Soy un cobarde
S¨¦ que deber¨ªa escribir un art¨ªculo para defender la presunci¨®n de inocencia de nuestros pol¨ªticos, pero desecho la idea por temor
Me repite una y otra vez que todos los pol¨ªticos son unos chorizos, unos corruptos sin redenci¨®n. Vocifera que ¡°si fulanito se ha metido en pol¨ªtica, es que algo buscar¨¢, alg¨²n inter¨¦s tendr¨¢¡±. Para usted, cualquier candidato es un aprovechado, un corrupto en ciernes. Usted, como sufrido ciudadano, ser¨ªa el bueno, buen¨ªsimo, mientras que los malos, mal¨ªsimos, son los que est¨¢n en pol¨ªtica. Y yo, mientras tanto, agacho la cabeza sin rechistar, temeroso de resultar sospechoso de defender a esos pol¨ªticos indignos e ineptos que, seg¨²n usted, parasitan en la cosa p¨²blica s¨®lo para medrar.
Los que le rodean quieren ajusticiar a todos los pol¨ªticos y yo callo por no desentonar
Los que le rodean quieren ajusticiar a todos los pol¨ªticos y yo callo por no desentonar. Pero miro los carteles de campa?a y me atrevo a susurrarle que s¨®lo veo a gente normal y, desde luego, no peores ¡ªtampoco mucho mejores¡ª que usted o que yo. Usted se indigna, insistiendo en que son una bazofia y yo le respondo, titubeante, que de todo hay en la vi?a del Se?or. Me abuchean. Si los defiendo, braman ¡ªes que soy como ellos¡ª. Les contesto que si quieren conocerse mejor deben mirarse en el espejo de nuestros pol¨ªticos y de nuestra pol¨ªtica porque ah¨ª nos reflejamos como somos. Gran error, el m¨ªo. Esa provocaci¨®n les irrita gravemente y tengo que huir antes de que me agredan. Nervioso, salgo corriendo y en el camino me tropiezo con una joven candidata primeriza, con rostro ilusionado.
Antes de que me pida el voto, le digo para su sorpresa: ¡°Ni figur¨¢rtelo puedes, pero es casi seguro que terminar¨¢s imputada durante estos pr¨®ximos a?os, seas inocente o culpable, eso que m¨¢s les da. Cuando sientas que la jaur¨ªa se dispone a devorarte, no cometas el error de pensar que todos los espa?oles somos iguales. Algunos, al menos, cre¨ªmos en tu inocencia y en la de tantos como t¨²¡±. No me atrevo a m¨¢s y sigo huyendo. Soy un cobarde. S¨¦ que deber¨ªa escribir un art¨ªculo para defender la presunci¨®n de inocencia de nuestros pol¨ªticos, pero desecho la idea por temor. No quiero que me achicharren como a ellos.
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