Pap¨¢, mam¨¢ y la t¨ªa Samantha
La justicia empieza a conceder permisos de maternidad en casos de gestaci¨®n subrogada, una pr¨¢ctica que utilizaron el a?o pasado 1.400 parejas espa?olas
Igor Lansorena y Leyre Goitia se conocieron con 18 a?os, estudiando en la universidad. A?os despu¨¦s se enamoraron, decidieron casarse y formar una familia. Meses antes del enlace, a Leyre, de 41 a?os y profesora de espa?ol de la Universidad de Deusto, le diagnosticaron linfangioleiomiomatosis, una enfermedad rara que afecta a algunas mujeres en edad f¨¦rtil. ¡°Pod¨ªa quedarme embarazada, pero hab¨ªa muchos riesgos¡±, explica. Tras el diagn¨®stico, lo primero que se plantearon fue la adopci¨®n. Pero les pareci¨® ¡°un proceso largo y complicado¡±. Viajar a Idaho y lograr que otra mujer ayudara a traer al mundo a su hijo acab¨® siendo m¨¢s sencillo y m¨¢s r¨¢pido. Decidieron entonces ser padres mediante gestaci¨®n subrogada, una t¨¦cnica reproductiva com¨²nmente conocida como vientre de alquiler.
Como ellos, unas 1.400 parejas siguieron el mismo camino el a?o pasado, seg¨²n las agencias de gestaci¨®n subrogada que funcionan en Espa?a. Si estos datos son precisos, fueron m¨¢s que las que lograron adoptar en el extranjero ¡ª1.188 seg¨²n el Ministerio de Sanidad, un 60% menos que en 2009¡ª. La f¨®rmula no para de crecer en Espa?a a pesar de que no es una pr¨¢ctica legal. La realidad est¨¢ superando a la prohibici¨®n y provocando incluso algunos cambios en las leyes: el Ministerio de Justicia est¨¢ ultimando la reforma para que estos ni?os puedan inscribirse en el Registro Civil como espa?oles y como hijos de los padres subrogados y algunos jueces est¨¢n concediendo, en contra del criterio de la Seguridad Social, bajas de maternidad y paternidad a estos progenitores.
Cifras y datos
El n¨²mero de ni?os espa?oles nacidos en 2013 por gestaci¨®n subrogada ronda los 1.400, seg¨²n varias agencias de subrogaci¨®n.
No es legal en Espa?a, seg¨²n la ley de t¨¦cnicas de reproducci¨®n humana asistida, aprobada en 2006.
En febrero del a?o pasado, una sentencia del Tribunal Supremo rechaz¨® registrar a un menor nacido mediante gestaci¨®n subrogada en Estados Unidos.
En 20 de los 27 pa¨ªses de UE la pr¨¢ctica no est¨¢ prohibida, pero algunas normativas son tan restrictivas que no se puede realizar.
En Estados Unidos es legal desde hace m¨¢s de tres d¨¦cadas. En los ¨²ltimos 10 a?os, se ha triplicado el n¨²mero de ni?os nacidos con esta t¨¦cnica. El coste ronda los 100.000 euros.
M¨¢s de una decena de sentencias judiciales ¡ªde los tribunales superiores de justicia de Madrid, Asturias, Catalu?a, Canarias y Castilla y Le¨®n y de algunos juzgados de lo social¡ª han dado la raz¨®n a estos padres. Casi todas, con los mismos argumentos de defensa de los ni?os: ¡°La denegaci¨®n de la prestaci¨®n supone en realidad privar a los menores de la asistencia y dedicaci¨®n que, a trav¨¦s de la prestaci¨®n, se abona a los padres¡±, se?ala por ejemplo el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Los jueces consideran que no pueden dejar a los menores desprotegidos aunque los padres hayan usado un procedimiento que no es legal en Espa?a. Es el mismo argumento que llev¨® en junio de 2013 al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo a condenar a Francia por no inscribir a estos menores en el Registro Civil. La Corte Europea antepuso el inter¨¦s de los ni?os a la legalidad o ilegalidad de la t¨¦cnica de reproducci¨®n.
En este momento, por lo tanto, los menores pueden inscribirse en el Registro Civil espa?ol con normalidad ¡ªy esto quedar¨¢ definitivamente consolidado tras la reforma legal¡ª y parece que los jueces se inclinan por conceder la baja maternal o paternal a sus progenitores. Pero la gran batalla est¨¢ a¨²n por comenzar. Los defensores de esta pr¨¢ctica est¨¢n promoviendo su legalizaci¨®n y conf¨ªan en reunir en los pr¨®ximos meses las firmas suficientes, 500.000, para presentar en el Congreso de los Diputados una iniciativa legislativa popular.
Me sent¨ª aliviada; con esta t¨¦cnica iba a poder tener hijos¡±, cuenta Leyre Goitia
Salvo UPyD, que incluye la regularizaci¨®n de esta pr¨¢ctica en su programa electoral, el resto de los partidos pol¨ªticos lo rechaza o est¨¢ debatiendo al respecto. El Partido Popular no tiene previsto tratar ahora el asunto y el socialista Pedro S¨¢nchez rechaz¨® p¨²blicamente su legalizaci¨®n. Pero en Izquierda Unida reconocen estar debatiendo su posici¨®n: ¡°Va a ser un tema de inter¨¦s en la pr¨®xima legislatura¡±, asegura Ascensi¨®n de las Heras, portavoz del partido en la Comisi¨®n de Igualdad del Congreso. En Podemos hay opiniones de todo tipo. La direcci¨®n no se pronuncia y en los c¨ªrculos de feminismo y de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales hay miembros a favor y en contra. De los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, solo siete no tienen regulada esta pr¨¢ctica: Espa?a, Francia, Portugal, Suiza, Alemania, Italia y Malta. ¡°Pero en algunos, como Reino Unido, la legislaci¨®n es tan restrictiva que la hace pr¨¢cticamente imposible¡±, avisa Antonio Vila-Coro, presidente de la asociaci¨®n Son Nuestros Hijos, que representa a m¨¢s de 300 familias que han recurrido a la t¨¦cnica. De ah¨ª que cuando una pareja lo hace, suela viajar a Estados Unidos, M¨¦xico, Rusia, Ucrania, Georgia, Kazajist¨¢n, Tailandia o, hasta hace unos meses, India, que tambi¨¦n lo permit¨ªa. ¡°En este pa¨ªs [India] hab¨ªa miles de cl¨ªnicas que utilizaban a mujeres pobres como gestantes¡±, critica Beatriz Gimeno, feminista y activista que est¨¢ trabajando en un libro sobre el tema. ¡°Esta t¨¦cnica da?a los derechos humanos y explota y mercantiliza el cuerpo de la mujer¡±. Este es el punto clave del debate: si permitirlo no supone autorizar una vulneraci¨®n de derechos.
Se trata de un debate abierto, con opiniones muy enfrentadas. ¡°Los que m¨¢s se oponen son algunos colectivos feministas y organizaciones religiosas¡±, se?ala Aurora Gonz¨¢lez, representante de la asociaci¨®n Gestaci¨®n Subrogada en Espa?a, con 4.000 adscritos. ¡°Es un tema muy complejo¡±, opina Yolanda Besteiro, presidenta de Mujeres Progresistas. ¡°Pero la legalizaci¨®n de los vientres de alquiler implica una discriminaci¨®n de clase y de g¨¦nero. Favorece que la gente con m¨¢s recursos lo realice y pone en situaci¨®n de riesgo a las mujeres m¨¢s desfavorecidas¡±. Realizar esta pr¨¢ctica en EE UU puede suponer un desembolso de unos 100.000 euros, aunque cualquier incidencia puede incrementar esa cifra; en otros pa¨ªses ronda los 50.000 euros. A Igor y Leyre les cost¨® 75.000. De ese dinero, la gestante obtiene 2.000 al mes. Para esta pareja, no hay abuso y estar¨¢n eternamente agradecidos a la mujer que les ayud¨® a concebir a sus hijos.
¡°Cuando nosotros empezamos, no ten¨ªamos ni idea del proceso¡±, explica Igor, de 41 a?os y periodista en la EITB. ¡°Lo ¨²nico que hab¨ªamos o¨ªdo eran noticias relacionadas con famosos que lo hac¨ªan¡±. Aunque entre un 70% y un 80% de las personas que recurren a esta t¨¦cnica son parejas heterosexuales, tabloides, peri¨®dicos y webs dedicaron p¨¢ginas y p¨¢ginas a los hijos de Ricky Martin o Miguel Bos¨¦, nacidos mediante maternidad subrogada. ¡°Existen muchos prejuicios¡±, opina Lansorena. ¡°Parece que es un procedimiento exclusivo para gente adinerada, mujeres que no quieren parir para no perder la l¨ªnea o para hombres homosexuales famosos. Pero no es as¨ª¡±.
Javier Cantero, m¨¦dico de 38 a?os, es homosexual. Ha sido dos veces padre soltero, en 2010 y en 2012, gracias a la maternidad subrogada. Ante la curiosidad de amigos y conocidos, abri¨® un blog contando su historia que deriv¨® en Surrobaby. ¡°Hacemos de intermediarios; asesoramos a los interesados y les acompa?amos en todo el proceso¡±, explica. No cobran por ello, sino que reciben una compensaci¨®n de la agencia de subrogaci¨®n de EE UU que se encarga de buscar una gestante. En el proceso de subrogaci¨®n intervienen muchas partes: la gestante; la pareja; la agencia de subrogaci¨®n; el psic¨®logo que eval¨²a y acompa?a; la cl¨ªnica de fertilidad donde se realiza el proceso; y el despacho de abogados que da cobertura legal a todas las partes. ¡°Nadie te asegura que vayas a tener un hijo, pero sin duda, el lugar con m¨¢s garant¨ªas es Estados Unidos¡±, dice Cantero.
Se trata de una mercantilizaci¨®n del cuerpo femenino¡±, dice Beatriz Gimeno
En ese pa¨ªs, la legalizaci¨®n de la t¨¦cnica se consolid¨® en 1986, y se calcula que el a?o pasado nacieron mediante esta pr¨¢ctica unos 2.000 ni?os, tres veces m¨¢s que hace una d¨¦cada. La mayor¨ªa de ellos, en California aunque Texas o Colorado tambi¨¦n la realizan. Pero Michigan, Arkansas o Nueva York la proh¨ªben o acotan.
En Boise (Idaho) la gestaci¨®n subrogada es legal. Tras varios meses de reflexi¨®n, all¨ª fue donde Igor y Leyre decidieron ser padres. ¡°Nos planteamos hacerlo en India porque era m¨¢s barato, pero daban menos garant¨ªas legales y las cr¨ªticas a las condiciones de las gestantes nos echaron para atr¨¢s¡±, recuerda la mujer. ¡°En un primer momento, me sent¨ª triste por no poder ser madre biol¨®gica, pero aliviada porque ¨ªbamos a poder tener hijos¡±.
Igor Lansorena viaj¨® solo a EE UU para dejar su esperma. Debido a su enfermedad, Leyre no pod¨ªa donar sus ¨®vulos por lo que tuvieron que recurrir a una ovodonaci¨®n. As¨ª, decenas de fichas pasaron ante sus ojos. En ellas se describ¨ªa el fenotipo de la donante (color de ojos, de pelo o tono de la piel) y detalles como su formaci¨®n, su trabajo o sus inquietudes, aunque estas caracter¨ªsticas no est¨¢n determinadas por la gen¨¦tica. Despu¨¦s de la selecci¨®n de ¨®vulos, tocaba un paso m¨¢s dif¨ªcil: conocer a la gestante. Aprovechando su viaje, Igor se entrevist¨® con tres candidatas. ¡°Desde el primer momento me gust¨® una: Sam. Me dio confianza¡±. A la vuelta a Espa?a se la present¨®, v¨ªa Skype (red social que permite hacer videoconferencias), a su mujer.
Para ser gestante en EE?UU hay que cumplir una serie de requisitos. El primero, tener menos de 38 a?os; el segundo, haber sido madre; el tercero, no querer serlo m¨¢s y, por ¨²ltimo, no tener problemas econ¨®micos. ¡°Sab¨ªa que con mis hijos hab¨ªa cumplido mi sue?o de ser madre, pero ten¨ªa la sensaci¨®n de que no me importar¨ªa quedarme embarazada de nuevo¡±, cuenta Samantha Aschliman desde Idaho por Skype. ¡°Y tom¨¦ la decisi¨®n de ayudar a otra pareja. Mi familia y amigos lo vieron raro al principio, pero tras informarse y al ver lo emocionada que estaba, me apoyaron¡±.
Samantha est¨¢ casada, es madre de dos hijos y ejerce de profesora de primaria. Su marido, que tambi¨¦n trabaja, le apoy¨® en su decisi¨®n. Cuando conoci¨® a Igor y a Leyre le parecieron adecuados. Antes, otra mujer hab¨ªa querido que fuera su gestante porque no quer¨ªa perder la figura con un embarazo. Samantha la rechaz¨®. ¡°Las donantes tambi¨¦n pueden elegir y decidir si se sienten c¨®modas con las personas con las que van a realizar el proceso¡±, explica.
¡°Lo m¨¢s duro fue no poder estar con Samantha durante todo el proceso¡±, cuenta Igor. ¡°Tanto a m¨ª como a Leyre, nos hubiera gustado pasar el ambarazo con ella, apoy¨¢ndola y acompa?¨¢ndola¡±. Durante los nueve meses que dur¨® la gestaci¨®n, ambas familias hablaban a menudo por Whatsapp y, una vez a la semana, por Skype. Tres semanas antes del parto, Igor y Leyre llegaron a Boise. Acompa?aban a Samantha al ginec¨®logo y daban paseos por la ciudad con Cody, el marido de Samantha, y sus hijos, Noble y Eli. En uno de ellos, una mujer se les acerc¨® y le dio la enhorabuena a la mujer embarazada. ¡°Son mellizos y ellos son los padres¡±, contest¨® con espontaneidad Samantha. ¡°La mujer la abraz¨® y nos dio la enhorabuena a todos: ¡®Qu¨¦ bonito lo que est¨¢is haciendo¡±, les dijo.
El 21 de julio nacieron los mellizos, Miren y Ohian. ¡°A partir de entonces nos visitaba a menudo y nos tra¨ªa leche¡±, recuerda Leyre. Tres semanas despu¨¦s del parto, se despidieron de Samantha y su familia y los cuatro embarcaron en un avi¨®n rumbo a Espa?a.
¡°A mis hijos se lo expliqu¨¦ todo y les dije simplemente que hab¨ªa estado cuidando de los mellizos de Igor y Leyre por ellos¡±, dice Samantha sin atisbo de duda. Los problemas entre padres de intenci¨®n y gestante no suelen ser habituales; Andrew W. Vorzimer, abogado de Los ?ngeles especializado en el tema, cuenta un centenar de casos problem¨¢ticos desde que se legaliz¨® la t¨¦cnica en EE UU.
¡°Hemos tenido mucha suerte¡±, dice Leyre. ¡°En 15 meses hemos sido padres, tenemos dos hijos preciosos y hemos conocido a una familia a la que estaremos por siempre agradecidos¡±, a?ade. En su cuello brilla una cadena de la que cuelgan un p¨¢jaro con dos polluelos: ¡°Es un regalo de Sam¡±, dice con una amplia sonrisa. Siguen teniendo contacto con ella. Se mandan fotos de los mellizos y hablan cotidianamente. ¡°Ella dice que es como la t¨ªa Sam¡±, apunta Igor.
A su vuelta a Espa?a se enfrentaron a algunos problemas. Primero, la filiaci¨®n: El Registro Civil no inscrib¨ªa a los menores nacidos mediante esta t¨¦cnica hasta que el verano pasado una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos se pronunci¨® al respecto. Despu¨¦s, el reconocimiento por parte de la Seguridad Social del permiso de maternidad para Leyre. Se la han denegado, pero ha recurrido ante los tribunales. ¡°Y esa es otra batalla que ganaremos¡±, conf¨ªa.
Mientras los cr¨ªticos alertan de diversos problemas morales que plantea esta forma de reproducci¨®n, Leyre la defiende sin atisbo de duda. ¡°Entiendo las suspicacias que puede despertar, pero mi experiencia ha sido muy positiva¡±, dice tajante. ¡°Defiendo la gestaci¨®n subrogada como yo la he conocido: mediante acuerdo libre y con derechos reconocidos. Para nosotros ha sido lo mejor que nos ha pasado en la vida.
Prestaciones y filiaci¨®n
En febrero del a?o pasado, una sentencia del Tribunal Supremo rechaz¨® registrar a un menor nacido mediante gestaci¨®n subrogada en Estados Unidos. La base de la decisi¨®n judicial: que seg¨²n el ordenamiento jur¨ªdico espa?ol la filiaci¨®n de los hijos nacidos por gestaci¨®n de sustituci¨®n ¡°ser¨¢ determinada por el parto¡±. Es decir, que la gestante deber¨ªa figurar como madre.
A partir de ese momento, los consulados espa?oles dejaron de registrar en varios pa¨ªses la relaci¨®n paternofilial de estos menores. En junio, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pronunci¨¢ndose sobre un caso similar ocurrido en Francia, antepuso el inter¨¦s de los menores y oblig¨® a inscribir a los ni?os como hijos de los llamados ¡°padres y madres de intenci¨®n¡±. Desde entonces, el registro de los hijos de espa?oles que hab¨ªan nacido mediante este proceso volvi¨® a realizarse con normalidad. Y el ministro de Justicia anunci¨® varias enmiendas al proyecto de reforma de la Ley del Registro Civil para reconocer la filiaci¨®n de estos menores.
Otro escollo legal al que se enfrentan los padres es la obtenci¨®n de la prestaci¨®n por maternidad o paternidad que, de manera sistem¨¢tica, se les niega. ¡°La prestaci¨®n se da a quien es padre o madre por parto natural o por adopci¨®n¡±, se?ala un portavoz del Ministerio de Empleo. Muchos jueces, sin embargo, est¨¢n revisando esta pr¨¢ctica y concediendo las bajas.
Estos son algunos de los motivos que se aducen: ¡°La denegaci¨®n de dicha prestaci¨®n por maternidad ser¨ªa contraria al esp¨ªritu de la ley y del ordenamiento jur¨ªdico y repugnar¨ªa a la l¨®gica m¨¢s primaria¡±. ¡°Es evidente que el derecho a la no discriminaci¨®n en funci¨®n de la filiaci¨®n supone un orden p¨²blico constitucional¡±. ¡°El derecho que nos ocupa es la cobertura prestacional a una situaci¨®n de intereses complejos entre los que destaca, como predominante, la atenci¨®n del menor durante la etapa inicial de su vida familiar¡±.
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