Podemos afianza su primera posici¨®n

Cambios en el centro derecha y en el centro izquierda, y PP y PSOE como principales perjudicados, aunque no solo. Si Podemos agit¨® las aguas de los electores de todos los partidos, dada su transversalidad, ahora Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera, ha irrumpido con ¨ªmpetu pocas semanas despu¨¦s de anunciar que se presentar¨¢ en toda Espa?a. La presi¨®n de Podemos y Ciudadanos ha tirado hacia abajo a los dos grandes partidos pero tambi¨¦n a Izquierda Unida y UPyD. Esta es la situaci¨®n que describe el estudio de Metroscopia sobre intenci¨®n de voto realizado los d¨ªas 7 y 8 de enero. En el clima social de Espa?a se ha producido una inflexi¨®n en la percepci¨®n de los ciudadanos sobre la situaci¨®n econ¨®mica que perciben como algo mejor y la mejor¨ªa abarcar¨¢ el nuevo a?o.

No es posible, sin embargo, establecer una posici¨®n categ¨®rica sobre qu¨¦ ocurrir¨¢ en cada fuerza pol¨ªtica dado el posible trasvase de votos entre partidos, adem¨¢s de la abstenci¨®n, que en seg¨²n este estudio hoy ser¨ªa del 28,4%. Podemos, sin embargo, s¨ª afianza su estabilidad.

En el bar¨®metro del mes de diciembre la fuerza de Pablo Iglesias baj¨® dos puntos y siete d¨¦cimas respecto al anterior en coincidencia con la denuncia de algunas irregularidades de miembros de esa formaci¨®n. Ahora los consultados retoman el impulso para alzarla en primera posici¨®n en estimaci¨®n sobre voto v¨¢lido. Con un 28,2% superar¨ªa al PSOE que se queda en un 23,5%, cuatro puntos menos que hace un mes. El PP desciende unas d¨¦cimas sobre el estudio precedente para quedarse en el 19,2 %. El voto del PP, se redistribuye m¨¢s que experimentar nuevas mermas. La sorpresa la ha deparado Ciudadanos que, despu¨¦s de obtener dos esca?os en las elecciones europeas del pasado mes de mayo, tras llevar m¨¢s de siete a?os de trabajo en Catalu?a, sube al tablero nacional con un 8% de los votos que podr¨ªa traducirse en m¨¢s de dos millones de papeletas. Esto les situar¨ªa tres puntos por encima de IU-ICV y de UPyD. La ruptura de las conversaciones entre el partido que lidera Rosa D¨ªez y de Ciudadanos se produjo en el mes de noviembre, aunque en estos momentos habr¨ªa un amago de reanudar esas conversaciones en Catalu?a, y de una manera urgente, si el presidente de la Generalitat, Artur Mas, adelanta las elecciones en esa comunidad aut¨®noma.

Todas las opciones, en todo caso, ponen en peligro la estabilidad del bipartidismo representado por PP y PSOE, que tendr¨ªan que compartir la tarta electoral con las dos nuevas fuerzas: Podemos y Ciudadanos, aunque hasta el momento real del voto habr¨¢ dudas sobre qui¨¦n se hace con la parte m¨¢s sustancial del tablero y, por tanto, qui¨¦n ser¨¢ la fuerza pol¨ªtica dominante.

Las consideraciones de los votantes sobre el porqu¨¦ de su posible voto y d¨®nde se sit¨²an ideol¨®gicamente llaman a la prudencia, por cuanto que prima el af¨¢n de castigar el bipartidismo y no tanto por m¨¦ritos del partido al que tienen intenci¨®n de votar. Tambi¨¦n est¨¢ por ver si Ciudadanos es un fen¨®meno coyuntural. De momento, algo m¨¢s de la mitad de los votos estimados le vendr¨ªan del PP, aunque tambi¨¦n recoger¨ªa apoyos de los abstencionistas y de nuevos votantes.

Si en la jornada electoral estas intenciones ahora declaradas se tradujeran en voto, UPyD e IU quedar¨ªan en las posiciones obtenidas en las elecciones de 2011. Ambos partidos trabajaron desde el principio de la legislatura para romper el bipartidismo y durante muchos meses las encuestas les recompensaban en apoyo creciente.

Si la marca de los partidos tradicionales es d¨¦bil tampoco hay fortaleza en sus l¨ªderes. Tan solo el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, obtiene un saldo positivo, con un +5. No le ocurre ya eso a Pablo Iglesias que en noviembre pasado fue el ¨²nico dirigente que no suspendi¨® por la m¨ªnima, un +1, pero ahora registra un saldo de -13 que, entre sus potenciales votantes pasa a ser de +72; 20 puntos inferior a la que obtiene Rivera entre los suyos.

No sale nada bien parado, otro mes m¨¢s, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con un saldo negativo de -50; el peor de todos los l¨ªderes, aunque es de +70 entre quienes dicen que le van a votar. El saldo negativo del l¨ªder del PSOE, Pedro S¨¢nchez, es de -16 aunque al igual que Mariano Rajoy aprueba con un +56 entre sus potenciales votantes.

La ausencia de reconocimiento a los cabezas visibles de los partidos tradicionales no es nueva, pero s¨ª llama la atenci¨®n la identidad de algunos rasgos b¨¢sicos de los votantes de todos los partidos. Son mayor¨ªa quienes actualmente tienen trabajo, quienes cuentan con estudios de segundo grado y se definen de clase media. En Podemos predominan los votantes que se declaran ateos o agn¨®sticos ¡ªcomo los de IU¡ª y su edad media es de 43 a?os, la m¨¢s baja solo por detr¨¢s de la que tiene el potencial votante de UPyD, que es de 40 a?os. No le falta raz¨®n al PSOE en sentirse directamente concernido por la presencia de Podemos, por la propensi¨®n de votantes anteriores del PSOE a dirigirse actualmente al partido de Iglesias.

En una escala de posicionamiento entre la izquierda y la derecha, que consta de 11 puntos, de 0 a 10, ambos inclusive, correspondiendo el 0 a un posicionamiento de extrema izquierda y el 10 a otro de extrema derecha, perciben a Podemos en el 2,8. Por tanto, m¨¢s escorado a la izquierda que donde sus posibles votantes se sit¨²an. Estos se colocan m¨¢s cerca de los votantes potenciales del PSOE (que se posicionan en el 4,2), que de su nuevo partido, seg¨²n el an¨¢lisis realizado por Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz, Investigador Principal de Metroscopia, e Ignacio Urquizu, miembro del seminario de an¨¢lisis pol¨ªtico de ese instituto.

El deseo de acabar con el bipartidismo es transversal aunque hay una motivaci¨®n mayor para los votantes de izquierda y moderados.

Ello es compatible con la percepci¨®n sobre los datos referidos a la situaci¨®n econ¨®mica y social, en la que se registra una inflexi¨®n moderada. Aumentan quienes creen que en el nuevo a?o les ir¨¢ mejor que en el anterior tanto a ellos como a su econom¨ªa familiar. En general, no se puede hablar de optimismo sino de ¡°menor pesimismo¡± aunque no es as¨ª en el caso del paro. Un 63%, frente al 65% de hace un a?o, cree que el paro va a seguir igual de alto, o incluso m¨¢s.