Tom¨¢s G¨®mez nunca estuvo aqu¨ª

A menos de dos meses para las municipales de 2011, Pepe Blanco convoc¨® a la prensa en Ferraz, detall¨® el programa, habl¨® de lo buena que es la socialdemocracia en todos los ¨®rdenes de la vida, y al querer nombrar a su candidato no record¨® qui¨¦n era. Se qued¨® sin habla, como si le hubiesen cambiado las normas en el ¨²ltimo momento y se le exigiese un se?or que poner en los carteles. Alguien lleg¨® a chivarle: ¡°Simancas¡±, y Blanco, molesto, dijo: ¡°No, Rafa Simancas no, no me confunda¡±. Al final, alucinado, dijo dos palabras: ¡°Tom¨¢s G¨®mez¡±.

Blanco, como el aparato, no quer¨ªa ver a G¨®mez ni en pintura, pero G¨®mez hab¨ªa ganado las primarias. Entonces el PSOE, que en aquella ¨¦poca estaba entregado al flow, lo foment¨® electoralmente como "El hombre que dijo 'no' a Zapatero". Todo se pod¨ªa vender si se daba con el lema adecuado y el zapaterismo fue la edad de oro de los comerciales. Adem¨¢s el PP tambi¨¦n dec¨ªa que no a Zapatero, as¨ª que por lo menos las elecciones empezaban empatadas. Lo que ocurri¨® despu¨¦s fue que Tom¨¢s G¨®mez, como dej¨® caer Blanco con su olvido, como intuy¨® Esperanza Aguirre a?os antes, cuando le nombraron a Tom¨¢s G¨®mez y crey¨® que le hablaban de un agente forestal, ya no deb¨ªa estar all¨ª.

G¨®mez lleg¨® al poder como aquel hijo de Jos¨¦ Luis de Vilallonga del que el arist¨®crata resolvi¨® al poco de nacer que era hosco y antip¨¢tico, y renunci¨® a cogerlo en brazos. Hay quien distingue en el primer llanto de un ni?o la vida y lo insoportable, aunque sean pr¨¢cticamente lo mismo. Un exministro defini¨® ayer en privado a Tom¨¢s G¨®mez como una m¨¢quina de destruir votos: ¡°Los socialistas nos ped¨ªan por la calle que les dej¨¢semos votar al PSOE¡±.

G¨®mez se convirti¨® en el alcalde m¨¢s votado de Espa?a por un tranv¨ªa que investiga la UDEF y que dej¨® arruinado su ayuntamiento, lo han echado al grito de hombre honrado al agua y lo peor no es que haya acabado el PSOE manifest¨¢ndose a las puertas del PSOE, sino que desde 2008 no se reun¨ªa all¨ª tanta gente.

Su caso, como el de Borrell o Mor¨¢n en su momento, como el de Tania S¨¢nchez en IU o tantas primarias en toda Espa?a que han acabado en broncas de comunidad de propietarios, muestra el grave problema que tienen los partidos pol¨ªticos: el que tienen con la democracia. Organizaciones que necesitan ser votadas para llegar al poder sufren para organizar elecciones dentro de ellas, y el voto de los militantes act¨²a como un grupo sangu¨ªneo incompatible, un cuerpo extra?o para el funcionamiento del partido. Quieren que les voten los dem¨¢s pero son incapaces de votarse a s¨ª mismos. Se recuerdan unos a otros el consejo del asesor de Gorbachov: ¡°Mijail Sergeyevich, la democracia est¨¢ muy bien, pero sin elecciones es m¨¢s segura¡±.

Cuenta el periodista Jos¨¦ Precedo que hace a?os Tom¨¢s G¨®mez dijo: ¡°Har¨¦ encuestas y si la quieren rubia y de ojos azules, ser¨¢ rubia y de ojos azules". De momento han puesto a mandar a Simancas, que a¨²n no es Marilyn Monroe pero es lo m¨¢s parecido a la renovaci¨®n del PSOE despu¨¦s de Juli¨¢n Besteiro, y Simancas ha presentado en EL PA?S el plan para elegir candidato: ¡°Las agrupaciones se reunir¨¢n en asambleas y los militantes propondr¨¢n a los candidatos que quieran. Los nombres se trasladar¨¢n a esta comisi¨®n gestora, que interpretar¨¢ el sentir de los militantes, y haremos una propuesta a la comisi¨®n federal de listas¡±.

¡ªLos militantes podr¨ªan proponer a Tom¨¢s G¨®mez ¡ªdice Anabel D¨ªez.

¡ªA quien quieran.

Nunca infravaloren al Partido Socialista. La militancia podr¨¢ aupar a Tom¨¢s G¨®mez para que vaya a recoger las vespas y ponerse a elegir otra vez hasta que la gestora interprete el sentir bueno. Es dif¨ªcil no imaginarlos ya como zahor¨ªes en la b¨²squeda perfecta del equilibrio entre la democracia artificial y la real, sometidos a la tortura psicol¨®gica de saber que lo que quieren las bases es lo peor para el partido, e incapaces de asumir una decisi¨®n sin el aval simb¨®lico del pueblo.

El futuro es tan prometedor que el pasado mi¨¦rcoles, en un toque puramente beatnik, un cerrajero fue a cambiar la cerradura del despacho del secretario general del PSM. No para que G¨®mez no pudiese entrar, como se dijo, sino para que el que entre no pueda salir.