Huidos de Siria esperan que Rabat les permita pasar a Espa?a a pedir asilo
El n¨²mero de sirios que accede a Melilla disminuye en los ¨²ltimos d¨ªas
Una nube de mujeres, hombres y ni?os sirios espera en el paso fronterizo de Beni Ensar, entre Marruecos y Melilla, a que la polic¨ªa marroqu¨ª les permita superar los pocos metros que les separan de Espa?a, donde les esperan las oficinas prefabricadas en las que pueden pedir asilo, el primer paso para iniciar su nueva vida en Europa, lejos de la guerra.
Las cifras de solicitantes de asilo no han dejado de aumentar en los ¨²ltimos meses y en lo que va de a?o, ya se han superado las solicitudes de sirios del a?o anterior, seg¨²n cifras del ministerio de Interior. Solo en abril hubo 900 solicitudes, seg¨²n las cifras del Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Pero desde hace unos diez d¨ªas, el flujo de sirios hacia Espa?a se ha ralentizado y en la frontera se acumula la frustraci¨®n tras meses y a?os de traves¨ªa en busca de un lugar seguro. En los hoteles y pensiones del centro de Nador, por las calles de la ciudad marroqu¨ª se repite la imagen. Decenas de ellos proceden de Yarmouk, el gran campo de refugiados palestinos de Damasco convertido en el epicentro del horror de la guerra siria y al que las agencias humanitarias acceden con cuentagotas.
¡°Arriba est¨¢ lleno de sirios¡±, anuncia el conserje de una de las pensiones del centro de Nador. All¨ª malviven hacinados en una habitaci¨®n Abu Basel y su familia. All¨ª comen y duermen y de all¨ª parten a diario hacia la frontera en el en¨¦simo intento de poner pie en la Uni¨®n Europea y tramitar el estatuto de refugiado. Llegaron a Marruecos hace 15 d¨ªas desde Argelia. Antes recalaron en L¨ªbano. ¡°Esta frontera est¨¢ llena de traficantes. Nos piden 500 euros o incluso 1.000¡±, dice este hombre, que ignora que apenas a unos metros, al otro lado de la frontera se encuentran las oficinas de asilo inauguradas por el ministerio de Interior el pasado marzo.
En las oficinas y en el Centro temporal de Inmigrantes de Melilla (CETI) se acumulan los testimonios de familias sirias partidas por la frontera. Un grupo de mujeres suplicaba esta semana a la polic¨ªa espa?ola que hicieran algo para que pudieran entrar sus hijos, atrapados al otro lado de la frontera. Otra mujer siria, acaba de entrar, con un carrito de la compra, disfrazada de porteadora. Su marido a¨²n en Marruecos, espera una oportunidad para salir.
¡°Aqu¨ª tramitamos las solicitudes de los sirios que llegan, pero si no cruzan, no podemos hacer nada. Es competencia de Marruecos¡±, explica Jos¨¦ Antonio Morillas, responsable policial del dispositivo de asilo en la frontera. Morillas indica que estos d¨ªas la entrada de sirios es mucho menor que en los ¨²ltimos meses. ¡°Hace d¨ªas que Marruecos est¨¢ limitando la entrada¡±, pero asegura que desconocen la raz¨®n. La Oficina de Acnur en Madrid tambi¨¦n confirma el descenso de sirios que llegan al paso fronterizo de Melilla.
Casi cuatro millones de sirios han huido de la guerra que devasta el pa¨ªs desde hace cuatro a?os. L¨ªbano, Turqu¨ªa, Egipto e Irak son los principales pa¨ªses de acogida de los refugiados. En la Uni¨®n Europea, la Comisi¨®n ha presentado este mi¨¦rcoles una propuesta para que los refugiados sirios se distribuyan de manera m¨¢s equitativa entre los miembros de la Uni¨®n Europea. Pa¨ªses como Suecia o Alemania acogen al mayor n¨²mero de demandantes de asilo, mientras que Espa?a es uno de los pa¨ªses que menos acoge, con casi 6.000 solicitudes de asilo el a?o pasado, frente por las 120.595 que se presentaron en toda la Uni¨®n.
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