El camino sin retorno de la peregrina Denise Thiem
Se cumplen dos meses sin noticias de la estadounidense cuyo rastro se perdi¨® en Astorga. Tras otros presuntos asaltos, parte de los caminantes atraviesa ahora la ruta con temor

El Camino de Santiago se ha tragado a Denise Pikka Thiem. Ni su mochila turquesa, ni su fular rosa, ni sus botas grises con reflectantes o sus bastones de trekking han aparecido despu¨¦s de dos meses de b¨²squeda entre matorrales. La ¨²ltima vez que Arizona, su alias en la Red, retir¨® 50 euros de un cajero fue el 1 de abril; la ¨²ltima que se comunic¨® con una amiga por correo electr¨®nico, el d¨ªa 4. Esa tarde, sobre las tres, la viajera de Phoenix nacida en Hong Kong hace 41 a?os ense?¨® su credencial de peregrina en el albergue San Javier, pr¨®ximo a la catedral de Astorga; pag¨® la tarifa de nueve euros y la hospitalera alemana le entreg¨®, como a los otros 73 hu¨¦spedes que se acomodaron en las literas del hist¨®rico inmueble, una s¨¢bana blanca envuelta en pl¨¢stico. Al d¨ªa siguiente, Domingo de Resurrecci¨®n, desayun¨® en la cafeter¨ªa Gaud¨ª y habl¨® con otras dos caminantes y un avezado peregrino italiano, autor de alg¨²n libro sobre la ruta jacobea. Le perdieron el rastro en la iglesia de Santa Marta, aleda?a a la bas¨ªlica de la capital maragata.
Seg¨²n su ¨²ltimo mensaje, planeaba asistir a misa y emprender luego, pasado el mediod¨ªa, una etapa corta, de 14 kil¨®metros, hasta El Ganso, un pueblo como tantos otros que habr¨ªa estado condenado al abandono si no fuera por el Camino de Santiago, este r¨ªo de vida que lo atraviesa y se desborda cuando llega el buen tiempo. El Ganso est¨¢ lleno de letreros que advierten de que el agua de las fuentes no es potable. All¨ª, saciando la sed de los peregrinos desde 1991 sobrevive Ramiro Rodr¨ªguez, propietario del bar Cowboy. En todo este tiempo no recuerda ¡°un solo suceso¡± destacable.
Y mientras permanecen pegados los letreros de ¡°Se Busca. Missing Person¡± con fotos de Denise Thiem por toda la ruta, cientos de peregrinos al d¨ªa siguen transit¨¢ndola infatigables. Muchos, completamente ajenos al caso, y otros con ¡°p¨¢nico¡±, tal y como describe Justyna, caminante polaca, cuando busca palabras en castellano para explicar el miedo que se adue?a de algunos grupos de rasgos orientales. ¡°Los coreanos han entrado en p¨¢nico¡±, comenta andando el Camino a las afueras ya de Astorga. ¡°Porque tambi¨¦n corre el rumor, que puede ser una leyenda, de que en Sant Jean Pied de Port [paso a Roncesvalles desde Francia] apareci¨® una mochila abandonada, sin documentaci¨®n, que era de un compatriota suyo¡±.
Casi al final del Camino, en la localidad lucense de Sarria (a 154 kil¨®metros de Astorga y 100 de Santiago), punto de inicio para los que quieren andar lo m¨ªnimo permitido y obtener el certificado final, la Compostela, seg¨²n fuentes de la Guardia Civil de Lugo se ha estado buscando desde abril a ¡°un tal Miguel¡± por ¡°un ataque a dos peregrinas, una holandesa y la otra americana¡±. ¡°El hombre iba conduciendo, se baj¨® para hablar con ellas y lleg¨® a decirles su supuesto nombre, luego asi¨® a una e intent¨® meterla en el coche. Lo ahuyentaron como pudieron, con los bastones que usan para caminar¡±.
De nuevo en el tramo leon¨¦s de Astorga, en los ¨²ltimos dos meses varios medios publicaron que algunas peregrinas denunciaron haber sido ¡°hostigadas¡±. Y una veterana del itinerario, Annie Carvalho, que redacta desde hace a?os un blog sobre los caminos jacobeos para el p¨²blico estadounidense, alert¨® en mayo sobre el riesgo de andar solo y desviarse de la senda. En un apunte titulado Problemas entre Astorga y Rabanal del Camino (siete kil¨®metros m¨¢s all¨¢ de El Ganso), hac¨ªa referencia a dos asaltos a peregrinos. ¡°No hay que volverse paranoico, simplemente hay que ser precavido¡±, advert¨ªa, ¡°siempre hab¨ªa pensado que el Camino era seguro¡±.
"Hace tres a?os tambi¨¦n se esfum¨® un peregrino italiano. Al mes y medio apareci¨® tan tranquilo en una comuna"
La guinda al estado de psicosis que viven algunos romeros la puso, el s¨¢bado 16 de mayo, una vecina de Santa Catalina de Somoza (a 9,8 kil¨®metros de Astorga y 4,2 de El Ganso), cuando acudi¨® a la Guardia Civil para denunciar un supuesto intento de secuestro. Seg¨²n ella, sali¨® a correr por el Camino y dos hombres que vest¨ªan ropa paramilitar y hablaban ¡°en una lengua que podr¨ªa ser del Este¡± bajaron la ventanilla como queriendo hacerle una pregunta y la agarraron por el brazo. La mujer dice que se zaf¨® y corri¨® a ocultarse tras unas zarzas.
Los investigadores niegan de momento que exista relaci¨®n alguna entre este caso y el de Thiem. Entre Astorga y Rabanal, buena parte de la gente asegura no dar cr¨¦dito al relato de la vecina. Y el presidente de la junta vecinal de Santa Catalina se queja de que las televisiones hayan ¡°puesto el foco¡± en su pueblo ¡°siempre pac¨ªfico¡±, ¡°cuando es en Astorga donde se le perdi¨® la pista a la americana¡±.
¡°Aqu¨ª nunca pasa nada", asegura. "Hace unos tres a?os tambi¨¦n se esfum¨® un peregrino italiano. Lo buscaron durante mes y medio o m¨¢s, y result¨® que estaba tan tranquilo en Matavenero [un pueblo abandonado de Torre del Bierzo que resucit¨® en los noventa en manos de una comuna]. Qui¨¦n sabe lo que ha sido de esa extranjera... por aqu¨ª pasan todos los d¨ªas tantos... lo que parece claro es que su cuerpo no est¨¢ por ah¨ª tirado, porque lo han buscado helic¨®pteros, perros, guardias y grupos de 70, 80 y hasta 140 voluntarios¡±.
La estadounidense Denise Thiem vio la pel¨ªcula The Way, de Emilio Est¨¦vez ¡ªcon su padre Martin Sheen como peregrino protagonista¡ª, y quiso probar a andar el Camino Franc¨¦s para encontrarse a s¨ª misma. En este par de meses, a trav¨¦s de la p¨¢gina de Facebook (Help denise now) que mantiene su ¨²nico hermano, Cedric, m¨¢s joven que ella, han saltado varias falsas alarmas. Personas que la creyeron ver ya en Santiago ¡°con los pies doloridos¡±, o en Oviedo intentando comprar un billete de bus a Compostela. Pero lo cierto es que la polic¨ªa nacional, responsable de la investigaci¨®n, guarda un silencio sepulcral ante la ausencia aparente de indicios. Arizona no volvi¨® a conectarse a Skype para hablar con la familia, ni a sacar dinero del banco para seguir tirando de los ahorros con los que emprendi¨® viaje por el mundo tras quedar en paro.
De los 74 peregrinos que cualquier d¨ªa normal llenan el albergue en el que pas¨® la ¨²ltima noche Thiem, ¡°solo tres o cuatro son espa?oles¡±, explica Conchi Alonso, due?a del inmueble y fundadora de la Asociaci¨®n Cultural V¨ªa de la Plata, la otra ruta que confluye en Astorga con el Camino Franc¨¦s. ¡°Hay muchos norteamericanos, unos 20 cada d¨ªa, alemanes, japoneses... Orientales como ella, cientos. Yo no supe que hab¨ªa dormido aqu¨ª hasta que vino la polic¨ªa y vi su nombre registrado. Dej¨® su plaza libre hacia las siete de la ma?ana, despu¨¦s no se sabe lo que pas¨®: a m¨ª no me cuadra nada de lo que se cuenta¡±.
Denise Thiem no llevaba m¨®vil. Se comunicaba con los amigos y la familia solo por Internet, desde un albergue o un cibercaf¨¦. De costumbres fijas, sol¨ªa conectarse cada cuatro d¨ªas para contar las novedades y colgar alguna foto del viaje o alguno de los meticulosos dibujos que pintaba. Su rasgo m¨¢s rese?able para los investigadores, adem¨¢s de las caracter¨ªsticas raciales, era un tatuaje al final de la espalda.
La Maragater¨ªa se extiende a diestra y siniestra de un Camino que aqu¨ª se torna de tierra rojiza y asciende lento hacia los Montes de Le¨®n, todav¨ªa con manchas de nieve. Los rosales silvestres, las encinas, los pinos, las matas de flores moradas y amarillas se empe?an en pegarse al suelo dificultando las batidas que se organizan los fines de semana.
La familia de la desaparecida ha pedido ayuda a senadores y congresistas de su pa¨ªs. Tambi¨¦n aspiraba a que el secretario de Estado, John Kerry, en su fallida visita de hace unos d¨ªas, ¡°mencionase el caso a las autoridades espa?olas¡±. ¡°Cuando uno ten¨ªa un problema, ah¨ª estaba el otro para ayudar... Ahora quiero dedicar mi tiempo a preocuparme por mi hermana¡±, escribe Cedric Thiem. ¡°Cuando yo como, ?d¨®nde comer¨¢?¡±, se pregunta. ¡°Cuando yo duermo, ?d¨®nde dormir¨¢?¡±
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