Imputados cuatro jefes de la Guardia Civil por una muerte en una explosi¨®n

El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 1 de Valdemoro (Madrid) ha imputado a los mandos del complejo de la Guardia Civil de Valdemoro como presuntos responsables de un delito contra la seguridad del trabajo, en concurso con otro de homicidio imprudente. El juzgado investiga la muerte del subteniente Francisco Morcillo Moya, el 29 de julio de 2010, como consecuencia de una explosi¨®n en el Colegio de Guardias J¨®venes del instituto armado.

Ya han prestado declaraci¨®n como imputados el general de divisi¨®n ?ngel Garc¨ªa Aranda, presidente de la Asociaci¨®n Prohu¨¦rfanos de la Guardia Civil (titular del edificio donde se produjo la deflagraci¨®n), el coronel Faustino Gallego, jefe del Servicio de Retribuciones, el coronel Antonio Almaz¨¢n Guerra, jefe del Colegio Duque de Ahumada, y el coronel Manuel Gonz¨¢lez Alonso, jefe del Servicio de Desactivaci¨®n de Explosivos (SEDEX).

Inicialmente, el juzgado de instrucci¨®n dict¨® el sobreseimiento del caso. Sin embargo la familia del fallecido, representada por el Gabinete Jur¨ªdico Su¨¢rez-Vald¨¦s, recurri¨® ante la Audiencia Provincial de Madrid, que revoc¨® el archivo, tras constatar m¨²ltiples irregularidades.

La deflagraci¨®n se produjo en los talleres del SEDEX, donde se hab¨ªan acumulado muestras de artefactos explosivos e incendiarios, mientras en dependencias contiguas recib¨ªan clase 25 guardias destinados en la Casa Real. Fue uno de los alumnos quien avis¨® de que sal¨ªa humo del almac¨¦n, por lo que se orden¨® la evacuaci¨®n inmediata, pero siete guardias no pudieron salir y tuvieron que refugiarse en una dependencia cuya ¨²nica v¨ªa de escape era un ventanuco con rejas. Con ayuda de una maza y auxiliados por sus compa?eros desde el exterior, consiguieron abrir los barrotes y escapar a una muerte segura. Mientras, el subteniente Morcillo, ¡°en un acto de encomiable valent¨ªa¡±, en palabras de la Audiencia, tom¨® un extintor e intent¨® apagar el fuego, pero la deflagraci¨®n de uno de los artefactos almacenados arranc¨® la hoja met¨¢lica de una puerta, que le golpe¨® caus¨¢ndole la muerte.

La instrucci¨®n ha constatado que el sistema de detecci¨®n de incendios fallaba y que la alarma ac¨²stica se disparaba sin motivo, hasta el punto de que nadie le hizo caso cuando son¨® el d¨ªa de autos; que el local, a pesar del ¡°alto riesgo de explosi¨®n¡±, no ten¨ªa ventilaci¨®n natural, salidas opuestas de emergencia ni comunicaci¨®n directa al exterior, as¨ª como tampoco sistemas de detecci¨®n autom¨¢tica de incendios o detecci¨®n de gas; y que la boca de riego que se encontraba a 40 metros del local no funcionaba (faltaba el v¨¢stago de apertura de la llave, la boquilla no era compatible con la manguera y carec¨ªa de presi¨®n), por lo que los bomberos, cuando llegaron, tuvieron que tomar el agua de la piscina del complejo. El a?o anterior, con motivo del incendio de unos matorrales, ya se constat¨® que no funcionaban los hidrantes, pero no se repararon, a pesar de que hab¨ªa una empresa contratada para mantener el sistema de detecci¨®n de incendios que, en teor¨ªa, realizaba cuatro revisiones anuales.

Todos los mandos de la Guardia Civil que han declarado como imputados han declinado su responsabilidad, aunque han admitido que no exist¨ªa un servicio de prevenci¨®n de riesgos laborales.