¡°Si el Gobierno confiase en s¨ª mismo no sacar¨ªa adelante la ¡®ley mordaza¡±
El estadounidense califica al Ejecutivo de "miedoso": "Teme las protestas ciudadanas"
Aryeh Neier (Berl¨ªn, 1937) combina su preocupaci¨®n por los cambios legislativos del Gobierno del PP en materia de libertad de expresi¨®n ¡ªapuntalados en la denominada ley mordaza¡ª con un sorprendente optimismo. "Cuando existen grupos organizados para defender los derechos, como es el caso de Espa?a, a largo plazo terminan teniendo ¨¦xito. Esa es mi experiencia", sentencia el estadounidense. Fundador de Human Rights Watch (HRW) y presidente em¨¦rito de la Open Society Foundation, este referente internacional en activismo social ha pasado por Madrid esta semana para denunciar el "peligro" que conllevan las reformas impulsadas por el Ejecutivo: "Aqu¨ª existe un riesgo real de limitar las libertades".
A sus casi 80 a?os, Neier conversa despacio. Vocaliza con perfecci¨®n cada palabra que pronuncia en ingl¨¦s. Y habla en voz baja. Lo que no impide que sus afirmaciones rezumen contundencia.?"Me parece que el Gobierno espa?ol act¨²a de manera insegura y miedosa. Si tuviese confianza en s¨ª mismo, en sus pol¨ªticas, no har¨ªa la ley mordaza, no limitar¨ªa el derecho a la protesta. Todo lo contrario, lo promover¨ªa y lo proteger¨ªa", apunta este abogado de extensa biograf¨ªa. Cuando apenas ten¨ªa dos a?os, su familia huy¨® de la Alemania nazi y se refugi¨® en EE UU. All¨ª se cri¨®, se licenci¨® en Leyes y se enfrent¨®, por ejemplo, al intento de censura de la administraci¨®n Nixon en el caso de?los papeles del Pent¨¢gono.
Curtido en decenas de batallas por las libertades civiles ¡ªen la Sud¨¢frica del apartheid y el Chile de Pinochet, entre otras¡ª, recibe a EL PA?S en un hotel situado a apenas unos metros del Congreso de los Diputados. Y es, precisamente, ese Parlamento rodeado permanentemente de vallas policiales el que le sirve como ejemplo para describir la actitud del equipo encabezado por Mariano Rajoy: "Esta situaci¨®n proyecta la imagen de un Gobierno que no quiere permitir que la gente proteste, que teme que las quejas se hagan mayores". Una postura que, en su opini¨®n, nace "posiblemente como reacci¨®n directa" a los numerosos movimientos sociales?que se han echado a las calles de Espa?a en los ¨²ltimos a?os. De ah¨ª, a?ade, la proliferaci¨®n de cambios como la ley mordaza.
"Pero un Ejecutivo que act¨²a as¨ª constituye un riesgo para toda sociedad democr¨¢tica. Tiende a actuar de forma arbitraria, sin pensar lo que hace. Y a la larga termina creando m¨¢s problemas", remacha inmediatamente el activista, que no obvia el contexto de crisis econ¨®mica que atraviesa el pa¨ªs. "La desigualdad est¨¢ creciendo y eso influye en el aumento de las protestas. Y esto, a su vez, provoca la adopci¨®n de medidas represoras de la libertad de expresi¨®n".
Los gobiernos intentan limitar la protesta en un estadio temprano, para evitar que crezcan los grupos que se le oponen
"Los gobiernos restringen la protesta cuando se evidencia un descontento cada vez mayor hacia sus pol¨ªticas. E intentan limitar estos derechos en un estadio temprano, para evitar que crezcan los grupos que se le oponen", contin¨²a Neier, que defiende las concentraciones como un instrumento de "di¨¢logo constante" entre la ciudadan¨ªa y el poder pol¨ªtico. De hecho, durante una conferencia organizada el lunes por la Fundaci¨®n de la Abogac¨ªa Espa?ola y Rights International Spain, el activista hizo mucho hincapi¨¦ en que la gobernanza democr¨¢tica no se puede limitar a unas elecciones cada cuatro a?os: "Las manifestaciones pac¨ªficas han jugado un papel decisivo a la hora de transformar muchos pa¨ªses".
Una tesis que ampl¨ªa a EL PA?S: "Son la ¨²nica herramienta que puede utilizar la gente normal para hacer llegar sus demandas al Ejecutivo. Porque, por ejemplo, los grandes grupos empresariales s¨ª tienen otras v¨ªas". Como los lobbies. Aunque, el estadounidense pone un claro l¨ªmite a esas protestas: la violencia. Condena su uso y, adem¨¢s, la considera contraproducente. "Le sirve a los gobiernos para criminalizar los movimientos y justificar sus restricciones".
Aterrizado en Madrid apenas un mes despu¨¦s del atentado de Charlie Hebdo, no cree que se haya reproducido en Europa una tendencia generalizada a limitar las libertades por miedo a ataques terroristas. Aunque, al centrar el foco en Espa?a, matiza la cuesti¨®n. Sobre todo, tras el pacto antiterrorista firmado de urgencia entre el PP y el PSOE, que acumula las cr¨ªticas de varias ONG por la nueva definici¨®n del delito de terrorismo ¡ªse considerar¨¢, por ejemplo, que este se produce cuando existe la finalidad "de subvertir el orden constitucional o desestabilizar gravemente el funcionamiento de las instituciones pol¨ªticas"¡ª. Un concepto demasiado ambiguo para los colectivos sociales, que se oponen a que pueda calificarse de terrorismo algunas formas de protesta o convocatoria de actos p¨²blicos. En ese punto tambi¨¦n incide Neier: tras los atentados, "Espa?a parece que s¨ª va por el camino" de restringir los derechos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.