Euskadi: autocr¨ªtica en toda regla
El modelo vasco de final del terrorismo se aproxima m¨¢s a las comisiones de la verdad que al de Irlanda del Norte
Dos a?os despu¨¦s del inicio de la legislatura vasca del Gobierno peneuvista de I?igo Urkullu, la ponencia parlamentaria de paz y convivencia, llamada a ser clave en la etapa post-ETA, no se ha constituido porque el PSE y el PP exigen como condici¨®n previa que la izquierda abertzale reconozca el da?o injusto causado por su complicidad pasada con el terrorismo etarra. Le exigen que deje claro ante la sociedad que el terrorismo no tuvo ninguna justificaci¨®n pol¨ªtica cuando en Espa?a y en el Pa¨ªs Vasco ya se disfrutaba de democracia y autonom¨ªa.
Esta exigencia pol¨ªtica es paralela a la de todas las asociaciones de v¨ªctimas, desde las m¨¢s radicales, como Covite, a las moderadas como la Fundaci¨®n Fernando Buesa o Jos¨¦ Mar¨ªa Corta que, si bien rechazan la venganza y asumen el acercamiento de presos etarras a c¨¢rceles pr¨®ximas al Pa¨ªs Vasco, consideran una obligaci¨®n ¨¦tica y pedag¨®gica, pensando en las futuras generaciones, que la izquierda abertzale asuma una revisi¨®n cr¨ªtica de su pasado. Sus portavoces han reiterado en los homenajes a v¨ªctimas del terrorismo que mientras la izquierda abertzale no d¨¦ ese paso, no podr¨¢ normalizar su relaci¨®n con los diversos colectivos de v¨ªctimas.
PSE y PP exigen a la izquierda ¡®abertzale¡¯ que admita que ETA no tuvo justificaci¨®n
Otro tanto sucede con las jornadas relacionados con la memoria. La ausencia de un m¨ªnimo compartido, la deslegitimaci¨®n del terrorismo en democracia, por parte de la izquierda abertzale impide la celebraci¨®n de actos unitarios, como el D¨ªa de la Memoria, e incluso ha impedido que la reciente constituci¨®n del Instituto de la Memoria haya sido completa.
La pol¨ªtica de reinserci¨®n de presos etarras tambi¨¦n se ve bloqueada por la indecisi¨®n de la izquierda abertzale de realizar una autocr¨ªtica sobre su pasado. Previo a la declaraci¨®n del cese definitivo del terrorismo de ETA, hace m¨¢s de tres a?os, la izquierda abertzale adquiri¨® el compromiso de rechazar la violencia en el presente y en el futuro. Pero sigue sin dar ese paso crucial y el colectivo de m¨¢s de 400 presos etarras, sin el est¨ªmulo de la izquierda abertzale, ofrece coartadas a la pol¨ªtica penitenciaria inflexible del Gobierno del PP.
De esta situaci¨®n de bloqueo, que lleva camino de prolongarse indefinidamente si no se desata su nudo gordiano, la revisi¨®n cr¨ªtica del pasado, se ha hecho eco el Gobierno vasco. Un reciente texto, Zuzendu (Rectificar), asumido por el lehendakari Urkullu, constata: ¡°Hay una expresa demanda social y pol¨ªtica que apremia a una valoraci¨®n cr¨ªtica de la violencia de ETA por parte de su entorno pol¨ªtico¡±. Y le reclama esa ¡°valoraci¨®n cr¨ªtica¡± de ETA porque su ¡°renuencia¡± a hacerlo ¡°agranda la sospecha de justificaci¨®n de la violencia padecida o la pretensi¨®n de dar por bueno el sufrimiento injusto provocado a las v¨ªctimas. Esto, adem¨¢s de resultar inaceptable en la sociedad vasca del siglo XXI tiene efectos ¨¦ticos, humanos, sociales y pol¨ªticos destructivos en el presente y futuro¡±.
La izquierda abertzale pens¨® en una gesti¨®n del final del terrorismo vasco similar a la de Irlanda del Norte, en la que la excarcelaci¨®n de los presos tuvo el principal protagonismo. Pero los Gobiernos central y vasco as¨ª como todos los partidos, a excepci¨®n de la izquierda abertzale, han interiorizado que el proceso de final del terrorismo vasco es muy diferente del irland¨¦s. La diferencia sustancial radica en que mientras en Irlanda del Norte se enfrentaban dos organizaciones terroristas, equilibradas en fuerza y desmanes, en Euskadi, tras la entronizaci¨®n de la democracia y el autogobierno, oper¨® b¨¢sicamente una banda terrorista, ETA, lo que acarre¨® consecuencias dispares.
En Irlanda del Norte, tras el cese definitivo del terrorismo, hubo un inter¨¦s com¨²n en priorizar la salida de los presos de ambos bandos enfrentados y se releg¨® la revisi¨®n cr¨ªtica del pasado. En el Pa¨ªs Vasco, al existir b¨¢sicamente una organizaci¨®n terrorista, que termin¨® atacando a la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n, la autocr¨ªtica sobre el pasado terrorista se ha puesto en primer plano.
El modelo vasco de final del terrorismo se aproxima al de las comisiones de la verdad en pa¨ªses como Argentina, Guatemala o El Salvador, seg¨²n se?ala el Gobierno vasco. Pero, incluso Irlanda del Norte, casi una d¨¦cada despu¨¦s del cese definitivo del terrorismo, se est¨¢ replanteando ahora la necesidad de una revisi¨®n autocr¨ªtica del pasado.
¡°Si el pasado no se cierra bien, reaparece. Por eso es tan importante abordarlo de frente¡±, se?alan desde el Gobierno vasco. ¡°En Euskadi, mucha gente amenazada por ETA en los a?os de plomo asume que habr¨¢ que terminar por entenderse con una izquierda abertzale que va participando en el juego democr¨¢tico o incluso que se flexibilice la pol¨ªtica penitenciaria para los presos etarras. Pero lo que ninguna v¨ªctima est¨¢ dispuesta a asumir es que su sufrimiento haya tenido una justificaci¨®n pol¨ªtica. Las l¨ªneas rojas est¨¢n en que ETA y quienes les ayudaron pol¨ªticamente deben reconocer que el terrorismo no tuvo ninguna legitimaci¨®n en democracia. Es la manera de asegurar que no vuelva a repetirse la tragedia vivida¡±.
El Gobierno vasco sostiene que si el pasado no se cierra bien, reaparece
El Gobierno vasco precisa que la revisi¨®n cr¨ªtica del pasado terrorista de ETA no debe limitarse a los hechos y a la legitimaci¨®n del recurso a la violencia. Debe detenerse, tambi¨¦n, en cap¨ªtulos especialmente perversos como fue ¡°la estrategia de socializaci¨®n del sufrimiento y sus consecuencias¡±, sobre todo, entre 1990 y 2010, que masific¨® la amenaza terrorista a una mayor¨ªa amplia de la poblaci¨®n.
Aunque la responsabilidad principal del terrorismo recae sobre ETA, el Gobierno vasco propone extender el ejercicio de autocr¨ªtica a la sociedad y a las instituciones, como el propio Ejecutivo vasco, por ¡°la falta de atenci¨®n a las v¨ªctimas¡± en el pasado. ¡°Un ejemplo de la necesidad de esta autocr¨ªtica es el olvido de las v¨ªctimas en los pactos de Ajuria Enea, Pamplona y Madrid¡±, pese a su importancia pol¨ªtica en la lucha antiterrorista. Un gesto, en esa direcci¨®n, fue la declaraci¨®n institucional del Gobierno vasco, en febrero, con motivo del 15? aniversario del asesinato del consejero vasco, Fernando Buesa, en que reconoci¨® que la instituci¨®n no estuvo a la altura.
Tambi¨¦n, en otro plano, el Gobierno vasco detecta una responsabilidad por ¡°un ejercicio il¨ªcito de la violencia estatal o por la violencia paraestatal, ya sea en su organizaci¨®n, o por su negaci¨®n, ocultaci¨®n de su existencia o por la minimizaci¨®n de violaciones de derechos humanos: desde los excesos policiales, la tortura, o el abuso del poder penal y penitenciario, hasta el terrorismo de organizaciones como BVE, GAL y similares¡±.
El Ejecutivo vasco pretende regularizar anualmente, a partir del segundo semestre de 2015, unas jornadas de reflexi¨®n sobre la revisi¨®n cr¨ªtica del pasado en varios ¨¢mbitos sociales.
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