El error Errej¨®n
Cuando Podemos puntuaba m¨¢s alto, Errej¨®n decidi¨® emprender un viaje al centro para tratar de pescar en el caladero moderado
?C¨®mo interpretar el imprevisto descenso de Podemos que anuncian los sondeos? ?Acaso la irrupci¨®n por sorpresa de Ciudadanos le est¨¢ comiendo el terreno? No parece ser el caso. Como han subrayado los analistas de Piedras de Papel, la ca¨ªda del voto a Podemos no procede de electores centristas, sino alineados a la izquierda. Y para explicar su desenga?o nada mejor que atribuirlo al Error Errej¨®n.
Sus bases de izquierdas les est¨¢n abandonando, mientras los electores centristas no terminan de creer su presunta moderaci¨®n
Cuando Podemos puntuaba m¨¢s alto, decidi¨® emprender un viaje al centro para tratar de pescar en el caladero moderado. De ah¨ª que renunciara al radicalismo y moderase el lenguaje para ganar respetabilidad. Bien, pues todo parece indicar que su jugada t¨¢ctica se le ha vuelto en contra por efecto b¨²meran. Sus bases de izquierdas les est¨¢n abandonando, mientras los electores centristas no terminan de creer su presunta moderaci¨®n.
Es lo que predice la teor¨ªa del negativismo de Ansolabehere e Iyengar. Para estos autores, el recurso a una ret¨®rica beligerante de antagonismo radical, que destruye la reputaci¨®n del adversario con mensajes negativos, genera dos efectos: por un lado, moviliza a los electores m¨¢s absentistas y desafectos, y por el otro inhibe la participaci¨®n de los independientes centristas. Y es esto lo que ha podido pasar con Podemos.
En su salida al ruedo esgrimi¨® un mensaje radicalmente negativo contra la casta y esto le granje¨® el apoyo de la gran masa de indignados
En su salida al ruedo esgrimi¨® un mensaje radicalmente negativo contra la casta, a la que culpaba de todos los males del R¨¦gimen, y esto le granje¨® el apoyo de la gran masa de indignados antisistema que hasta entonces pasaban de votar. Pero cuando Podemos ha optado por centrar su mensaje, renunciando al negativismo radical de su inicio, sus desenga?ados seguidores han comenzado a abandonarle volviendo a retraerse hacia el absentismo frustrados por la decepci¨®n. La moraleja es obvia: Podemos deber¨ªa hacer autocr¨ªtica devolviendo el tim¨®n al estratega Monedero.
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