El vuelo de la corneja
Monedero lanza el ¨®rdago, el lanzado es ¨¦l y retrocede, sin ser capaz de sostener sus cr¨ªticas anteriores
Anuncio de ruptura y declaraci¨®n de amor se han sucedido en la crisis de Podemos. Siempre h¨¢bil, Pablo Iglesias encauz¨® el debate hacia las inminentes elecciones, y los comentaristas aceptaron su propuesta: ?perder¨¢ votos Podemos con la crisis Monedero? Sin embargo, el extra?o suceso tiene otras facetas.
Para explicarlo, vale la pena aplicar el criterio sugerido por Tzvetan Todorov: ahondar en la ¡°infracci¨®n al orden¡±, esto es, preguntarse por las ausencias y las contradicciones que interfieren en la l¨®gica de la acci¨®n haci¨¦ndola incomprensible.
En el ¡®Cantar del M¨ªo Cid¡¯ el c¨®rvido vuela primero hacia la izquierda y luego va hacia la derecha
Supongamos que Monedero es un adicto a la elecci¨®n racional. Una vez planteada una enmienda de fondo al viraje t¨¢ctico de Podemos, esperaba tal vez suscitar una discusi¨®n en el v¨¦rtice, y eso pensaron muchos militantes. Cab¨ªa tambi¨¦n una dimisi¨®n argumentada. Ni lo uno ni lo otro. No dimite, es dimitido, pues es Iglesias quien anuncia su dimisi¨®n, no ¨¦l, sin otra referencia a su cr¨ªtica que el ninguneo: no la comparte, pero es interesante. Y le invita a desplegar su vuelo como intelectual, manteniendo el ¡°aguij¨®n cr¨ªtico¡± (que acaba de llevarle a las tinieblas exteriores). Adem¨¢s, el hombre feliz, liberado de la direcci¨®n ¡ªAndreotti no hubiese estado de acuerdo¡ª ha elaborado sus ideas para Podemos. ?Servir¨¢n de algo o le acompa?ar¨¢n en el vuelo? La respuesta, en el programa reci¨¦n presentado: el cuento de la lechera sigue, pero de acabar con ¡°el r¨¦gimen de 1978¡±, nada, ya que los espa?oles ¡°est¨¢n orgullosos de sus instituciones¡±. Esto no es Juego de tronos, los italianos lo llamaban transformismo.
Para cerrar el c¨ªrculo del absurdo, Monedero se lanza en su carta a una exaltaci¨®n de Iglesias y a pedir a su Jefe que no ceje hasta asumir ¡°el mandato de gobernar a nuestro pa¨ªs¡±. De las cr¨ªticas en Radiocable, nada. El desprop¨®sito es total. ?nica explicaci¨®n coherente: Monedero lanza el ¨®rdago, el lanzado es ¨¦l y retrocede, sin ser capaz siquiera de sostener sus cr¨ªticas anteriores. El asalto al cielo, al poder de P.I., tiene un ¨²nico protagonista y un pensamiento ¨²nico, el suyo, cambiante seg¨²n las circunstancias. Segundos fuera.
Todo ello envuelto en el mar de alm¨ªbar en que se recrean habitualmente los cofundadores de Podemos ¡ª¡°compartiendo tranquilidad en medio de pinares¡±¡ª frente al enemigo: ¡°Sin la ponzo?a de los medios ni sus enredos que envilecen¡±. Todo un follet¨®n.
El vuelo emprendido tendr¨ªa su correspondencia en el de la corneja, un c¨®rvido que toma escasa altura, pero que posee el don de marcar las direcciones. En el Cantar del M¨ªo Cid, la corneja vuela primero hacia la izquierda y luego va hacia la derecha. Ah¨ª estamos.
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