato que se les escapa. Cuando una combusti¨®n falla, pueden fallecer personas al inhalar mon¨®xido de carbono sin necesidad de que se desate el fuego. Si el accidente sucede durante la noche, el riesgo de muerte aumenta, pues no suelen percatarse de que se est¨¢n intoxicando al ser este gas inodoro e incoloro y adormecer a quien lo inhala. ¡°Suele afectar antes a ni?os y ancianos, lo que puede ser un indicativo para los adultos de que algo no va bien¡±, dice Carlos Novillo, de la APTB.
El 1 de enero, en C¨®rdoba, un hombre vio desvanecerse a su mujer e hija y pudo pedir ayuda. Cuando los bomberos entraron en la vivienda los tres hab¨ªan perdido el sentido. Ingresaron en el hospital Reina Sof¨ªa con una intoxicaci¨®n moderada. Tuvieron suerte. Un fallo en la combusti¨®n de su calentador les caus¨® una saturaci¨®n de mon¨®xido de carbono en sangre del 40%, seg¨²n Rafael llamas, el m¨¦dico de urgencias que les atendi¨®. Tras seis horas respirando ox¨ªgeno de alto flujo, la concentraci¨®n en su sangre se redujo al 2%. Pudieron salvar sus vidas.
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