Los partidos miden hoy sus fuerzas para pactar o avanzar en solitario
La campa?a ha deparado muchas propuestas a los rivales y pocas ofertas a los ciudadanos
Los cuatro principales partidos pol¨ªticos (PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos) concurren hoy a las elecciones municipales y auton¨®micas para medir sus fuerzas reales y decidir si negocian pactos de gobernabilidad o apuestan por andar el camino en solitario. La campa?a electoral ha tenido muchos mensajes a los partidos competidores y pocas propuestas a los ciudadanos, aunque unos y otros se han guardado muchas cartas en la manga sobre qu¨¦ o con qui¨¦n pactar. Izquierda Unida y UPyD se juegan la supervivencia y los nacionalistas tienen una nueva competencia en los partidos emergentes.
?El viernes por la noche, los l¨ªderes nacionales de los principales partidos pol¨ªticos llegaron a sus casas agotados. Han sido 14 intensos d¨ªas en los que han recorrido pr¨¢cticamente toda la geograf¨ªa espa?ola en busca de votos para sus candidatos a alcaldes o presidentes auton¨®micos. Un esfuerzo que les llev¨® a celebrar actos en tres ciudades o dos comunidades distintas cada d¨ªa, porque son conscientes de la importancia de estas votaciones.
No son solamente unas elecciones locales y auton¨®micas: son unos comicios en los que los dos partidos hegem¨®nicos desde 1982 (PP y PSOE) se juegan su continuidad en el poder y la autoridad del bipartidismo de alternancia; los dos emergentes (Podemos y Ciudadanos) tienen que demostrar que no son solo partidos bisagra sino que pueden alcanzar algunas alcald¨ªas o gobiernos auton¨®micos; las fuerzas asaltadas por los emergentes (Izquierda Unida y UPyD) saben que pueden desaparecer del mapa pol¨ªtico; y los nacionalistas tienen nuevos competidores, frescos e inconcretos, que les pueden hacer mucho da?o.
La campa?a ha estado marcada por los mensajes entre l¨ªderes pol¨ªticos, m¨¢s que por las propuestas de los candidatos a los posibles electores. Y en el centro de todos los mensajes una sola idea: pactar. Una palabra con distintos significados para unos y para otros, como se ha visto en la negociaci¨®n para votar o abstenerse en la investidura de la presidenta de la Junta de Andaluc¨ªa, Susana D¨ªaz, que sigue empantanada a la espera de los resultados de esta jornada.
Para PP y PSOE pactar significa conseguir aliados que les permitan ganar o mantener el poder en determinados Ayuntamientos o gobiernos auton¨®micos, con la menor p¨¦rdida de poder posible. Para Podemos y Ciudadanos, negociar quiere decir vender caro su apoyo a cambio de que se acepten sus propuestas y no sufrir en las ¨²ltimas elecciones, posiblemente las generales de noviembre, de un a?o especialmente intenso. Por eso, los planteamientos de campa?a de unos y otros han sido muy diferentes.
?Estamos mejor o peor? La estrategia del Partido Popular ha sido muy clara: vender la mejor¨ªa de la situaci¨®n econ¨®mica y alertar sobre los males que pueden suceder si vuelve el PSOE o sube Podemos. Los populares tienen mucho que perder tanto en las municipales como en las auton¨®micas, porque parten de un poder in¨¦dito en la democracia espa?ola. Por eso, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha echado el resto con una pregunta impl¨ªcita (muy a la americana) en todos sus m¨ªtines: ?estamos mejor o peor que hace cuatro a?os?; y una advertencia expl¨ªcita: tal como vuelva la izquierda, perderemos todo lo que hemos conseguido con tanto esfuerzo.
Rajoy ha pasado de puntillas sobre los posibles pactos que tendr¨¢n que empezar a negociarse desde ma?ana mismo, como dando a entender que se pueden valer por s¨ª solos tras los resultados de hoy. Aunque, eso s¨ª, desde G¨¦nova dieron la orden de criticar a Ciudadanos pero dejar todas las puertas abiertas a acuerdos poselectorales con ellos.
El PSOE, por su parte, empez¨® con ¡°el cambio seguro¡± y en seguida se pas¨® a ¡°gobernar para la mayor¨ªa¡±, en un intento claro de pedir el voto ¨²til y ocupar el mayor espacio posible entre el centro y la izquierda. Pedro S¨¢nchez es el l¨ªder nacional que ha realizado m¨¢s m¨ªtines y que m¨¢s se ha mezclado con la gente, buscando adem¨¢s los temas del d¨ªa para pescar en cada caladero de votos. S¨¢nchez ha tenido muy claro que su adversario es el PP y contra ¨¦l ha dedicado la mayor¨ªa de sus energ¨ªas.
Los candidatos y el aparato del PSOE han hablado de pactos, dejando la puerta abierta a derechas e izquierdas, incluso a los nacionalistas, con dos excepciones: prohibidos los acuerdos con Bildu y descartados con el PP. Son sus l¨ªneas rojas; la primera por motivos obvios y la segunda como arma defensiva ante posibles ataques de los emergentes contra los ¡°pactos de la casta¡±. S¨¢nchez y sus asesores saben que cualquier coqueteo con el partido de Mariano Rajoy le puede provocar una sangr¨ªa de votos en las elecciones generales de fin de a?o.
Podemos ha tenido una campa?a a dos velocidades. Empez¨® fuerte, con un macromitin en Madrid para presentar un programa con m¨¢s de 200 propuestas electorales y, poco a poco, Pablo Iglesias fue perdiendo fuelle al conocer que las encuestas ya no les iban tan bien y que la salida de Juan Carlos Monedero les hab¨ªa abierto una v¨ªa de agua en su navegaci¨®n hacia el ¡°asalto al poder¡± . Lo que s¨ª han cuidado los candidatos de Podemos, sobre todo los que se presentan a las municipales en candidaturas ciudadanas, es su disponibilidad para llegar a acuerdos con otros partidos de izquierda para echar al PP del poder. Sus buenas intenciones negociadoras se han topado, sin embargo, con la realidad de Andaluc¨ªa, donde no han facilitado la investidura de la candidata socialista.
Ciudadanos ha hecho una campa?a surfeando la ola de su r¨¢pido ascenso en las encuestas, mezclando propuestas concretas con ideas atrevidas (algunas han quedado en simples ocurrencias) y jug¨¢ndose todo a una carta: la popularidad de Albert Rivera. Algo arriesgado a largo plazo, pero que aparentemente est¨¢ dando buenos resultados. Ciudadanos sabe que tiene la llave para formar gobiernos locales y auton¨®micos apoyando bien al PP, bien al PSOE y su l¨ªder ha dicho que puede llegar a acuerdos con todo el mundo, hasta con Podemos.
Pero, en mitad de campa?a, Rivera tens¨® demasiado la cuerda de los posibles pactos al imponer una condici¨®n que disparaba directamente sobre el PP: ¡°no pactaremos con partidos que no elijan a sus candidatos en primarias¡±. Una exigencia que ha recordado a muchos lo que dijo respecto a Andaluc¨ªa: ¡°como no dimitan Gri?¨¢n y Chaves, ni siquiera coger¨¦ el tel¨¦fono a Susana D¨ªaz¡±.
Podemos y Ciudadanos tienen llaves que pueden hacer o deshacer alcaldes y presidentes auton¨®micos de un signo o de otro y saben que si la utilizan para abrir o cerrar puertas pueden ganar o perder votos en las elecciones generales de noviembre. PP y PSOE defienden sus posiciones hegem¨®nicas que, hasta ahora, les han permitido alternar en el poder durante m¨¢s de treinta a?os.
Dispersi¨®n del voto
Pero las encuestas, y la propia evoluci¨®n del voto en los ¨²ltimos a?os, muestra una tendencia clara hacia la dispersi¨®n del voto. En las municipales de 2007, el bipartidismo se llev¨® el 70,54 % de los votos, en las de 2011 la cifra cay¨® hasta el 65,30 % y en las elecciones de hoy se estima que no superar¨¢ el 55 %, incluso menos. El ejemplo m¨¢s reciente es el de las europeas, en las que PP y PSOE no consiguieron llegar al 50 % de los votos. Hoy se eligen 8.122 alcaldes y 67.640 concejales, por lo que ser¨¢n necesarios varios miles de pactos para formar los gobiernos municipales.
En cuanto a las elecciones en las 13 comunidades aut¨®nomas convocadas para hoy, el PP tiene que defender 11 gobiernos y las encuestas no le auguran mayor¨ªas absolutas m¨¢s que en una o dos autonom¨ªas. El PSOE podr¨ªa mantener Asturias y recuperar Extremadura, aunque sin mayor¨ªa absoluta. Por eso, la palabra pactar tendr¨¢ que empezar a conjugarse ma?ana mismo.
PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos y en menor medida los nacionalistas, Izquierda Unida y UPyD, miden hoy sus fuerzas en la segunda vuelta de un a?o electoral en el que los partidos tendr¨¢n elegir entre llegar a acuerdos para compartir el poder o intentar andar el camino en solitario hasta la ¨²ltima cita electoral, en noviembre.
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