Un fallo policial vale una ¡°limosna¡±

Imagine que la Polic¨ªa le confunde con un narco internacional. Imagine que es esposado, fichado, arrestado 18 horas y sometido a severos interrogatorios policiales y judiciales. Imagine que es imputado tres meses por contrabando y tr¨¢fico de drogas. Que una parte de su familia le da la espalda. Que entra en una depresi¨®n. Que deja de dormir. Imagine despu¨¦s que la Justicia le dice que se ha equivocado. Y le compensa con 10.000 euros.

El matrimonio de Gabriela Gonz¨¢lez y Fernando Amador encaja contrariado la sentencia de la Audiencia Nacional que condena al Ministerio de Justicia a pagarle 10.000 euros por la ¡°pesadilla en vida¡± que sufri¨® en julio de 2010. El Servicio de Vigilancia Aduanera de Motril (Granada) confundi¨® entonces un paquete dirigido a Gabriela con homeopat¨ªa con 220 gramos de hero¨ªna. El narcotest inicial sentenci¨® como droga unos polvos blancos enviados desde Uruguay por el hermano de ella para atenuar su mielitis, que le dificulta caminar.

¡°Esto ha sido una pel¨ªcula de terror. Un fallo policial que nos ha hundido la vida. Y nos pagan una limosna¡±, valora por tel¨¦fono la uruguaya Gabriela, de 49 a?os. Esta administrativa en paro reconoce que, aunque la indemnizaci¨®n apenas alcanza para pagar cinco a?os de abogados y recursos, supone un ¡°triunfo moral¡±. El matrimonio reclamaba 200.000 euros y una disculpa. El fallo reconoce como una ¡°anomal¨ªa¡± que la sustancia tardara tres meses meses en ser analizada a conciencia en el laboratorio, que descart¨® la droga. Y responsabiliza de la demora al Servicio de Vigilancia Aduanera de Motril, donde los polvos de la discordia se almacenaron sin justificaci¨®n durante el verano de 2010. ¡°El da?o ha sido irreparable¡±, concede llorando Gabriela. El buscador Google conduce cinco a?os despu¨¦s a noticias sobre el suceso. Solo tres de estas informaciones han sido rectificadas.

"Esto ha sido v¨ªctima de una pel¨ªcula de terror", dice la v¨ªctima

Pese a la sentencia de la Audiencia Nacional, la sospecha planea por la pedan¨ªa granadina donde reside el matrimonio, Torrenueva (Motril, Granada, 2.700 habitantes). El marido de Gabriela regenta all¨ª el ¨²nico taller mec¨¢nico. ¡°Hay clientes que todav¨ªa creen que algo hicimos¡±. Esta mujer de trato afable que lleva 16 a?os en Espa?a admite que una parte de la familia de su marido les hizo el vac¨ªo. Se creyeron la noticia del gabinete de prensa policial. Otra sorpresa lleg¨® con la reacci¨®n de algunos agentes. Un polic¨ªa que particip¨® en la investigaci¨®n previa al arresto, se despach¨® as¨ª con el matrimonio tras destaparse el error: ¡°?Enhorabuena! ?Tienen una vida ejemplar!¡± Otro investigador le anim¨® a denunciar al responsable del Servicio de Vigilancia Aduanera. La uruguaya mantiene que este ¨²ltimo, el director del operativo, nunca le pidi¨® perd¨®n. Y se indigna al recordar la respuesta que le dio cuando entr¨® en su despacho despu¨¦s de que el Juzgado de Instrucci¨®n de Motril archivara la causa . ¡°Esto os pasa por recibir medicinas desde Uruguay¡±, le solt¨® el agente.

Gabriela y Fernando se recomponen a c¨¢mara lenta. Ella ha abandonado el tratamiento psicol¨®gico. Ya concilia el sue?o que perdi¨® durante los tres meses que arrastr¨® la imputaci¨®n por contrabando y tr¨¢fico de drogas. La grieta, sin embargo, ha trastocado su vida. Todav¨ªa tiembla cuando ve un uniforme. Ha dejado de transportar homeopat¨ªa en el coche y aconseja a sus amigos que dejen fuera de sus maletas sustancias blancas como polvos de talco. Las pesadillas rematan sus secuelas.

La mujer recibi¨® el pasado enero un paquete desde Uruguay. Era el tratamiento homeop¨¢tico que le env¨ªa su hermano para la mielitis. ¡°Ahora me lo hacen en c¨¢psulas. No creo que se atrevan a incautarlo¡±.

?investigacion@elpais.es