Un paquete cargado de muerte y desmemoria
La Audiencia juzga a la etarra Itziar Alberdi por el asesinato de tres polic¨ªas en 1991
Una tremenda explosi¨®n sacudi¨® la nave de la empresa de transportes Express Cargo en el pol¨ªgono industrial de Villaverde, de Madrid en la noche del 1 de julio de 1991. La deflagraci¨®n de un paquete bomba de ETA, cargado con siete kilos de explosivo, destroz¨® la estructura del edificio. Bajo los escombros de la techumbre quedaron los cuerpos sin vida del subinspector de polic¨ªa Pedro Dom¨ªnguez y del oficial Luis Claraco, del grupo de artificieros Tedax, que hab¨ªan acudido a desactivar el artefacto. Su compa?ero Jos¨¦ Luis Jim¨¦nez, gravemente herido, falleci¨® horas despu¨¦s en el Hospital Doce de Octubre. La Audiencia Nacional juzga este jueves a la etarra Itziar Alberdi, supuesta coautora de este triple crimen junto al arrepentido Joseba Urrusolo Sistiaga, que ya fue condenado por este atentado. Alberdi fue detenida junto a su pareja, Juan Jes¨²s Narv¨¢ez Go?i, el 17 de febrero de 2014, en Puerto Vallarta (M¨¦xico), donde daba clases de yoga.
La vista oral, casi 24 a?os despu¨¦s de los hechos, ha sido un monumento a la desmemoria de la acusada, que ha negado cualquier v¨ªnculo con los hechos, y de los otros miembros del comando itinerante Ekaitz de la banda: el propio Urrusolo y Fernando D¨ªez Torres, citados por el tribunal como testigos. El juicio, en la Secci¨®n Tercera de lo Penal, presidida por Alfonso Guevara, ha quedado visto para sentencia
La Fiscal¨ªa reclama un total de 128 a?os de prisi¨®n por este atentado para Alberdi. El ministerio p¨²blico considera que la terrorista remiti¨® el paquete bomba desde una sucursal de Express Cargo en Valladolid con destino a un alto cargo del Ministerio de Justicia, en la calle San Bernardo de Madrid. El env¨ªo, una caja de cart¨®n de tama?o mediano, llevaba como remitente una falsa empresa, ¡°Gr¨¢ficas Jotasu¡±, nombre que coincide con el del mortero artesanal dise?ado por ETA. Los terroristas pusieron como direcci¨®n de salida una casa abandonada en la capital castellana.
El paquete se entreg¨® el 25 de junio de 1991, y su carga mortal estuvo circulando durante una semana por el centro de Espa?a. Al d¨ªa siguiente de la entrega, el mensajero de Express Cargo Fernando Morales lleg¨® con el bulto al Ministerio de Justicia. ¡°Me acuerdo perfectamente de todo: en el esc¨¢ner del Ministerio se ve¨ªa todo oscuro; llamaron por walkie talkie al jefe de seguridad. Estuvieron una hora decidiendo qu¨¦ hac¨ªan; yo les dije que o se lo quedaban o que me lo devolvieran como no aceptado¡±, relat¨® Morales al tribunal. El mensajero carg¨® el paquete explosivo en su furgoneta y prosigui¨® su reparto por el sur de Madrid. Al terminar su ruta, volvi¨® a la nave central de la empresa en el pol¨ªgono de Villaverde, deposit¨® all¨ª el paquete y rellen¨® un parte de incidencias.
El protocolo de la empresa de transportes indicaba que pasado un plazo sin haber podido entregar el env¨ªo, este deb¨ªa regresar a su remitente. Cuando Express Cargo trat¨® de ponerse con la ficticia Gr¨¢ficas Jotasu en Valladolid, supo que esa empresa era desconocida en la ciudad. En el entretiempo, al no haberse producido la explosi¨®n planeada, un comunicante de ETA avis¨® por tel¨¦fono a la empresa, en su oficina de Aranda de Duero (Burgos), de que el paquete conten¨ªa una bomba. Era el 1 de julio, sobre las 16.30.
Esa tarde, inspectores de la Polic¨ªa Nacional y miembros de los Tedax acudieron a la nave de Villaverde. Al no lograr explosionar el artefacto con un robot teledirigido, los artificieros optaron por desactivar el paquete bomba a mano. A las 22.30, la trampa de doble detonante que conten¨ªa el paquete hizo su fatal efecto. El estallido de los siete kilos de explosivo destroz¨® el fondo de la nave, donde los Tedax hab¨ªan aislado el paquete, y mat¨® a los especialistas de la polic¨ªa. Dos d¨ªas antes, un paquete similar de ETA hab¨ªa matado a otras cuatro personas y causado heridas a otras 30 en la c¨¢rcel de Sevilla I.
La principal prueba contra Itziar Alberdi es el cuaderno que se le intervino a su compa?ero de comando Fernando D¨ªaz Torres tras su arresto en Tarragona en marzo de 1992. En esta libreta, figuran anotaciones de pu?o y letra de la etarra sobre la empresa Express Cargo y su direcci¨®n en Valladolid. Tambi¨¦n hay un croquis e informaci¨®n manuscrita de Alberdi sobre militares que resid¨ªan en el c¨¦ntrico Paseo Zorrilla de la capital castellana, posibles objetivos de la banda. ¡°No tengo nada que ver con los hechos que se est¨¢n juzgando aqu¨ª, no he estado nunca en Valladolid, en aquellas fechas estaba alquilando y acondicionando una casa en Valencia¡±, ha asegurado Alberdi. La acusada, que solo ha respondido a las preguntas de su defensa, ha manifestado que en ese cuaderno ¡°se centralizaban informaciones¡± de ¡°diversas fuentes¡± y ¡°cualquiera pod¨ªa realizar anotaciones en ¨¦l¡±.
Jos¨¦ Luis Urrusolo Sistiaga, el primer testigo en declarar, ya fue condenado por este atentado en 2010. ¡°He reconocido mi participaci¨®n en otros atentados, pero no en este; en aquellos momentos era militante de ETA y asumo mi participaci¨®n en lo que hice, pero en este atentado no particip¨¦¡±, ha manifestado. Sobre esta base, el exmiembro de la banda y jefe del comando Ekaitz, ha negado conocer o reconocer a Alberdi: ¡°A la gente con la que me relacionaba no la conoc¨ªa por sus nombres, us¨¢bamos nombres que pod¨ªan cambiar con arreglo a las circunstancias¡±. Urrusolo ha afirmado que ¡°nunca¡± estuvo en Valladolid y que ¡°nunca¡± envi¨® a nadie a esa ciudad a cometer atentados.
Sin embargo, la mayor muestra de amnesia la ofreci¨® el excompa?ero de comando y due?o del cuaderno con las anotaciones, Fernando D¨ªez Torres: ¡°No conozco a Itziar¡±, ¡°no recuerdo si yo pertenec¨ªa a un comando de ETA en aquellas fechas¡±, ¡°no recuerdo si viv¨ªa en un piso de Valencia¡±, ¡°no recuerdo nada de un paquete bomba para el Ministerio de Justicia¡±, ¡°han pasado 23 a?os y no recuerdo todo aquello, me detuvieron por muchas cosas y no recuerdo lo que llevaba encima ni lo que dejaba de llevar¡±, ¡°no recuerdo nada¡±, fueron sus respuestas.
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