Una apuesta de 52 hect¨¢reas
Villar de Ca?as contiene la respiraci¨®n ante las dudas sobre el ATC
100.000 euros de apuesta a 15 a?os. ¡°Prefiero no pensar que no se va a hacer, porque si no, a ver qu¨¦ hago¡±. La apuesta de Luis Mar¨ªa Bilbao ha sido transformar la casa de su suegra, en Villar de Ca?as, en un hostal de nueve habitaciones. Despu¨¦s de 24 meses en paro, este ilustrador de 52 a?os mir¨® a este peque?o pueblo de Cuenca atra¨ªdo por la promesa de que all¨ª se har¨ªa el Almac¨¦n Temporal Centralizado (ATC) para residuos nucleares. Pidi¨® un cr¨¦dito y dej¨® en Madrid a su mujer ¡ªuna abogada que tambi¨¦n se ha quedado sin trabajo¡ª y a sus dos hijos.
Bilbao cuenta su historia en el comedor de su reluciente hostal, El rinc¨®n de La Mancha. Abri¨® en octubre. Son las 12 de la ma?ana y a¨²n todo est¨¢ tranquilo. Dos horas despu¨¦s, el sal¨®n se llena de chalecos reflectantes y polvo. Trece de los trabajadores que est¨¢n acondicionando la carretera CM-3118, que une este municipio con Villares del Saz, se sientan para comer guisantes con jam¨®n y costillas. Por la noche, tiene las nueve habitaciones llenas.
Un paseo por este pueblo de alrededor de medio millar de habitantes podr¨ªa dar a entender que es uno m¨¢s de esos municipios de Castilla-La Mancha con una poblaci¨®n que cae en picado. Pero hay algo que no cuadra. ?Qu¨¦ hace una oficina de Sacyr en un pueblecito de Cuenca? Esta constructora es la encargada de la reforma de los ocho kil¨®metros de una de las carreteras de acceso a Villar de Ca?as. ¡°Aqu¨ª hay gente trabajando de Ciudad Real, Toledo y M¨¢laga¡±, cuenta un pe¨®n.
El alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa Saiz (PP), afirma que el ATC ha supuesto ya una revoluci¨®n desde que su municipio fue el elegido, en diciembre de 2011. ¡°?ramos 450 habitantes y ahora somos 550. ?bamos a cerrar la escuela y hemos contratado a una maestra¡±. Saiz no duda: el almac¨¦n para residuos nucleares se construir¨¢. ¡°Se va a hacer gobierne quien gobierne, porque es una obra de Estado. Lo que pasa ahora es que, a lo mejor, tarda un poco m¨¢s¡±, cuenta junto a la valla que rodea las 52 hect¨¢reas en las que est¨¢ previsto que se haga el ATC. ¡°Ser¨ªa un disgusto muy grande¡±, dice cuando se le insiste sobre la posibilidad de que se cancele el proyecto. Pero no tarda un segundo en a?adir: ¡°Es imposible que no se haga¡±.
Detr¨¢s del alcalde est¨¢n esas 52 hect¨¢reas por las que muchos, de dentro y fuera del pueblo, han apostado. Frente a ¨¦l, en otra finca aneja, hay tres naves y traj¨ªn de carpinteros. Se trata de un vivero de empresas, un laboratorio y un auditorio para Enresa. ¡°El lunes recepcionamos la obra¡±, anuncia Ricardo S¨¢nchez, jefe de obra de OHL, encargada de la construcci¨®n del vivero, que ha costado 2,4 millones. S¨¢nchez tampoco es de Villar de Ca?as. Vino hace un a?o desde Alcobendas (Madrid). ¡°En cualquier suelo se puede construir¡±, dice sobre las dudas que han surgido en los ¨²ltimos meses sobre los terrenos. ¡°Solo hay que aclarar las dudas¡±, a?ade mientras atiende a los operarios que est¨¢n dando los ¨²ltimos retoques al proyecto. Enresa, encargada del ATC, est¨¢ montando una exposici¨®n en una de las naves, que se prev¨¦ que se inaugure a mediados de marzo.
Y ?qu¨¦ hace una empresa de ingenier¨ªa en el centro del pueblo? Es Asteco, la primera empresa de este tipo que se instal¨® en Villar de Ca?as al albur del ATC. Santiago Escobedo es uno de sus fundadores. Se trata de un arquitecto valenciano de 28 a?os que dej¨® su trabajo en Rep¨²blica Checa hace tres para emprender esta aventura conquense. Ahora son cinco trabajadores y Escobedo hace un balance positivo de su apuesta. ¡°No me genera dudas el suelo¡±, dice sobre los terrenos para el ATC.
En la oficina del banco Globalcaja tambi¨¦n han notado la influencia del proyecto. ¡°Varias empresas han abierto cuentas y el volumen de negocio ha aumentado¡±, explica un empleado. Y, c¨®mo no, en el bar La Mezquita tambi¨¦n se nota. ¡°Yo tengo un piso alquilado en Villares del Saz a un ingeniero¡±, detalla el vecino Domingo Olmo mientras se toma un vino. Eso s¨ª, todos coinciden en que solo ha llegado un porcentaje muy peque?o de lo que se espera para cuando comiencen las obras principales del ATC, cuya adjudicaci¨®n ha sido paralizada ahora por el Gobierno hasta que el Consejo de Seguridad Nuclear termine sus informes.
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