Agon¨ªa de IU

¡°?Son los humanistas que est¨¢n en meditaci¨®n!¡±, me explic¨® Francisco Palero, secretario de organizaci¨®n del PCE, ante el extra?o espect¨¢culo de unos j¨®venes en actitud de rezo dentro de una sala. Nacida al calor de la campa?a anti-OTAN, despu¨¦s de una larga gestaci¨®n iniciada en 1983, Izquierda Unida reuni¨® en su proceso formativo a una serie de grupos heter¨®clitos en torno al PCE, desde los prosovi¨¦ticos de Ignacio Gallego a los carlistas, pasando por Ram¨®n Tamames, con su partido unipersonal, m¨¢s cuatro independientes, uno yo, de los cuales solo Cristina Almeida ten¨ªa s¨®lidas ra¨ªces militantes. El alma del proyecto, Nicol¨¢s Sartorius, nunca asumi¨® su direcci¨®n, y entre zigzags IU acab¨® garantizando la supervivencia larvada del PCE y una presencia pol¨ªtica que crec¨ªa con el PSOE en declive y descend¨ªa con el PSOE en auge. Se?as: radicalismo ideol¨®gico y voluntad de coalici¨®n en la izquierda. El inicial prop¨®sito reformador qued¨® en la sombra.

Apareci¨® Podemos, con una evidente modernidad en t¨¦cnicas y discurso, que desde el principio plante¨® una irreversible opa

Ahora tocaba subida, pero en esto apareci¨® Podemos, con una evidente modernidad en t¨¦cnicas y discurso, que desde el principio plante¨® una irreversible opa. Despu¨¦s de lo sucedido en el basti¨®n andaluz, no cabe excluir su supervivencia marginal como mero ap¨¦ndice de PI. En esa direcci¨®n est¨¢n jugando un papel importante los miembros de IU cuyo planteamiento se sum¨® al de Podemos: fundamentalmente Alberto Garz¨®n y Tania S¨¢nchez. Submarinos o no, lo que cuenta es una coincidencia en pensamiento, t¨¢ctica y estilo, a partir de la cual resulta imposible definir un proyecto aut¨®nomo.

Viene a probarlo el balance apuntado por Garz¨®n en Andaluc¨ªa. Nunca marca una divisoria apreciable respecto de Podemos. Incluso cuando un periodista aludi¨® a la tramposa argumentaci¨®n de Iglesias ¡ªvaloraciones generales sostenidas ¨²nicamente en casos concretos¡ª, Garz¨®n carga contra el cr¨ªtico del l¨ªder. En sus ilustrativos di¨¢logos con ??igo Errej¨®n, ambos coinciden, siempre con ventaja para la arrolladora verborrea de ¨¦ste, en la l¨ªnea trazada por Ernesto Laclau en La raz¨®n populista. La extrapolaci¨®n de datos econ¨®micos y pol¨ªticos, ajena a cualquier an¨¢lisis ¡°tecnocr¨¢tico¡± de la complejidad de econom¨ªa y pol¨ªtica, permite sobrevolar la realidad y exigir una transformaci¨®n, tan radical en sus pretensiones como indeterminada. Importa la claridad formal del discurso, asentado supuestamente en la mayor¨ªa social, por encima del contenido, aunque este sea reconocido ¡°nefasto¡±.

Garz¨®n despachaba al BCE como "mafia" y "escorpi¨®n", anunciando la forja de un "pa¨ªs nuevo". Vac¨ªo envuelto en palabras.

As¨ª cuando Errej¨®n en su conferencia de la UNED exhibe el ejemplo de Hitler al plantarse frente a ¡°la confabulaci¨®n internacional y la usura jud¨ªa que pusieron de rodillas a Alemania¡±. Ante el Congreso, Garz¨®n despachaba al BCE como ¡°mafia¡± y ¡°escorpi¨®n¡±, anunciando la forja de un ¡°pa¨ªs nuevo¡±. Vac¨ªo envuelto en palabras.

Garz¨®n propone a IU como ¡°instrumento ¨²til para la mayor¨ªa social¡±. Desde una evidente subalternidad, que dir¨ªa Gramsci, respecto de Podemos. Fin de historia.