La carne picada de vacuno no es s¨®lo carne picada de vacuno

La carne picada de vacuno vuelve a levantar sospechas sobre su pureza. Un estudio realizado por la Organizaci¨®n de Consumidores y Usuarios (OCU) en los envases de 22 marcas de este alimento, y de preparados hechos con ¨¦l, ha detectado en su contenido un alto nivel de aditivos, carne de otras especies, carnes de baja calidad y un nivel de higiene deficiente. Las muestras fueron adquiridas en distintos supermercados e hipermercados del pa¨ªs y los resultados ser¨¢n publicados por la organizaci¨®n en su revista OCU-Compra Maestra, que saldr¨¢ a circulaci¨®n en marzo.

En el estudio se ha analizado la calidad de la carne, su contenido en grasa, agua o col¨¢geno, y la presencia de pat¨®genos o bacterias que se?alan una higiene deficiente. Adem¨¢s, se ha medido la presencia de carnes de otras especies y se han encontrado niveles superiores a los permitidos por la Ley.

Los productos estudiados eran, por un lado, carne picada de vacuno, y, por otro, preparados conocidos como burguer meat. La diferencia entre ambos es que en la primera no se pueden a?adir otros ingredientes (como hortalizas, cereales y aglutinantes), mientras que en los preparados s¨ª se a?aden, lo que hace bajar su categor¨ªa comercial y da m¨¢s posibilidades a la oferta en supermercados. De hecho, en el an¨¢lisis se estudiaron tres marcas de carne picada y 19 de burguer meat.

Seg¨²n informa la OCU en un comunicado, de los resultados del estudio se desprende que pr¨¢cticamente todos los preparados incorporan sulfitos, un tipo de antioxidante muy al¨¦rgeno, que en algunas personas puede producir reacciones adversas si no se respeta su cantidad m¨¢xima recomendada. Adem¨¢s, se observa que se a?aden a estos productos aditivos y colorantes en exceso, que mejoran su aspecto incluso cuando est¨¢ muy cerca de caducar o cuando se encuentra ya en malas condiciones.

Por otra parte, el porcentaje de grasa es muy elevado. En algunos casos, llega a superar el 22%. S¨®lo cinco de los paquetes analizados obtiene una buena o muy buena nota en este factor. Asimismo, la presencia de col¨¢geno indica que se han utilizado en estos preparados cortes de poca calidad, con abundancia de tendones. A pesar de que no existe un l¨ªmite legal de este tipo de contenido, el porcentaje llega en alg¨²n caso al 32%, lo que denota una baja calidad.

En cuanto a la presencia de carne de otras especies, s¨®lo en siete de las muestras analizadas no se han detectado estas trazas (de ave y cerdo). En 13 casos se ha detectado un porcentaje inferior al 1%, que es el porcentaje a partir del que se considera que no hay fraude. Aun as¨ª, en dos casos se supera este porcentaje. Esta vez no se ha detectado carne de caballo; un dato que demuestra que la industria ha reforzado los controles a ra¨ªz del esc¨¢ndalo de la carne de caballo denunciado por la OCU en 2013.

En su comunicado, la organizaci¨®n llama la atenci¨®n sobre el etiquetado, muchas veces incompleto y enga?oso, de estos productos. Eso, sumado a una legislaci¨®n laxa en torno a la preparaci¨®n de este tipo de alimentos, puede inducir al consumidor a la confusi¨®n entre lo que es carne picada tal cual y preparados industriales que contienen muchos otros ingredientes aparte de la carne.