Est¨¢n en juego la salud y la vida
La normativa sobre aborto en Latinoam¨¦rica es de las m¨¢s restrictivas
El debate acerca de la despenalizaci¨®n del aborto suele estar plagado de discusiones ideol¨®gicas y dogmas religiosos que parecen ignorar que lo que est¨¢ en juego es la salud y la vida de mujeres y ni?as. Pocas veces esto ha quedado tan claro como en el reciente caso de una ni?a paraguaya de 10 a?os que qued¨® embarazada luego de haber sido violada por su padrastro. Aunque el personal m¨¦dico que atendi¨® a la ni?a confirm¨® que se trataba de un embarazo de alto riesgo, las autoridades paraguayas le han negado la posibilidad de interrumpirlo voluntariamente.
La normativa sobre aborto en Latinoam¨¦rica est¨¢ entre las m¨¢s restrictivas a nivel global. Estas normas en la pr¨¢ctica generan abortos inseguros y clandestinos, que ponen en riesgo la vida y la salud de mujeres y ni?as. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, en Am¨¦rica Latina el riesgo de muerte materna es cuatro veces m¨¢s alto en ni?as menores de 16 a?os que en mujeres de entre 20 y 30 a?os. Justamente por ello, en los ¨²ltimos a?os organismos internacionales, tanto del sistema interamericano de derechos humanos como de Naciones Unidas, han recomendado en reiteradas oportunidades que los Gobiernos avancen hacia la adopci¨®n de medidas que aseguren que mujeres y ni?as puedan acceder a un aborto seguro.
En a?os recientes, varios pa¨ªses, incluyendo Uruguay, Colombia, Brasil y Argentina, han ido adoptando medidas hacia la despenalizaci¨®n del aborto en ciertos casos, gracias a cambios legislativos y jurisprudenciales.
A la luz de esta tendencia, un caso interesante para analizar es la situaci¨®n en Chile, uno de los pocos pa¨ªses en el mundo donde existe una prohibici¨®n absoluta en el C¨®digo Penal para abortar. En gran medida a ra¨ªz de las cr¨ªticas internacionales a las grav¨ªsimas consecuencias que la prohibici¨®n tiene en los ¨ªndices de mortalidad materna y para la salud de mujeres y ni?as que se exponen a abortos inseguros, la presidenta Michelle Bachelet asumi¨® el compromiso de despenalizar el aborto en tres circunstancias: cuando corre riesgo la vida de la mujer, si el embarazo es el resultado de una violaci¨®n sexual, y cuando el feto presenta malformaciones incompatibles con la vida extrauterina.
La sociedad chilena, tradicionalmente conservadora, en 2013 se vio obligada a debatir el caso de una ni?a de 11 a?os que no pod¨ªa legalmente acceder a un aborto luego de quedar embarazada por violaci¨®n. Si el Congreso chileno aprueba la despenalizaci¨®n del aborto, ninguna otra ni?a ni mujer se expondr¨ªa a un abuso de este tipo.
De poco sirve seguir horroriz¨¢ndonos por casos terribles de ni?as violadas que quedan embarazadas y no pueden abortar. Aquellos Gobiernos de la regi¨®n que dicen inspirarse en el respeto de los derechos humanos deben pasar del discurso a la acci¨®n, implementando de lleno sus obligaciones jur¨ªdicas internacionales para garantizar que ni?as y mujeres accedan a abortos legales y seguros.
Jos¨¦ Miguel Vivanco es director de la Divisi¨®n de las Am¨¦ricas de Human Rights Watch.
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