El coraz¨®n helado en enero
Dolores Gonz¨¢lez Ruiz muri¨® en ese mes tan ligado a su recuerdo, al nuestro, a su dolor y a nuestro dolor
Hoy, 1 de febrero, hemos despedido a nuestra compa?era y amiga Dolores Gonz¨¢lez Ruiz y a su compa?ero de estos ¨²ltimos 20 a?os Jos¨¦ Mar¨ªa Zahera, en un fr¨ªo d¨ªa de invierno en el que el calor del recuerdo y el orgullo de nuestra vivencia con ellos ha sido un aliciente toda nuestra vida.
Lola muri¨® en enero, en ese mes tan ligado a su recuerdo, al nuestro, a su dolor y a nuestro dolor. Y por ese recuerdo quiero hablaros, personal y colectivamente, sobre todo de Lola, sin dejar de reconocer el afecto a Jos¨¦ Mar¨ªa, con el que ella vivi¨® todos estos ¨²ltimos a?os, pero sabiendo que con Lola nos ha unido, y nos seguir¨¢ uniendo, una larga y vibrante historia.
Nos conocimos la mayor¨ªa de nosotr@s en la Facultad de Derecho de Madrid, en distintos a?os, pero unidos al final por un com¨²n compromiso en la militancia de izquierdas de nuestro pa¨ªs. Ella empez¨® en el Frente de Liberaci¨®n Popular (FELIPE), otr@s ven¨ªamos de la FUDE, del sindicato democr¨¢tico de estudiantes y de los cristianos de base, para confluir en la Organizaci¨®n de Abogad@s del Partido Comunista de Espa?a, que despu¨¦s dejar¨ªamos tras diversas vicisitudes, pero siempre hemos mantenido un compromiso con la izquierda.
Les dispararon a ellos, indefensos,
Nuestra actividad la ejerc¨ªamos sobre todo como abogad@s defensores de las fuerzas antifranquistas, de los sindicatos clandestinos, sobre todo CC OO, y de las personas que necesitaban ser defendidas en la reclamaci¨®n de sus derechos. Personalmente, con Lola trabajamos juntas desde principios de los a?os setenta, cuando unimos nuestros despachos profesionales de General Ora¨¢ y Modesto Lafuente, formando un ¨²nico despacho, el de Espa?oleto 13, en el que nos mantuvimos unidos hasta despu¨¦s de 1977, cuando tuvo lugar la legalizaci¨®n de los partidos y de los sindicatos que defend¨ªamos hasta entonces. He de recordar los innumerables despachos de profesionales dedicados a estas tareas en muchos puntos de Espa?a, pero en Madrid, desde el de la calle Cruz 16 con Mar¨ªa Luisa Su¨¢rez, Antonio Montesinos, etc¨¦tera, que fueron nuestros maestros, continuando sus ense?anzas en despachos como Atocha, Espa?oleto, Alcal¨¢, etc¨¦tera y con distintos centros en Getafe, Torrej¨®n, Vallecas, etc¨¦tera, etc¨¦tera, donde se asesoraba a las asociaciones de vecinos en sus luchas importantes en esos a?os.
Valga esta enumeraci¨®n m¨ªnima de la vida profesional vibrante a la que nos enfrentamos cientos de abogad@s en aquellos a?os, pero lo que me interesa destacar hoy, despu¨¦s del adi¨®s a Lola, es el dolor que vivimos junt@s en los ¨²ltimos a?os del franquismo y la llamada Transici¨®n democr¨¢tica.
Lola ten¨ªa el coraz¨®n helado por el mes de enero. Enero la separ¨® de su primer compa?ero de amores, Enrique Ruano, asesinado por la polic¨ªa el 20 de enero de 1969, sin poder estar a su lado porque ella estaba detenida en la propia polic¨ªa. Un 24 de enero de 1977 unos asesinos de la extrema derecha entraron en el despacho de Atocha 55 y, reunidos all¨ª los abogados del partido que asesoraban a las asociaciones de vecinos, les dispararon sus armas a ellos, indefensos, que solo ten¨ªan leyes en sus manos para defender a los m¨¢s combativos y luchar por la democracia. All¨ª cayeron Javier Sauquillo, Enrique Valdelvira, Luis Javier Benavides, ?ngel Rodr¨ªguez y Seraf¨ªn Holgado. Sobrevivieron con graves lesiones, t¨², Lola, Luis Ramos, Miguel Sarabia y Alejandro Ruiz Huertas. Luis y Miguel tambi¨¦n murieron a?os despu¨¦s. T¨², ahora, y solo nos queda Alejandro en vida, pero vosotros en nuestros corazones.
Tambi¨¦n ese 24 de enero te hel¨® y nos hel¨® el coraz¨®n a tod@s, pero muy especialmente a ti, pues all¨ª perdi¨® la vida tu compa?ero inseparable en tu amor, Javier Sauquillo, hermano de Paca, amiga y compa?era del alma, y tampoco pudiste estar a su lado, pues te debat¨ªas entre la vida y la muerte en el hospital 12 de Octubre. Pero en ambas fechas tr¨¢gicas de enero pudimos estar a tu lado y compartir contigo tu dolor y el nuestro.
Cuando ayer estaba hecha polvo al saber la noticia, vi en televisi¨®n la imagen de un gent¨ªo impresionante que reclamaba democracia y que gritaba que era la hora del cambio y de la ilusi¨®n.
Pues aunque hayan pasado tantas y tan terribles cosas despu¨¦s de todos estos a?os, yo record¨¦ aquel silencio impresionante de cientos de miles de personas con l¨¢grimas en los ojos que garantizaron la seguridad que las autoridades de entonces no pod¨ªan asegurarnos en ese entierro y que, sin hablar, sab¨ªan que no se pod¨ªa negar la democracia, no por la Transici¨®n que ellos dicen hicieron, sino por el dolor y la muerte de tanta gente en todo ese tiempo del franquismo y despu¨¦s, en enero de ese a?o, las de Arturo Ruiz, Mary Luz N¨¢jera y los compa?eros de Atocha. Adem¨¢s de las c¨¢rceles y condenas de cientos de miles de represaliados, exiliados, que clamaban por restaurar la democracia arrancada a los espa?oles por el golpe militar del general Franco, al que hoy, incluso autoridades del actual Gobierno, llaman ¡°cruzada nacional¡±.
Por eso reivindico el dolor de Lola, el dolor de todos los que lucharon por la democracia, que el silencio de aquel entierro de ojos rojos del llanto supusieron la misma ilusi¨®n de cambio que hoy, cuando otras generaciones que tienen el compromiso con su tiempo piden un cambio para hacer real la democracia que con tanto dolor conseguimos. Por eso tenemos que recordar para atr¨¢s con ilusi¨®n e igualmente tenemos que rebelarnos con compromiso contra la situaci¨®n de destrozo democr¨¢tico que estamos viviendo.
Hace pocos d¨ªas, la Fundaci¨®n Abogados de Atocha, que cre¨® CC OO en 2004 en vuestro recuerdo y de la que eras presidenta de honor, ha dado como todos estos a?os los premios Abogados de Atocha a la jueza Mar¨ªa Servini, que lleva la querella argentina por los cr¨ªmenes del franquismo y a los actores que lucharon m¨¢s de 40 a?os por la mejora de sus condiciones. T¨² no pudiste venir porque todav¨ªa te dol¨ªa la historia.
Lo malo para nosotros es que en estos eneros que te helaron y que nos helaron el coraz¨®n pod¨ªamos estar a tu lado, pero hoy nos has dejado solos, con nuestro coraz¨®n helado pero con nuestro compromiso inquebrantable contigo, y queremos vivir hoy dando consuelo a vuestras familias, con nuestro abrazo a tus hermanos y a sus hijos, tus queridos sobrinos, y a los hijos de Jos¨¦ Mar¨ªa. Con Paca, con Margot, con los compa?eros que te queremos pasaremos un nuevo enero para llenar de ilusi¨®n la democracia como las llenasteis vosotros incluso con vuestra vida. ???Hasta siempre Lola!!! Que descanses en tu Santander querido, con tus cenizas cara al mar, como dir¨ªa Serrat: ¡°En la ladera de un monte, m¨¢s alto que el horizonte quiero tener buena vista...¡±.
Cristina Almeida en nombre de todos tus compa?eros y amigos y de la Fundaci¨®n Abogados de Atocha.
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