La casta somos todos
Segunda entrega de la disecci¨®n que John Carlin hace al partido de Pablo Iglesias El escritor y periodista trata de descifrar las causas del fen¨®meno y su proyecto pol¨ªtico
De si es verdad que la revoluci¨®n tendr¨¢ que esperar, o de si cabe la posibilidad de que Podemos pase a la historia como un mero revulsivo social, no parecen haberse enterado los militantes de Podemos en un acto p¨²blico en Vallecas, el cl¨¢sico barrio obrero del sur de Madrid. ¡°?Estamos a punto de derribar los muros del castillo!¡±, exclama uno de los oradores. Tampoco se respira mucha diversidad ideol¨®gica. El acto se inicia con una consigna, aclamada con j¨²bilo: ¡°?Un brindis por la revoluci¨®n cubana!¡±.
El acto se celebra en el Ateneo Republicano de Vallecas, una especie de club social para vecinos de tendencia izquierdista. Pero ahora hay algo nuevo que les une: la sensaci¨®n de que s¨ª, se puede ganar.
¡°Estamos viviendo un momento hist¨®rico, un momento de ilusi¨®n¡±, declara un asistente. ¡°El pueblo obrero y guerrero de Vallecas se prepara para el cambio¡±, proclama otra. Se repiten disciplinadamente las consignas de la direcci¨®n: ¡°Combatir la casta y a la gentuza que nos ha declarado la guerra a los ciudadanos¡±, a ¡°los banqueros responsables de los desahucios¡±, a ¡°los poderes ocultos que han secuestrado la democracia¡±, a ¡°los pol¨ªticos podridos¡± que se llenan los bolsillos mientras los ni?os pasan hambre en los colegios. ¡°La batalla contra la desigualdad es lo que Podemos representa, ante todo¡±, y cuando llegue al poder ¡°los peces peque?os se comer¨¢n a los peces grandes¡±.
Propuestas concretas sobre c¨®mo se acabar¨ªa con la desigualdad no hay, y esp¨ªritu de transversalidad, poco. Pero entusiasmo, s¨ª. Y lo que queda constatado es que aunque los n¨²meros que acumula Podemos provengan de un amplio sector, la energ¨ªa pol¨ªtica, el petr¨®leo que alimenta el motor Podemos, es de izquierdas. Como lo es un diario en venta en una mesa a la entrada del Ateneo llamado El Otro Pa¨ªs. En la p¨¢gina cuatro hay un art¨ªculo muy cr¨ªtico con la formaci¨®n cuyo argumento central es que Podemos, ¡°desideologizado¡±, ha imitado el modus operandi pol¨ªtico de las potencias capitalistas. ¡°Para entender el ¨¦xito electoral (presente y futuro) de Podemos¡±, dice el art¨ªculo, hay que recurrir a lo que ¡°los publicistas estadounidenses resumen en: 1) contar una historia; 2) ser breve; 3) ser emocional¡±.
Maribel Cabrera tiene 36 a?os, los mismos que Pablo Iglesias, su vecino en Vallecas. Maby, como sus amigos la conocen, vende ropa deportiva en El Corte Ingl¨¦s, donde gana 850 euros al mes. A sus espaldas tiene una agitada trayectoria como sindicalista y activista local, curtida en el movimiento indignado 15-M; hoy forma parte del equipo de 25 personas que representa a Podemos en el municipio de Madrid.
¡°Cuando no ten¨ªa pareja quer¨ªa a Brad Pitt¡±, cuenta Maby, que hoy s¨ª tiene pareja y una hija. Irradia energ¨ªa y buen humor y ya no sue?a m¨¢s con hacerle la competencia a Angelina Jolie. Es su manera de explicar c¨®mo su asociaci¨®n con Podemos le ha rebajado las expectativas pol¨ªticas, adapt¨¢ndolas al mundo como es, no como quisiera que fuera.
¡°He sido de izquierdas toda la vida porque quer¨ªa igualdad social, pero veo que los partidos de izquierda no han conseguido nada, que las ideas ut¨®picas de izquierdas no pueden m¨¢s. Eso fue hace dos siglos. Podemos es intentar adaptar la sociedad a lo que se puede hacer hoy, es decir, con mucho trabajo y poco a poco, ni de izquierdas ni de derechas¡±.
A diferencia de Maby, Manu B¨¢ez, de 32 a?os, y Rafa Arias, de 52, ambos tambi¨¦n de Vallecas, carecen de trayectoria en la militancia pol¨ªtica. Manu, que se gana la vida como profesor de m¨²sica, no hab¨ªa votado nunca. Pablo Iglesias empez¨® a convencerle desde su programa de televisi¨®n, La Tuerka. ¡°Me gust¨® desde un principio¡±, dice, ¡°porque no me trataba como imb¨¦cil¡±.
Aunque los n¨²meros que acumula Podemos provengan de un amplio sector, la energ¨ªa pol¨ªtica, el petr¨®leo que alimenta el motor, es de izquierdas
Rafa Arias, celador en un hospital adem¨¢s de camarero ocasional, destaca lo mismo. ¡°Siento que Iglesias y los otros profesores universitarios que dirigen Podemos me tratan con respeto, que hacen caso a gente como yo¡±.
Andr¨¦s Serrano, jefe de unidad en la Polic¨ªa Municipal de Madrid, comparte con Maby una dilatada trayectoria de izquierdas. Lleg¨® a militar en Izquierda Unida, pero su prioridad hoy no es llegar a la dictadura del proletariado. ¡°He bajado el list¨®n¡±, dice durante una conversaci¨®n en un bar c¨¦ntrico de la capital. ¡°Me conformo por ahora con un pa¨ªs m¨¢s decente, un pa¨ªs donde el trabajo bien hecho tenga recompensa. Que salga el mejor, no el amigo de alguien¡±.
?Aboga, entonces, por un capitalismo decente? ¡°De momento, s¨ª. Yo firmo ahora un capitalismo donde mis hijos se esfuercen y les vaya bien. Ahora queremos lo b¨¢sico, que es regenerar el pa¨ªs, modernizarlo, acabar con las redes de complicidades y los clientelismos, que ha sido lo nuestro desde el franquismo¡±.
Pero ?no teme que la ilusi¨®n se convierta en decepci¨®n en caso de que Podemos llegue al poder y descubra que las arcas del Estado est¨¢n vac¨ªas? ¡°Hay que apostar por algo¡±, responde Andr¨¦s, ¡°y yo he elegido apostar por Podemos. Pero, s¨ª, decepcionar¨¢, inevitablemente. El paro no se acabar¨¢ ma?ana. Si hay cambio ser¨¢ poco a poco. Pero con tal de que se apliquen las leyes y se d¨¦ ejemplo de honestidad, un ejemplo que ayude a cambiar la forma de ser de la sociedad, ver¨¦ justificado mi voto¡±.
Alfonso tiene un perfil diferente de los anteriores simpatizantes de Podemos, pero comparte la idea de que las corruptas costumbres de la casta se filtran por toda la ciudadan¨ªa. Alfonso, que prefiere no revelar su verdadero nombre, tiene 48 a?os. Estudi¨® en una universidad inglesa y ha sido director financiero en varias grandes empresas, entre ellas Telef¨®nica. Ha votado al PSOE y tambi¨¦n al PP. Hoy piensa votar a Podemos. Incluso ha donado dinero al partido.
Su principal atracci¨®n para el electorado radica no en la fuerza de sus ideas, sino en la de su visi¨®n moral
Como Andr¨¦s Serrano, Alfonso piensa sobre todo en el futuro de sus hijos. ¡°Sus posibilidades a d¨ªa de hoy son mucho peores que las de mi generaci¨®n y todos, no solo los pol¨ªticos, hemos sido c¨®mplices de esta situaci¨®n¡±, dice. El problema es, en esencia, moral. O, por decirlo de otra manera, los h¨¢bitos amorales de la famosa casta se extienden a todos. ¡°El 95% de los espa?oles piensa que ¡®si hago esto y no me pillan, bien¡¯. Yo veo a Podemos como una posibilidad, la ¨²nica que veo en el panorama pol¨ªtico, de cambiar y regenerar el sistema en general¡±.
Alfonso insiste en que es el sistema; no es que los espa?oles sean gente corrupta por determinismo biol¨®gico. Cuando llega un ingl¨¦s a Espa?a se suma alegremente a la cultura del ¡°con IVA o sin IVA¡±; se compra un porcentaje de su casa en la Costa del Sol con dinero negro. Todo tiene que ver con el sistema ¨¦tico, que viene de arriba, seg¨²n Alfonso. Por eso ¨¦l, como Andr¨¦s Serrano, considera que con tal de tener un Gobierno que insista en la aplicaci¨®n de las leyes y d¨¦ ejemplo con su manera de administrar el poder, Espa?a ya ganar¨ªa mucho. ¡°Con tal de que al menos tengan como prioridad combatir el paro y, ante todo, que impongan su modelo de transparencia, ya hay m¨¢s que suficiente raz¨®n para votarles¡±.
Curiosamente, siendo Podemos un partido formado por profesores universitarios, su principal atracci¨®n para el electorado radica no en la fuerza de sus ideas, sino en la de su visi¨®n moral. Podemos lo sabe y todo indica que va a tener como estrategia de aqu¨ª a las elecciones de fin de a?o eludir todo lo que pueda hablar de proyectos concretos ¡ªcosa bastante habitual en los partidos tradicionales que tanto critican¡ª y har¨¢ lo posible para centrarse en donde son m¨¢s fuertes y cre¨ªbles, en su misi¨®n de transformaci¨®n pol¨ªtica y social.
Durante una conversaci¨®n de 45 minutos Juan Carlos Monedero, uno de los profesores fundadores, parece sentirse m¨¢s c¨®modo hablando de transformaci¨®n que de proyectos concretos, pese a que ¨¦l ha sido se?alado como el encargado en Podemos de formularlos.
Esa Espa?a es a la que apunta Podemos, ese sector de la poblaci¨®n aparentemente creciente que se mira de repente con cierta verg¨¹enza
?La transformaci¨®n se aplicar¨ªa tambi¨¦n a la universidad, el mundo del que todos los dirigentes de Podemos provienen? ¡°La universidad en Espa?a es muy franquista en su forma de ser¡±, contesta Monedero. ¡°Es endog¨¢mica, no tolera la desobediencia. Dime cinco grandes obras de la universidad espa?ola de los ¨²ltimos 20 a?os. No hay¡±. ?Quiere decir que la universidad tambi¨¦n es casta? ¡°Totalmente. El que le lleva el malet¨ªn al catedr¨¢tico es el que asciende. No es ninguna met¨¢fora¡±.
Y si Espa?a es un pa¨ªs donde hasta un tercio de los desempleados trabaja en negro y a la vez muchos cobran como desempleados, donde saltarse la ley para provecho propio es m¨¢s la regla que la excepci¨®n, ?no se podr¨ªa decir, entonces, que todos son c¨®mplices de la casta?
¡°Claro¡±, responde Monedero. ¡°Pero con un matiz. Si son corruptos los pol¨ªticos es porque la gente los tolera, pero se ha roto la identificaci¨®n del pueblo con los pol¨ªticos y hay una Espa?a ahora que no se ve reflejada en esa manera de ser¡±.
Esa Espa?a es a la que apunta Podemos, ese sector de la poblaci¨®n aparentemente creciente que, como dice Monedero que le ocurri¨® a ¨¦l en sus viajes al extranjero, se mira de repente con cierta verg¨¹enza y siente un fuerte deseo de modernizar el pa¨ªs. ¡°Somos conscientes¡±, abunda Monedero, ¡°de que si no cambiamos la cultura pol¨ªtica del pa¨ªs no cambiamos nada¡±.
?C¨®mo se hace eso? ¡°Haciendo que nadie pueda tener impunidad, que se cambien algunas leyes, que los partidos no decidan los puestos judiciales y haya independencia del Poder Judicial¡±. Entonces, ?a lo que apunta Podemos, como lo ve Andr¨¦s Serrano, es a un capitalismo decente? Monedero se toma un par de segundos antes de responder. ¡°No existe¡±, dice. ¡°No existe el capitalismo con rostro humano. Si te lo ofrecen te est¨¢n mintiendo. Una renta b¨¢sica, por ejemplo: eso no te lo puede ofrecer el mercado¡±. ?Eso no suena bastante a vieja izquierda? ¡°No. En el momento que vivimos las ideolog¨ªas son una autoindulgencia¡±.
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