La alegr¨ªa y la rabia del superviviente

Juan Bol¨ªvar Bueno, el espele¨®logo espa?ol que sobrevivi¨® al accidente en las monta?as del Atlas, recibi¨® el alta m¨¦dica este martes a mediod¨ªa y a primeras horas de la tarde abandon¨® Marruecos en un avi¨®n militar. Lleg¨® al aer¨®dromo madrile?o de Cuatro Vientos dos horas m¨¢s tarde, junto al equipo de los cuatro guardias civiles especializados en rescate y tres geos que se hab¨ªan desplazado hasta la zona para colaborar con los agentes de la gendarmer¨ªa marroqu¨ª. En Madrid les esperaba el ministro del Interior, junto con los directores generales del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa y la Guardia Civil.

Bol¨ªvar no hizo declaraciones a su llegada. Seg¨²n comentaron sus amigos, volaba con ¡°alegr¨ªa y con rabia¡±. ¡°Alegr¨ªa por estar vivo y encontrarse con su familia¡±, explicaba Juliette Milgram, esposa de Jos¨¦ Morillas, un miembro de la expedici¨®n, designada portavoz del grupo. ¡°Y rabia porque se hayan perdido dos vidas y no se haya salvado a un compa?ero, el inspector de polic¨ªa Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, al que ¨¦l estuvo cuidando hasta el ¨²ltimo momento¡±.

En dos hoteles de Uarzazate se quedaron los familiares de sus dos compa?eros muertos, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez y el abogado gaditano Gustavo Viru¨¦s. Uno de los hoteles tiene piscina y un jard¨ªn paradisiaco. Pero todo eso estaba de m¨¢s para los miembros de la expedici¨®n. Deambulaban por el vest¨ªbulo ensimismados, muchos en ropa de monta?a, hablando en voz baja, consultando el tel¨¦fono. A las cuatro de la tarde los llamaron para reconocer en la morgue a los compa?eros fallecidos. Ahora, solo esperan repatriarlos a Espa?a.

Juliette Milgram lamentaba que hab¨ªa demasiada desinformaci¨®n y muchos pasos en falso por parte de las autoridades. El grupo en general se estaba mordiendo la lengua. Acordaron, en principio, que Juan no hablar¨ªa en Espa?a hasta que todos los compa?eros salieran de Marruecos. Pero con la condici¨®n del anonimato criticaron la ¡°inoperancia¡± de las autoridades espa?olas y marroqu¨ªes. Lamentaban que los pol¨ªticos espa?oles no presionaran lo suficiente para que los equipos de la Guardia Civil pudieran entrar en Marruecos. Y a las autoridades marroqu¨ªes les achacaron no disponer de medios, ni especialistas, ni voluntad para que la Guardia Civil espa?ola tomara parte en el rescate.

El ministro de Exteriores espa?ol, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa-Margallo, reconoci¨® este martes que hubo ¡°disfunciones en la gesti¨®n¡± del rescate, aunque precis¨® que su departamento hizo ¡°todo lo humanamente posible¡± para evitar este desenlace. A?adi¨® que el avi¨®n que finalmente traslad¨® a los agentes espa?oles a Marruecos para ayudar en las labores de rescate ¡°no estuvo all¨ª¡± en el momento en que les hubiese ¡°gustado¡±.

Las palabras del ministro no parec¨ªan consolar a los espele-¨®logos. ¡°Ten¨ªamos a unas personas heridas en un barranco desde el domingo al mediod¨ªa en que ocurri¨® el accidente¡±, explic¨® uno de los monta?eros bajo anonimato. ¡°Y las autoridades marroqu¨ªes solo autorizaron a que viniera la Guardia Civil cuando ya hab¨ªa dos cad¨¢veres. Mientras tanto, los marroqu¨ªes no hicieron m¨¢s que mover el cuerpo del segundo herido al intentar rescatarlo. Pero al moverlo, lo mojaron y lo dejaron mojado con el fr¨ªo de esas monta?as. Los marroqu¨ªes no ten¨ªan medios, ni gente especializada. Y tra¨ªan material de hace 40 a?os. Al equipo de protecci¨®n civil le tuvimos que prestar nuestras zapatillas de deporte, el calzado, que es lo m¨¢s b¨¢sico en la monta?a¡±.

Los cad¨¢veres de Gustavo Viru¨¦s y Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez fueron sacados el lunes a la superficie y trasladados este martes a Marrakech, tras la decisi¨®n de las autoridades marroqu¨ªes de que se les practique la autopsia.

El director del Consejo Provincial de Turismo de Uarzazate, Zubeir Bouhout, critic¨® el lunes a los monta?eros por ¡°aventurarse en esa zona sin un gu¨ªa profesional¡±. Los espa?oles se mostraron muy contrariados por esas declaraciones. ¡°Claro que hab¨ªamos contratado gu¨ªas¡±, afirm¨® otro expedicionario bajo el anonimato. ¡°Ten¨ªamos un gu¨ªa para el grupo de tres personas en el que sucedi¨® el accidente. Y otro gu¨ªa para el grupo de seis donde ¨ªbamos los dem¨¢s. El gu¨ªa del grupo de tres nos abandon¨® dos d¨ªas antes de la expedici¨®n porque le sali¨® otra oferta. Y en el de seis segu¨ªamos con nuestro gu¨ªa. El plan era unirnos. Pero sucedi¨® el accidente, un accidente que es producto de la mala suerte, que pudo haber ocurrido en cualquier parte. Lo que fall¨® de verdad fue el auxilio posterior, la ayuda¡±.