Rajoy aconseja a los espa?oles ¡°no jugar a la ruleta rusa¡± con Podemos

La convenci¨®n del Partido Popular (PP) se convirti¨® definitivamente en una gran plataforma de respuesta a Podemos, el fen¨®meno que inquieta a todas las estructuras de la pol¨ªtica. El PP ha decidido que el PSOE ya no es su principal rival y lo ningune¨® a lo largo de los tres d¨ªas de reuni¨®n. Por el contrario, Podemos centr¨® casi todos los discursos y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la clausura, lanz¨® un mensaje claro: el PP es la estabilidad; Podemos, un experimento peligroso. ¡°No podemos jugarnos el futuro de nuestros hijos a la ruleta rusa de la frivolidad, la incompetencia y el populismo. No podemos¡±, dijo el presidente, haciendo un juego de palabras con el nombre del partido de Pablo Iglesias.

Los veteranos de la pol¨ªtica coinciden: pocas cosas unen m¨¢s a un partido en un momento dif¨ªcil que un enemigo exterior. Si todo falla, siempre queda pedir a los votantes del PP que acudan a las urnas contra Podemos, explican algunos estrategas. Con el trasfondo de las elecciones griegas, Rajoy y los suyos se han puesto manos a la obra para tratar de frenar el ascenso de Podemos con el mismo argumento que ha usado en Grecia Andonis Samar¨¢s para combatir a Syriza: cuando empieza la recuperaci¨®n no es tiempo de cambiar y arriesgar. ¡°Espa?a no est¨¢ para retrocesos en el tiempo ni saltos al vac¨ªo. No podemos tirar por la borda el sacrificio de tantos espa?oles¡±, sostuvo el jefe del Ejecutivo.

¡°No es lo mismo dar doctrina en un plat¨® de televisi¨®n que defender los intereses de Espa?a en el Consejo Europeo¡±, asever¨®, en clara referencia a Iglesias. ¡°Algunos confunden la pol¨ªtica con el serm¨®n de la monta?a¡±, lleg¨® a clamar. ¡°No ofrecen nada, solo confusi¨®n, ocurrencias y peleas entre ellos¡±, insisti¨® mientras su partido, ¡°con sus errores¡±, ofrece ¡°estabilidad, seguridad, moderaci¨®n, Constituci¨®n, libertad e igualdad entre los espa?oles¡±. ¡°No veo ning¨²n proyecto alternativo viable al del PP¡±, remat¨®.

El mensaje del miedo al experimento de Pablo Iglesias y de la estabilidad que representan los populares ser¨¢ ya con seguridad el eje de la campa?a de Rajoy.

El presidente concentr¨® su discurso en un llamamiento al optimismo, para animar a su partido, hundido en las encuestas y muy preocupado por el posible desastre electoral. ¡°Hay algunos que quieren prohibir el optimismo a los espa?oles. No podemos permitirlo. No podemos rendirnos a sus sombr¨ªos or¨¢culos, ni a su pesimismo oportunista¡±. Sigui¨® en el juego del ¡°no podemos¡±.

¡°No podemos volver a asomarnos al precipicio que acabamos de abandonar. Sabemos que los problemas no se resuelven con palabras m¨¢gicas, ni conjuros caribe?os¡±, incidi¨®, siempre con referencias a la formaci¨®n de Iglesias y sus vinculaciones con el chavismo.

¡°Hablar es muy f¨¢cil; gobernar en tiempos tan duros, no. En los m¨ªtines es muy f¨¢cil prometer la luna e incluso el sol, pero a la hora de sacar las casta?as del fuego, las cosas se complican¡±, destac¨®.

Por eso pidi¨® a los suyos, alica¨ªdos, que salgan a la calle ¡°con la cabeza bien alta¡± a contar que el PP ¡°ha sacado a Espa?a del agujero¡±. Y ah¨ª lleg¨® otra parte pol¨¦mica de su discurso. Asegur¨® que todo se ha hecho ¡°sin que Espa?a se rompiera por sus costuras: ni por sus costuras sociales ni por sus costuras territoriales¡±. Rajoy lleg¨® a negar los recortes. ¡°No hemos recortado en lo sustancial el Estado de bienestar¡±, mantuvo. Todo parec¨ªa pensado para ofrecer argumentos a alcaldes y presidentes auton¨®micos en la larga campa?a ya casi iniciada para los comicios del 24 de mayo.

El discurso de Rajoy era muy esperado tras los golpes que recibi¨® el viernes de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, quien le eligi¨® como sucesor, pero lleva a?os mostrando que no le gusta la l¨ªnea pol¨ªtica del presidente. A su estilo, Rajoy contest¨® a Aznar. Si el expresidente hab¨ªa lanzado dos preguntas dur¨ªsimas ¡ª¡°?D¨®nde est¨¢ el PP? ?Aspira realmente a ganar las elecciones?¡±¡ª su sucesor replic¨® con otra: ¡°Lo primero que debemos preguntarnos es: ?Ha habido o no un cambio en Espa?a desde que gobierna nuestro partido?¡±. A partir de ah¨ª desgran¨® en un largo discurso los logros que aprecia en su gesti¨®n en un tono de gran optimismo, casi euforia.

Durante tres d¨ªas, Rajoy no ha contestado una sola pregunta de la prensa, que quer¨ªa inquirirle sobre Luis B¨¢rcenas y sus graves acusaciones. En el discurso tampoco mencion¨® al extesorero de su partido. Hizo algunas referencias al asunto de la corrupci¨®n y asegur¨® que ¡°en Espa?a no hay impunidad¡±, pero ni una palabra sobre el esc¨¢ndalo del caso G¨¹rtel, que avanza en los tribunales y presiona tanto al PP como a su presidente.