Primer asalto

Empieza el torneo. Cinco convocatorias electorales enlazadas. Y todo son preguntas. S¨®lo sabemos con seguridad que se ha roto ya el sistema de los vasos comunicantes por el cual los votos que pierde uno de los grandes partidos pasan autom¨¢ticamente al otro; y, en menor medida, a los peque?os. Ahora hay nuevos contendientes y se han abierto nuevas l¨ªneas de trasvase. El primer aspecto a observar es este, la p¨¦rdida relativa de los grandes, eso que ahora se llama el ¡°fin del bipartidismo¡±, y el ascenso correlativo de los nuevos. Va a ser tambi¨¦n el momento de poner a prueba las encuestas, el tama?o relativo del voto oculto y si hay o no ¡°burbujas¡± en la intenci¨®n de voto a Ciudadanos y Podemos.

Las elecciones andaluzas no son el mejor laboratorio de observaci¨®n de la posible erosi¨®n del PSOE

Las elecciones andaluzas no son, sin embargo, el mejor laboratorio de observaci¨®n de la posible erosi¨®n del PSOE. Es casi seguro que all¨ª aguantar¨¢ el tipo, aunque permanece la inc¨®gnita de por cu¨¢nto. Pero es perfecto para ver si se produce el derrumbe del PP y hacia d¨®nde van esos votos. O si IU aguanta frente a Podemos. Por cierto, a estos Anguita les hizo un regalo envenenado cuando dijo que eran ¡°de los nuestros¡±. Es la mejor manera de desacreditar que Podemos representa una ¡°nueva pol¨ªtica¡± y amenaza sus aspiraciones por alargarse hacia el centro del tablero pol¨ªtico.

Lo m¨¢s interesante del domingo puede que sea, sin embargo, lo que no sabremos el lunes. ?Cu¨¢l ser¨¢ el efecto de esta elecci¨®n sobre la pr¨®xima, y de esta sobre la siguiente? Y, ?qui¨¦n pactar¨¢ con qui¨¦n? Dada la volatilidad del voto, es muy previsible que se produzca un efecto reflexivo de una elecci¨®n a otra. Por ejemplo, si se piensa que no se ha castigado suficientemente a los grandes partidos, ?habr¨¢ un incentivo para hacerlo en la siguiente? O quiz¨¢ todo lo contrario. Todo son incertidumbres. Especialmente porque, en las municipales en particular, las recientes plataformas ciudadanas aportan nuevos actores y ah¨ª las especificidades de cada lugar introducir¨¢n las distorsiones correspondientes.

Ocurrir¨¢ tambi¨¦n con los pactos a los que puedan llegar unas u otras fuerzas y c¨®mo se comporten en las negociaciones. Aqu¨ª el aliciente est¨¢ en postergar los compromisos todo lo posible, en no mojarse. Pero esto tambi¨¦n puede tener un efecto ambivalente porque el valor de la gobernabilidad y estabilidad puede empezar a cotizar al alza de cara a las generales. M¨¢s inseguridades a?adidas.

Lo ¨²nico cierto es que todos llegaremos agotados a noviembre

Lo ¨²nico cierto es que todos llegaremos agotados a noviembre. A la vista de la vertiginosidad con la que se acelera el tiempo en pol¨ªtica, la gran cuesti¨®n puede que sea c¨®mo lo vayan a aguantar los nuevos. Estos a los que ahora vemos tan lozanos es posible que cuando acudan a las generales est¨¦n ya tan cargados de arrugas como los de toda la vida. Cuatro campa?as electorales son un formidable factor de envejecimiento. Si es as¨ª, aquello que los distingu¨ªa, su novedad, quiz¨¢ se vaya difuminando progresivamente. Para el oto?o ya estar¨¢n en el sistema, con la consiguiente deserotizaci¨®n que esto provoca. M¨¢s vale que se vayan preparando para tener que operar en el eje de toda la vida, el de izquierda-derecha. O, si no, al tiempo.