La Infanta, sin palacete ni calle en Palma
La Rambla de los Duques de Palma ya no aparece en el callejero de la ciudad La izquierda quiere que el Ayuntamiento reclame al Rey que revoque el ducado
Una cita en Palma, un juicio, se cruza en el futuro de Cristina de Borb¨®n. La ciudad ha retirado su nombre a una calle. La Rambla de los Duques de Palma ya no aparece en el callejero. La izquierda quiere que el Ayuntamiento reclame a Felipe VI que revoque el ducado. Las claves del porvenir de la Infanta est¨¢n en una causa penal, el caso N¨®os, que se celebrar¨¢ en el plazo de un a?o. El esc¨¢ndalo de supuesta corrupci¨®n, investigado desde 2010, ha supuesto un descalabro para la hija del rey Juan Carlos.
La esposa de I?aki Urdangarin fue apartada de la agenda de la Casa Real y despu¨¦s excluida de la Familia Real. Tambi¨¦n tuvo que dejar su residencia en Estados Unidos, abandonar y poner en venta su palacete de Barcelona e instalarse en Suiza. Ahora acaba de traspasar la propiedad de la mansi¨®n por 6,9 millones de euros ¡ªse hab¨ªa gastado 10¡ª pero solo podr¨¢ anular la hipoteca de 4,9 y pagar parte de la fianza millonaria impuesta a la pareja, m¨¢s de 15 millones.
El sumario del caso Urdangarin ser¨¢ trasladado, en d¨ªas, desde el juzgado de Jos¨¦ Castro, donde se instruy¨®, hasta el tribunal de la Audiencia de Palma, donde se celebrar¨¢ el juicio. Cristina de Borb¨®n est¨¢ acusada por dos supuestos delitos de fraude fiscales, con posibles penas de hasta ocho a?os de c¨¢rcel. Ir¨¢ al banquillo con I?aki Urdangarin, principal protagonista de la trama de corrupci¨®n, y otros 15 cargos pol¨ªticos y gestores.
La vida de la hija menor de los reyes Juan Carlos y Sof¨ªa est¨¢ ligada desde ni?a a Palma, donde pas¨® gran parte de los veranos de su vida. En 1997 se convirti¨® en Duquesa de Palma, un t¨ªtulo de identidad simb¨®lica (evoca un dominio sobre un territorio) que recibi¨® de su padre, como prueba del "profundo afecto y cari?o" a la "muy querida hija". La marca antigua feudal le fue otorgada a con motivo de su boda con Urdangarin, duque consorte.
La rambla es la ruta habitual entre el juzgado y la Audiencia. Y en un lateral de este eje judicial queda la Fiscal¨ªa. El paseo tradicional con floristas en la ciudad vieja fue bautizado, en homenaje a la pareja, Rambla de los Duques de Palma. Pero en 2013 perdi¨® sus placas y el nombre desapareci¨® de las rutas urbanas de la capital de Mallorca.
La retirada simb¨®lica de honores registrada en la reciente memoria hist¨®rica fue una decisi¨®n pol¨ªtica del Ayuntamiento de Palma, una muestra de incomodidad y censura p¨²blica hacia las figuras de Urdangarin y su esposa, por su trayectoria en la tormenta judicial y pol¨¦micas a¨²n sin cerrar.
La Infanta ya conoce el juzgado de instrucci¨®n, donde pas¨® cinco horas contestando al juez Castro, que le llam¨® "se?ora" y anot¨® "se?ora de Borb¨®n". Ella le dec¨ªa "se?or¨ªa", pero sus m¨¢s de 500 breves respuestas fueron evasivas: 182 "no lo s¨¦", 55 "no lo recuerdo" y 52 "lo desconozco". Lo completaron muchos "no me consta", "no me suena",?"no me resulta familiar" y "confiaba en mi marido". La Infanta enamorada, que rechaz¨® separarse y renunciar a la l¨ªnea sucesoria a la Corona, hab¨ªa entrenado el interrogatorio para no salirse del guion. El juez no qued¨® convencido.
Palma fue una plataforma en la vida social de la Infanta. Existe un relato con im¨¢genes tomadas en cuatro d¨¦cadas de veraneos en el Palacio de Marivent, en las recepciones en la Almudaina y, en especial, en ambientes deportivos. La vocaci¨®n marinera, de regatista, se expres¨® desde ni?a en la escuela de vela de Calanova (donde van sus cuatro hijos) y, de manera especial, como deportista en la Copa del Rey de vela. All¨ª cuaj¨® buenas relaciones y fidelidades. Una de estas amistades cordiales fue Pepote Ballester, regatista y oro ol¨ªmpico, que intim¨® con el Pr¨ªncipe y las Infantas, que asistieron a su boda en Pollen?a.
La vida de la Infanta est¨¢ ligada desde ni?a a Palma, plataforma de su vida social, donde pas¨® gran parte de los veranos de su vida
Pepote fue el hombre de Palma de Urdangarin, el emisario que us¨® el conseguidor esposo de la Infanta ¡ªy su compa?ero de la residencia Blume de Barcelona¡ª para hacer negocios en su feudo ducal con Jaume Matas. El pol¨ªtico, hoy preso por corrupci¨®n, nombr¨® a Pepote director general por sus v¨ªnculos en la Familia Real.
El duque se llev¨® a Matas y Pepote a jugar a p¨¢del a casa, al Palacio de Marivent en 2003, para gestar convenios millonarios que el pol¨ªtico acepta "por ser quien es". Detenido y esposado al estallar el esc¨¢ndalo global del caso Palma Arena en 2009, Pepote acab¨® confesando al juez y al fiscal. Es un arrepentido que pact¨® su exculpaci¨®n y destap¨® el rol de sus examigos Matas y Urdangarin. Por su vieja amistad con Infanta, Pepote tard¨® en decidirse a dar el paso de aportar una prueba de cargo que le inculpa y desvela la trama. La confesi¨®n de Pepote llev¨® a la imputaci¨®n de Urdangarin.
En el caso N¨®os ha habido un efecto domin¨®. Urdangarin cay¨® al investigarse a Matas, y la Infanta, a su vez, entr¨® en la causa tras el rastro de los negocios fraudulentos de su esposo en el caso N¨®os y la actividad de la compa?¨ªa familiar Aizoon, cuyo capital comparten. "La Infanta estaba por transparencia, comodidad y formalismo", dijo Urdangarin en el juzgado.
El duque, exjugador ol¨ªmpico y del Bar?a de balonmano, al estallar el caso N¨®os fue censurado desde La Zarzuela por su actividad "no ejemplar" en sus negocios con el Instituto N¨®os, una pseudo ONG con una red de sociedades pantalla para distraer las ganancias millonarias.
La retirada simb¨®lica de honores fue una decisi¨®n pol¨ªtica del Ayuntamiento, una muestra de incomodidad y censura p¨²blica
La cr¨ªtica desde La Zarzuela y su inmediata marginaci¨®n de la agenda de actos de la Familia Real ocurrieron aun antes de que el Duque fuera imputado en 2011. Despu¨¦s desapareci¨® de la web oficial de la Casa del Rey. La infanta Cristina qued¨® fuera del programa oficial y dej¨® en blanco su vida veraniega en Mallorca por el complejo contexto y las tensiones familiares, aun antes de que la lupa investigadora del juez Castro se le acercara peligrosamente.
Desde La Zarzuela se fich¨® para defenderla a un padre de la Constituci¨®n, Miquel Roca. Con la abdicaci¨®n de su padre, el rey Juan Carlos, y la proclamaci¨®n de su hermano, las Infantas han dejado de ser Familia Real para tener un rol en la familia del Rey. Es el tsunami-N¨®os.
Cristina Federica Victoria Antonia de la Sant¨ªsima Trinidad de Borb¨®n y Grecia cumplir¨¢ 50 a?os en 2015. "Una determinada persona", la llam¨® el juez Castro cr¨ªpticamente, casi en clave, como si temiera incorporar su nombre a la causa, cuando en 2012 rechaz¨® su imputaci¨®n. Entonces observ¨® que implicarla "conducir¨ªa a estigmatizarla, lo que no es de recibo". En 2013 y 2014 cambi¨® de criterio, acumul¨® m¨¢s informes y advirti¨® que "la repercusi¨®n social de la imputaci¨®n" de un personaje p¨²blico "nunca debe propiciar una diferencia en el trato judicial", pero agreg¨®: "Los personajes p¨²blicos est¨¢n llamados a observar un especial cuidado para no situarse en ¨®rbitas comprometedoras".
La Infanta, en esos dos a?os cruciales, con su actividad econ¨®mica privada examinada en un juzgado y aireada por los medios ¡ªde su pr¨¦stamo u obsequio del Rey de 1,2 millones de euros al m¨ªnimo gasto en peajes o ropa¡ª, trabaja en la Obra Social de La Caixa. Vive en Suiza, gracias a la colaboraci¨®n que logr¨® en la Aga Khan Foundation, por la amistad de su padre con el jefe de la comunidad ismail¨ªes y su experiencia de gestora.
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