Dentro y fuera
En 1993, Gonz¨¢lez pact¨® con CiU para que estos y el PP no formaran juntos una alternativa
Que hubiera cuatro partidos con similar expectativa de voto, en torno al 20%, como recogen los ¨²ltimos sondeos, era una hip¨®tesis adelantada hace meses por algunos expertos. Su argumento era que gran parte de los votos que pierde el PP van a Ciudadanos, como antes hab¨ªan pasado del PSOE a Podemos. Esto produce un efecto de vasos comunicantes: los nuevos ganan a la vez que pierden los otros, lo que les lleva a converger en porcentaje sobre el total de votos. Ese modelo de cuatro partidos casi empatados es una novedad que condiciona las pol¨ªticas de alianzas. El PP ha rescatado en Andaluc¨ªa su propuesta de que gobierne el partido m¨¢s votado, lo que rechazan los socialistas, porque consideran que tienen una ventaja comparativa a la hora de encontrar aliados.
Los posibles pactos o coaliciones no ser¨ªan entre un partido grande y uno menor, como suele ser habitual, sino entre dos de peso similar
Hay, sin embargo, un antecedente en el que el PSOE renunci¨® a esa ventaja. En v¨ªsperas de las legislativas de 1993, Felipe Gonz¨¢lez se comprometi¨® a que solo gobernar¨ªa si el PSOE era el partido m¨¢s votado; que si lo era el PP, aun sin mayor¨ªa absoluta, no interferir¨ªa en su iniciativa para solicitar la investidura; y que solo si fracasaba lo intentar¨ªa ¨¦l. Eso significaba en la pr¨¢ctica que no entrar¨ªa en una puja por conseguir el apoyo de los nacionalistas a cambio de concesiones pol¨ªticas.
No hubo caso, porque gan¨® el PSOE, tal vez porque ese compromiso le permiti¨® reba?ar unos ¨²ltimos votos decisivos de electores que no quer¨ªan que gobernase Aznar. Pero para completar mayor¨ªa necesitaba pactar con CiU o con IU, formaciones que hab¨ªan tenido casi el mismo n¨²mero de esca?os (17 y 18, respectivamente). Eligi¨® a CiU por una raz¨®n pragm¨¢tica. Si pactaba con IU quedaban en la oposici¨®n dos formaciones de centro derecha, PP y los pujolistas, perfectamente articulables como alternativa; mientras que si pactaba con CiU, lo que quedaba fuera, PP e IU, dif¨ªcilmente podr¨ªa formar una alianza coherente. Un c¨¢lculo similar al que ahora se plantea el PSOE andaluz: si consiguiera pactar con C¡¯s, lo que quedar¨ªa fuera, PP-Podemos-IU, ser¨ªa inveros¨ªmil como alternativa. El argumento fue en parte desmentido por la pinza Aznar-Anguita contra Gonz¨¢lez, lo que no impidi¨® que este reiterase su planteamiento en las elecciones de 1996, que perdi¨® por escaso margen.
Ese modelo de cuatro partidos casi empatados es una novedad que condiciona las pol¨ªticas de alianzas
En 2003, el entonces l¨ªder de Esquerra, Carod Rovira, hizo un planteamiento parecido relaci¨®n con el tripartito catal¨¢n (PSC-ERC-ICV). Pudiendo elegir entre pactar con los socialistas o con CiU, lo hizo con los primeros porque lo que quedaba fuera, el nacionalismo convergente, no tendr¨ªa m¨¢s remedio que sumarse al acuerdo del tripartito por un nuevo Estatut; mientras que dejar fuera al PSC ser¨ªa empujarle a unirse al PP contra ese Estatut.
Hoy los c¨¢lculos ser¨ªan diferentes. Los posibles pactos o coaliciones no ser¨ªan entre un partido grande y uno menor, como suele ser habitual, sino entre dos de peso similar, lo que dificultar¨ªa los acuerdos. Y con los datos actuales podr¨ªa no bastar con dos de los cuatro partidos para alcanzar la mayor¨ªa, lo que podr¨ªa devolver a los nacionalistas capacidad para condicionar al resto. Y suscitar la duda de si a la hora de plantear alternativas realistas al independentismo podr¨ªa ser conveniente dejar abierta esa v¨ªa de enganche del catalanismo pactista a la pol¨ªtica espa?ola.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.