La huella del orfanato en los ni?os adoptados
La falta de apego en los primeros a?os es uno de los principales problemas de los menores. Unidades m¨¦dicas especializadas abordan estos trastornos
Carla, de 10 a?os, apenas ten¨ªa a?o y medio cuando fue adoptada en China. Desde el principio, sus padres se dieron cuenta de que todo le costaba m¨¢s de lo normal. ¡°Acudimos a neur¨®logos, a logopedas, a centros de estimulaci¨®n temprana, no sab¨ªamos qu¨¦ hacer¡¡±, relata su madre. No empez¨® a hablar hasta los seis a?os. Ten¨ªa dificultades en hacer amigas, sufr¨ªa falta de atenci¨®n, era muy insegura. Y no hab¨ªa forma de saber qu¨¦ le suced¨ªa. Hasta que, hace unos meses, la respuesta lleg¨® a trav¨¦s de la Unidad del Ni?o Internacional del hospital La Fe de Valencia: su hija sufr¨ªa trastorno del v¨ªnculo, un problema afectivo que hunde sus ra¨ªces en su estancia en el orfanato. ¡°Era de los que peor fama ten¨ªan¡±, rememora la madre.
Este tipo de unidades hospitalarias ¡ªtambi¨¦n asisten a ni?os en acogimiento o inmigrantes¡ª se han ido consolidando en paralelo al boom de la adopci¨®n internacional durante la d¨¦cada pasada. Entre 2004 y 2007, Espa?a fue el segundo pa¨ªs que m¨¢s ni?os recibi¨® del mundo (19.084), solo por detr¨¢s de Estados Unidos. Adem¨¢s de La Fe, hospitales como Sant Joan de D¨¦u de Barcelona o La Paz-Carlos III de Madrid ofrecen tambi¨¦n estas atenciones.
Espa?a, un pa¨ªs de acogida
Entre los a?os 2004 y 2007 Espa?a fue, tras Estados Unidos, el segundo pa¨ªs que m¨¢s ni?os adopt¨® de otros pa¨ªses con 19.084 menores.
2004 fue el a?o con el mayor n¨²mero de ni?os llegados del exterior (5.423).
Por detr¨¢s de Espa?a estaban Francia, Italia, Canad¨¢, Alemania, Suecia, Pa¨ªses Bajos, Dinamarca, Suiza y Australia.
Debido a la crisis y las restricciones introducidas por algunos pa¨ªses las adopciones han bajado hasta las 1.188 en 2013, lo que sit¨²a a Espa?a en quinta posici¨®n. Por delante est¨¢n Estados Unidos, Italia, Francia y Canad¨¢.
Los principales pa¨ªses de origen fueron en 2013 Rusia, China y Etiop¨ªa (fuente: Coordinadora de Asociaciones en Defensa de la Adopci¨®n y el Acogimiento).
En ellos cubren desde consultas preadoptivas ¡ªpara orientar sobre el informe m¨¦dico que las familias reciben del ni?o¡ª hasta los 18 a?os, ya sea por cuestiones ligadas al menor (institucionalizaci¨®n, fracaso en acogimientos previos) o a los padres (falta de preparaci¨®n, expectativas incumplidas).
La principal preocupaci¨®n de las familias son los problemas f¨ªsicos. En funci¨®n de su procedencia, los peque?os pueden presentar rasgos de desnutrici¨®n o sufrir enfermedades infecciosas (parasitosis intestinal, tuberculosis, hepatitis). Pero, aunque menos evidentes, las patolog¨ªas m¨¢s graves suelen ser trastornos psicol¨®gicos asociados a la estancia en instituciones como orfanatos o residencias. Uno de cada tres ni?os que han permanecido en este tipo de centros hasta los tres a?os sufre trastornos cognitivos (relacionados con la inteligencia). La misma proporci¨®n padece alteraciones afectivas (del v¨ªnculo), frente al 2% y 4%, respectivamente, de la poblaci¨®n general o de los menores que han estado en orfanatos menos de seis meses, que apenas presentan secuelas, de acuerdo con un estudio brit¨¢nico con ni?os procedentes de Ruman¨ªa publicado en 2003 en Development and Psychopathology.
Problemas de atenci¨®n
El trastorno del v¨ªnculo es especialmente relevante: suele estar en el origen de otros comportamientos, ya sean problemas de atenci¨®n, de autocontrol, del aprendizaje, dificultades al manejar las emociones o problemas de identidad en la adolescencia. ¡°La mitad de los ni?os que vemos en la consulta tiene este tipo de alteraci¨®n del afecto¡±, destaca Gemma Ochando, experta en psiquiatr¨ªa infantil que dirige la Unidad del Ni?o Internacional en La Fe junto a la especialista en enfermedades infecciosas pedi¨¢tricas Carmen Otero. ¡°Cuando el ni?o llora, la madre o el cuidador atiende sus necesidades: le da de comer, le duerme, le abriga... Esto no sucede en un orfanato. No se atienden individualmente las necesidades fisiol¨®gicas o afectivas, sino de forma colectiva. No se aprende a establecer relaciones emocionales¡±, indica la pediatra. El resultado es una adaptaci¨®n a este medio hostil ¡°en el que prima la desconfianza, la agresi¨®n, el rechazo y la evitaci¨®n¡±, unos comportamientos que se pueden enquistar al llegar al nuevo entorno y que provocan incomprensi¨®n en la familia o el colegio.
Una fase clave en la vida de los ni?os adoptados es la adolescencia, que en ellos se suele adelantar a los 9 o 10 a?os, dos o tres antes de lo que suele ser habitual. Es la etapa en la que se presentan los problemas relacionados con la definici¨®n de la identidad y el momento en el que se encuentran buena parte de los chavales adoptados durante los ¨²ltimos a?os en Espa?a. Si no se han encauzado por entonces los trastornos m¨¢s graves, la situaci¨®n puede desembocar en situaciones de fuerte tensi¨®n familiar o el fracaso de la adopci¨®n en los casos l¨ªmite.
Ochando pone el ejemplo extremo de una paciente de origen indio de 13 a?os que se escapaba de casa para prostituirse y comprar sus caprichos. Al investigar su historia comprobaron que durante su estancia en el orfanato era la mayor y asumi¨® un papel protector respecto al resto de ni?os. All¨ª ya se fugaba de la instituci¨®n, se prostitu¨ªa y con el dinero que obten¨ªa compraba comida para sus compa?eros. ¡°Era la hero¨ªna del grupo, y consideraba este comportamiento como una conducta positiva¡±, se?ala la pediatra. Finalmente, la adopci¨®n se trunc¨®. El objetivo es prevenir estas situaciones. Aprovechar la primera consulta, centrada en la revisi¨®n vacunal o las pruebas de enfermedades infecciosas, para establecer una valoraci¨®n inicial de los problemas de salud mental que puedan presentar los menores y atajarlos de forma temprana. ¡°Si la situaci¨®n se degrada podemos hacer muy poco¡±, plantea Ochando.
M¨¢s hiperactividad entre los menores procedentes del Este
Mar¨ªa, una ni?a adoptada de India lleg¨® a su nueva casa con 18 meses y serias alteraciones afectivas. ¡°No entend¨ªa ni de peluches, ni de caricias, ni de cuentos, ni de cari?os¡±, rememora Carmen, su madre, cuyo nombre se ha cambiado, como el de las ni?as que aparecen en este reportaje, para preservar su identidad. ¡°Era como un cachorro salvaje; hasta los dos a?os no pudo tocarla mi marido¡±. Poco a poco fue superando estos comportamientos, aunque sus padres advirtieron que le costaba seguir el ritmo de las clases. ¡°Tiene d¨¦ficit de atenci¨®n con hiperactividad (TDAH), en su caso no es impulsiva ni hiperactiva, tiene problemas de concentraci¨®n¡±, apunta Carmen. ¡°Est¨¢ tratada y es una ni?a muy normal¡±.
Adem¨¢s del trastorno del v¨ªnculo, los problemas de conducta relacionados con el TDAH son comunes entre los ni?os adoptados, sobre todo los procedentes de los pa¨ªses del Este de Europa.
Algunos estudios elevan la tasa hasta el 50% de los menores llegados de Rusia. Este comportamiento se relaciona con el s¨ªndrome alcoh¨®lico fetal, vinculado al abuso de la gestante con la bebida o el tabaco, y con los partos prematuros.
El TDAH se puede confundir al principio con el estado de excitaci¨®n en el que se encuentran los ni?os durante las primeras semanas de estancia en su nuevo hogar. Cambian la rutina a la que est¨¢n acostumbrados por una situaci¨®n de hiperestimulaci¨®n, visitas de familiares, regalos¡ Todo ello que puede dar lugar a diagn¨®sticos precoces y err¨®neos. Los expertos recomiendan mantener un seguimiento para comprobar la evoluci¨®n de los s¨ªntomas.
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