Relato cronol¨®gico de impotencia y angustia en la monta?a marroqu¨ª
El grupo de espele¨®logos espa?oles denuncia que el segundo herido pudo morir de fr¨ªo Seg¨²n su versi¨®n, los gendarmes marroqu¨ªes deslizaron su camilla en un r¨ªo en el rescate
Los familiares y miembros de la expedici¨®n de espele¨®logos espa?oles que viajaron a las monta?as del Atlas partieron este mi¨¦rcoles hacia Espa?a mientras se les practicaba las autopsias en Marrakech a los dos compa?eros fallecidos. El grupo pretende ofrecer una conferencia de prensa el pr¨®ximo viernes en Granada junto a Juan Bol¨ªvar, el ¨²nico superviviente de los tres espele¨®logos que sufrieron un accidente el 29 de marzo.
Mientras tanto, varios miembros de la expedici¨®n, entre los que se encuentran el padre y el hermano del superviviente, ofrecieron a este diario un relato cronol¨®gico del "sufrimiento, angustia, impotencia e incompetencia vivida" durante m¨¢s de una semana.
Los deportistas resaltan que el s¨¢bado 4 de abril los gendarmes marroqu¨ªes consiguieron colocar en una camilla al segundo accidentado, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez, pero la camilla se les desliz¨® hasta el r¨ªo Wandras. Lo sacaron enseguida del r¨ªo y, seg¨²n su versi¨®n, lo dejaron en una terraza del ca?¨®n toda la noche hasta que continuaron con el rescate al d¨ªa siguiente. Sus compa?eros aseguran que Mart¨ªnez qued¨® empapado toda una noche a cinco grados de temperatura y 3.000 metros de altitud, hasta que por fin lo sacaron al d¨ªa siguiente. Este es su relato de los hechos.
Viernes 27 de marzo. Llega a Marruecos la primera parte de la expedici¨®n de espele¨®logos espa?oles, el Grupo 1 (G-1), formado por los dos fallecidos (el abogado Gustavo Viru¨¦s y el polic¨ªa Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez) m¨¢s el superviviente, el polic¨ªa Juan Bol¨ªvar Bueno. Junto a ellos ven¨ªa un grupo de enlace o log¨ªstico formado por Jos¨¦ Morilla, Diego y Juan Bol¨ªvar, hermano y padre del superviviente. Estos ¨²ltimos se sumar¨ªan al Grupo 2 (G-2), que lleg¨® a Marruecos el domingo 29. Por tanto, tres personas formaban el G-1 y seis el G-2.
Domingo 29 de marzo. En torno a las 18.30, los tres miembros del G-1 ascienden el ca?¨®n del r¨ªo Wandras. Juan Bol¨ªvar vio caer a Gustavo Viru¨¦s. Al despe?arse rebot¨® contra varias piedras. Bol¨ªvar cree que su amigo muri¨® en el acto. Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez tambi¨¦n sufri¨® una ca¨ªda. Se golpe¨® fuertemente la pierna y la cabeza, pero qued¨® con vida. Cuando Juan Bol¨ªvar subi¨® a auxiliarlo, Mart¨ªnez padec¨ªa convulsiones.
Lunes 30 de marzo. Los seis miembros del G-2 no tienen noticias de sus tres compa?eros. En ese momento piensan que puede deberse a la falta de cobertura de la zona.
Martes 31 de marzo. Los seis integrantes del G-2 llegan a Tagret, el punto fijado para encontrarse con los tres compa?eros del G-1 y continuar juntos la ruta prevista. Al ver que el G-1 no llega comienzan a preocuparse, aunque creen que el retraso puede deberse a la nieve que hab¨ªa ca¨ªdo recientemente y que llegaba hasta la cintura en algunos tramos. El G-1 dej¨® dicho a los otros que si no llegaban siguieran el recorrido previsto y que ellos los alcanzar¨ªan. Pero el G-2 decide quedarse en Tagret.
Mi¨¦rcoles 1 de abril. Al mediod¨ªa, en cuanto el gu¨ªa del G-2 consigue cobertura, llama al refugio de Tarkedit, a la salida del ca?¨®n del Wandras, para preguntar si el G-1 hab¨ªa pasado por all¨ª. Al saber que no, el grupo decide alertar sobre la desaparici¨®n, tanto a la Embajada espa?ola como a la gendarmer¨ªa marroqu¨ª.
El grupo decide acudir al ca?¨®n de Wandras. Caminan durante ocho horas hacia Tab¨¢n, el pueblo m¨¢s cercano. All¨ª toman un coche hacia el Gite o casa rural de La Cathedral, adonde llegan a las cuatro de la madrugada del d¨ªa siguiente.
Jueves 2 de abril. A las seis de la ma?ana, tras dormir solo dos horas, el G-2 parte hacia Amezri. Todo el material de escalada lo llevaba el G-1, as¨ª que no les queda m¨¢s remedio que pedirles a unos compa?eros de escalada que acampaban cerca de ellos una cuerda de 50 metros, con la esperanza de que les permitieran descender el ca?¨®n desde arriba.
Cuando llegan al pueblo de Fazhour dejan los coches en los que viajaban y contin¨²an en un 4x4, la ¨²nica manera de salvar la crecida del r¨ªo, cuya senda les llevar¨ªa a Amezri.
Cuando quedan pocos kil¨®metros para llegar a Amezri, el veh¨ªculo queda atrapado al intentar vadear el r¨ªo. Lo abandonan y pasan la noche en la casa del "alcalde" de la aldea Imi N-Ikkis, a unos cinco kil¨®metros de Amezri. "Si estamos agradecidos con alguien", dijo a este peri¨®dico Juan Bol¨ªvar, padre del sobreviviente, "es a los bereberes de la zona. Te dan lo poco que tienen".
Viernes 3 de abril. El G-2 parte muy temprano hacia Amezri, donde la gendarmer¨ªa les hab¨ªa dicho que un helic¨®ptero les recoger¨ªa para trasladarles hasta la parte alta del ca?¨®n. Al ver que el helic¨®ptero no llega, al mediod¨ªa deciden seguir la marcha hasta Tessuet, la poblaci¨®n m¨¢s cercana al ca?¨®n del r¨ªo Wandras.
Como supon¨ªan que no habr¨ªa cobertura, el G-2 se divide en cuatro que ascienden y otros dos que se quedan en Tessuet para mantener el enlace y coordinaci¨®n con la Embajada y las familias. ¡°Est¨¢bamos cansados de que la Gendarmer¨ªa entorpeciera nuestra intenci¨®n de rescatarlos¡±, relata un miembro de la expedici¨®n. ¡°Desde que el mi¨¦rcoles 1 de abril dimos la alerta, los gendarmes solo planteaban dificultades. Por cada pueblo que pas¨¢bamos nos ped¨ªan el pasaporte. Y ahora que est¨¢bamos en Tessuet, la aldea m¨¢s pr¨®xima al ca?¨®n del accidente, nos reten¨ªan all¨ª diciendo que el helic¨®ptero estaba llegando. Pero como no terminaba de llegar decimos subir nosotros a pie al ca?¨®n¡±.
Los cuatro que ascienden van acompa?ados por tres gu¨ªas bereberes que se les unieron en Tessuet. Pero no llevan mucho material de alta monta?a. "?bamos cargados con lo esencial para el rescate y nada m¨¢s", explica Jos¨¦ Morilla, uno de los cuatro integrantes que caminaban hacia el ca?¨®n.
Cuando lo estaban sacando en la camilla, se les desliz¨® la cuerda y lo metieron en el r¨ªo. As¨ª que lo dejaron en una terraza del ca?¨®n. Y pas¨® la noche mojado y separado de su cuidador
Viernes 3 de abril. A las seis de la tarde, los cuatro miembros del G-2 y sus tres gu¨ªas bereberes han caminado durante seis horas, han superado m¨¢s de 800 metros de desnivel y llegan a la parte alta del ca?¨®n. Desde all¨ª divisan a lo lejos algo de color amarillo que podr¨ªa ser un saco de dormir de sus compa?eros. No hay cobertura en la zona y la distancia hacia la esterilla es demasiado lejana (calculan que unos 300 metros) como para hacerse o¨ªr. Pasan la noche en vela encendiendo matojos para combatir el fr¨ªo.
S¨¢bado 4 de abril. Por la ma?ana, con las primeras luces del d¨ªa, vuelven a divisar la profundidad del ca?¨®n y atisban a sus compa?eros del G-1. Suben a una zona con cobertura para dar las coordenadas del lugar. Observan que la cuerda de 50 metros que llevan se queda corta en al menos 20 metros. Piden medios apropiados, tanto a la Embajada espa?ola como a la gendarmer¨ªa marroqu¨ª.
A las pocas horas aparece un helic¨®ptero de la gendarmer¨ªa para reconocer la zona y traer personal de rescate. Por la tarde, varios gendarmes consiguen llegar hasta el accidentado tras varias horas e intentan evacuarlo, subi¨¦ndolo en una camilla. "Lo sacaron de la protecci¨®n de su compa?ero ileso que lo llevaba cuidando desde hacia m¨¢s de seis d¨ªas", explica un miembro del G-2. "Ten¨ªan que ascender 300 metros con ¨¦l. Y cuando lo estaban sacando en la camilla se les desliz¨® la cuerda y lo metieron en el r¨ªo. As¨ª que lo dejaron en una terraza del ca?¨®n. Y pas¨® la noche mojado y separado de su cuidador".
Domingo 5 de abril. Llega desde Granada el grupo de socorro de la Federaci¨®n Andaluza de Espeleolog¨ªa. "Cuando intentaba coordinar el acceso a la zona, desde Uarzazate a la parte alta del ca?¨®n, los gendarmes los amenazaron con detenerlos por obstruir las labores de rescate si intentan acceder a la zona del ca?¨®n. As¨ª que se fueron a un hotel y al d¨ªa siguiente, de regreso a Granada", explica otro componente del G-2.
Al mediod¨ªa, Marruecos autoriza la llegada del grupo de rescate de la Guardia Civil. A las 18.00, llega al ca?¨®n la Guardia Civil. A la media hora estaban reconociendo al cad¨¢ver y al herido, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªnez. Los miembros de la expedici¨®n creen que Mart¨ªnez, a esas horas, ya habr¨ªa fallecido. La autopsia determinar¨¢ las causas, pero ellos creen que influy¨® la "mojada" que sufri¨® la tarde anterior, tras llevar m¨¢s de siete d¨ªas accidentado en una zona donde la temperatura rondaba los cinco grados.
En torno a las 19.00, Juan Bol¨ªvar Bueno, el ¨²nico superviviente del G-1, sale por su propio pie del ca?¨®n, aunque en los ¨²ltimos metros se le ofrece una camilla. Bol¨ªvar lleg¨® a Tessuet acompa?ado por personal de la protecci¨®n civil marroqu¨ª, que llevaba operando desde Tessuet tres d¨ªas. "Trabajaban en horario diurno, sin que hubiera coordinaci¨®n entre ellos y la gendarmer¨ªa", se quejan los deportistas espa?oles.
Lunes 6 de abril. El G-2 se traslada desde Tessuet a Uarzazate, el pueblo m¨¢s grande de la zona. Queda en el ca?¨®n solo un miembro del grupo, David Garc¨ªa, que decidi¨® quedarse por si pod¨ªa ayudar en algo a la Guardia Civil. "David apreci¨® claramente c¨®mo estos sab¨ªan lo que hab¨ªa que hacer en ese rescate, a diferencia de la gendarmer¨ªa", explica un miembro del grupo.
Martes 7 de abril. Se trasladan en helic¨®ptero los dos cad¨¢veres desde la parte alta del ca?¨®n a la morgue de Uarzazate, cuatro d¨ªas despu¨¦s de que los dos espele¨®logos fueran localizados por sus compa?eros, seis d¨ªas despu¨¦s de que ellos dieran la alerta a las autoridades espa?olas y marroqu¨ªes y nueve d¨ªas despu¨¦s del accidente.
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