¡°Dios no te ha pedido que vayas a Siria¡±
L¨ªderes musulmanes en Espa?a forman a imanes para contrarrestar el avance de corrientes salafistas entre los j¨®venes
Una veintena de imanes llegados de toda Espa?a escriben en sus cuadernos con letras ¨¢rabes en la trastienda de una mezquita en un pol¨ªgono industrial valenciano. La mayor¨ªa son marroqu¨ªes y no hablan bien espa?ol. Escuchan aplicados al maestro isl¨¢mico que ha venido desde Holanda a instruirles en la ret¨®rica del ¨¢rabe, una destreza clave para comprender el Cor¨¢n y ser capaces de pronunciar un buen serm¨®n.
Casi un fin de semana al mes, los imanes se re¨²nen en alg¨²n punto de Espa?a para formarse y obtener una titulaci¨®n que carece de reconocimiento oficial. Las lecciones itinerantes transcurren hoy en un aula improvisada junto a la nueva mezquita de L¡¯Alc¨²dia. En un a?adido del templo, los alumnos estudian, comen y duermen a falta de mejores medios.
Pese a su precariedad, estos cursos que desde 2013 organiza la Federaci¨®n Espa?ola de Entidades Religiosas Isl¨¢micas (Feeri) junto a la Universidad Isl¨¢mica de Rotterdam, son los ¨²nicos que se imparten con regularidad en Espa?a, un pa¨ªs donde reina la anarqu¨ªa en la formaci¨®n y el nombramiento de imanes. Representantes musulmanes en Espa?a piden mayor implicaci¨®n estatal, en un contexto de expansi¨®n de las ideolog¨ªas salafistas.
Se buscan gu¨ªas espirituales con un mensaje atractivo y alternativo al radical
Para buena parte de la comunidad musulmana, urge contar con imanes bien formados y capaces de ofrecer desde el p¨²lpito un mensaje atractivo y alternativo al radical. Si los imanes no logran sintonizar con los j¨®venes, explicarles c¨®mo compatibilizar los valores occidentales con el islam, estar¨¢n arroj¨¢ndoles a los brazos de los barbudos de YouTube, coinciden l¨ªderes consultados para este reportaje. ¡°No estamos siendo capaces de transmitir nuestro islam¡±, piensa Francisco Jim¨¦nez, secretario de la Feeri.
A los imanes los eligen los miembros de la propia comunidad religiosa. ¡°En Espa?a hay un gran vac¨ªo¡±, explica Fouad Borni, coordinador de los cursos. ¡°Aqu¨ª las comunidades eligen como im¨¢n a cualquiera, al que m¨¢s sabe entre los que van a la mezquita o a un primo que vive en Marruecos y que dicen que sabe mucho. Deber¨ªan tener una titulaci¨®n acreditada, una formaci¨®n jur¨ªdica isl¨¢mica, de lengua ¨¢rabe para poder interpretar correctamente los textos y conocer la ley espa?ola¡±. La idea es que los cursos de fin de semana como el de L¡¯Alc¨²dia creen con el tiempo una bolsa de trabajo de imanes homologados. ¡°Estamos a¨²n a a?os luz¡±, reconoce Borni.
Del andamio al p¨²lpito
La funci¨®n del im¨¢n es, en principio, dirigir la oraci¨®n y se le considera solo una pieza m¨¢s del gobierno de la mezquita. Pero pueden ejercer tambi¨¦n como jueces en asuntos familiares o sociales y los hay que tambi¨¦n casan. Pueden prestar adem¨¢s asistencia religiosa en los hospitales y las c¨¢rceles. ¡°Muchos imanes espa?oles trabajaban en la construcci¨®n. Luego lleg¨® la crisis, y si se sab¨ªan algo del Cor¨¢n de memoria, se convert¨ªan en imanes. En general, suelen ser gente con pocos estudios¡±, explica Fouad Borni, coordinador de cursos de formaci¨®n de ministros de culto. El salario medio de un im¨¢n ronda los 800 euros semanales, que normalmente sufragan los fieles de la mezquita.
¡°El problema a?adido es que es muy dif¨ªcil formar a los salafistas. Ellos creen que lo saben todo, que solo ellos tienen raz¨®n y que no necesitan m¨¢s formaci¨®n. Escuchan los canales de Arabia Saud¨ª y creen que el ¨²nico conocimiento v¨¢lido es el que viene de all¨ª¡±.
La inmensa mayor¨ªa de los imanes de Espa?a ¡ªen torno al 90%, seg¨²n el Ministerio de Justicia¡ª son extranjeros que a menudo desconocen la sociedad y la cultura espa?olas. ¡°Los hay que vienen a Espa?a con una licenciatura de Al Azhar [el gran centro de ense?anza sun¨ª, en Egipto] y que est¨¢n muy bien preparados, pero no est¨¢n adaptados a la situaci¨®n de aqu¨ª. Empiezan a exigir cosas que no encajan con nuestra cultura. Como que las mujeres no vayan a los mercados para no mezclarse con hombres¡±, detalla Jim¨¦nez, quien apunta que ¡°el islam da much¨ªsima importancia a conocer la realidad del lugar en el que se practica¡±. La influencia de Gobiernos como el de Marruecos o el de Arabia Saud¨ª a la hora de nombrar imanes es otro de los asuntos que genera tensiones.
Yunes Mdaghri ha venido desde la Universidad Isl¨¢mica Europea, con sede en Holanda, para impartir clases en Valencia. Mdaghri cree que uno de los problemas es que ¡°muchos musulmanes no conocen bien su religi¨®n y absorben la primera corriente que se encuentran, como la del Daesh. Hay que ofrecer un discurso s¨®lido que responda con firmeza a los interrogantes¡±. Mdaghri cuenta que se le acercan j¨®venes a preguntarle: ¡®?Debo ir a Siria a defender el islam?¡¯ Y yo les respondo. ¡®?Pero qu¨¦ pintas en Siria? Dios no te ha pedido que vayas all¨ª¡¯. Claro que hay textos que hablan de la yihad, pero no est¨¢n dirigidos a los musulmanes de Europa, sino a gente de otros pa¨ªses¡±.
Entre los alumnos resalta uno con chupa vaquera, zapatillas de deporte y pelo largo. Brahim Irdi viene de Alicante, tiene 22 a?os y todav¨ªa no es im¨¢n. Ha venido a aprender porque dice que ahora ¡°hay mucho apetito por saber¡±. ¡°El problema es que se creen lo que dicen los supuestos sabios solo porque aparecen en un v¨ªdeo vestidos de blanco o con barba. Son un peligro. Lo que est¨¢ pasando en el mundo isl¨¢mico es fruto de la ignorancia¡±, sentencia.
La falta de referencias s¨®lidas es un mantra que repiten quienes conocen la situaci¨®n en Espa?a. Juan Ferreiro, catedr¨¢tico de Derecho y autor de El islam en la Uni¨®n Europea. Centros de formaci¨®n de imanes, coincide en que ¡°los radicales tienen copados los foros de debate en Internet. Hay que facilitar centros alternativos, donde se aborden los l¨ªmites de la libertad de expresi¨®n o la igualdad de la mujer, que se conviertan en referencia y donde se ataje cualquier atisbo de radicalismo¡±.
Representantes religiosos piden una mayor implicaci¨®n estatal
La Feeri se queja de la falta de apoyo estatal para poner orden en el laberinto de los imanes espa?oles. Dicen sentirse vigilados y bajo sospecha por parte de las autoridades, pero al mismo tiempo abandonados. Repite la queja Said Tghos, im¨¢n en Parla (Madrid) que asiste hoy al curso. ¡°A m¨ª me llama la polic¨ªa, la Guardia Civil, Justicia¡ Nos vigilan, nos preguntan si hemos visto algo raro en la mezquita, pero no nos ayudan a que nuestros j¨®venes se sientan espa?oles¡±. A Tghos, que lleg¨® de Marruecos en 1998 le preocupa el abismo que se ha creado entre muchos j¨®venes y sus padres. ¡°Se sienten discriminados, desorientados y acuden a Internet para aprender sobre el islam. No puedo cambiar su mentalidad de un d¨ªa para otro. El Ej¨¦rcito isl¨¢mico tiene una financiaci¨®n inmensa y nosotros no tenemos nada para ofrecer alternativas¡±. Cree que, en lugar del mensaje del odio entre comunidades que circula por Internet, hay que ofrecer una educaci¨®n religiosa que haga compatible el islam con la vida en este pa¨ªs. ¡°Espa?a no es Marruecos y evidentemente aqu¨ª no se pueden emitir fatuas conservadoras. Esta no es una sociedad isl¨¢mica. Los textos se interpretan seg¨²n donde vivas¡±.
El dilema es de ida y vuelta. Si un joven musulm¨¢n nacido o criado en Espa?a quiere estudiar teolog¨ªa, debe viajar al extranjero, a Egipto o a Arabia Saud¨ª, donde hay prestigiosos centros de ense?anza isl¨¢mica, pero donde las escuelas de interpretaci¨®n no encajan necesariamente con la pr¨¢ctica religiosa de los musulmanes europeos. En cursos como el de L¡¯Alc¨²dia siguen el modelo de la Universidad isl¨¢mica de Rotterdam, pero sobre todo tratan de impartir una mezcla de corrientes teol¨®gicas, que aspira a ser algo as¨ª como un islam europeo, es decir, adaptado a Occidente. Los cursos duran tres a?os y contar¨ªan con un t¨ªtulo de la Universidad de Rotterdam, si los estudiantes espa?oles son capaces de superar los ex¨¢menes en holand¨¦s.
Nos vigilan y preguntan, pero no ayudan a que nuestros j¨®venes se sientan espa?oles¡±, dice un im¨¢n
Desde la Fundaci¨®n Pluralismo y Convivencia, dependiente del Ministerio de Justicia, defienden la formaci¨®n de imanes con cursos oficiales como los que en su d¨ªa imparti¨® la Universidad a Distancia (UNED), pero aseguran que el problema es la falta de financiaci¨®n. ¡°La idea era lanzar una formaci¨®n acad¨¦mica de teolog¨ªa isl¨¢mica, jud¨ªa y protestante y un instituto de ciencias isl¨¢micas, pero lleg¨® la crisis y los planes se aparcaron¡±, indica Fernando Arias, director la Fundaci¨®n. ¡°Un cat¨®lico puede estudiar en cualquier seminario. Los imanes en Espa?a deber¨ªan poder tener esa formaci¨®n¡±, piensa Arias, para quien resulta evidente que ¡°alguien ya formado es una garant¨ªa contra la radicalizaci¨®n¡±.
Los musulmanes de Espa?a superan el mill¨®n y medio de personas. Por su composici¨®n demogr¨¢fica, es adem¨¢s un grupo de poblaci¨®n que crece y cuyo encaje en la sociedad espa?ola demanda crecientemente interpretaciones religiosas en cuestiones como los enterramientos, la alimentaci¨®n o la educaci¨®n. La formaci¨®n de los l¨ªderes facilitar¨ªa tambi¨¦n la resoluci¨®n de estos conflictos, a?ade Arias.
Poco despu¨¦s del mediod¨ªa, los alumnos de L¡¯Alc¨²dia cierran los cuadernos y se dirigen a la mezquita, reci¨¦n inaugurada y decorada con alicatado policromado y estucos. Descalzos, rezan arrodillados sobre la alfombra granate en hilera antes del almuerzo y de seguir con su jornada intensiva de estudios. Fuera, el calor aprieta y la Semana Santa ha vaciado el p¨¢ramo industrial valenciano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.