El PP pierde el verano
Sanxenxo, capital gallega del turismo, feudo y residencia de vacaciones de Rajoy, queda en manos de un cuatripartito
Cuando se abren las puertas del sal¨®n de plenos se produce una avalancha como de rebajas Harrods. Ya dentro, los vecinos, agolpados los unos contra los otros, apelmazados contra las paredes del sal¨®n de plenos, se abren al grito de ¡°?Ya salen!¡±. Por un pasillo humano van saliendo los concejales como si se tratase de un espect¨¢culo de lucha libre: les saludan, les aclaman, a uno le revuelven el pelo. Un edil, transido, ensaya incluso una carrerita hacia su asiento. Cuando todo el mundo est¨¢ en su sitio, una mujer entre el p¨²blico, con rostro de malas pulgas, toma la palabra: ¡°?El que hable se va para fuera!¡±. El secretario pega un respingo. Una voz responde: ¡°?Ti a primeira!¡±. La mujer, con un lejano parecido a Brienne, de Juego de Tronos, hace que no escucha y se pone a dar caranto?as a su hija.
Sanxenxo va a elegir alcalde. Se trata de Gonzalo Pita, de Sanxenxo Agrupaci¨®n Liberal (SAL), una escisi¨®n del PP. Hay que remontarse a 1995 para entender los movimientos de la capital gallega del turismo, lugar de peregrinaje de la clase pol¨ªtica y empresarial, incluido Amancio Ortega. Aquel a?o el PSOE arrebat¨® por primera vez el poder al PP; a los pocos d¨ªas el alcalde socialista orden¨® a la polic¨ªa desalojar a tres concejales de su Gobierno local y se qued¨® en minor¨ªa los cuatro a?os. El municipio lo acabaron llevando dos hombres con sueldos raqu¨ªticos. Entrar en el Ayuntamiento era como hacerlo en una ferreter¨ªa, con el encargado y el empleado hablando de tuber¨ªas y de enganches de la luz, de la tra¨ªda del agua y dem¨¢s menesteres rutinarios. No les cogi¨® la moda de la gente normal.
Cuatro a?os despu¨¦s arras¨® el PP de Telmo Mart¨ªn, un constructor que multiplic¨® panes, peces y urbanismo, y se mantuvo con mayor¨ªas hasta 2007, cuando Feij¨®o lo promovi¨® para ser alcalde de Pontevedra. Casi logra el sorpasso all¨ª, pero termin¨® hundi¨¦ndose en su segundo intento y fue a parar a un esca?o del Congreso, donde la declaraci¨®n de patrimonio lo dej¨® como el diputado m¨¢s rico de Espa?a. Su regreso a los or¨ªgenes, Sanxenxo, sorprendi¨® a todo el mundo. Pero la ni?a bonita gallega, el pueblo de toda la vida de Rajoy y su mujer, y sus amigos, y los amigos de sus amigos, y destino ocasional de peces gordos de Madrid y Santiago, Feij¨®o entre ellos, corr¨ªa peligro. Y a Mart¨ªn nadie le iba a negar la victoria: estaba en disposici¨®n de machacar a sus rivales. Lo hizo, pero no lo suficiente: 8 (PP); 4 (SAL); 3 (BNG); 1 (PSOE); 1 (Sanxenxo Pode). Dobl¨® al segundo, SAL, que adem¨¢s son hijos del PP, y en la noche electoral nadie puso en duda su Alcald¨ªa. Hasta que alguien hizo ver al candidato de SAL que pod¨ªa ser teniente de alcalde de Telmo Mart¨ªn o directamente alcalde.
Hoy el sal¨®n de plenos bulle con el ganador. El cuatripartito tiene mayor¨ªa. El secretario llama al concejal de mayor edad, Alfonso Rea, que no debe de llegar a los 70, y el p¨²blico lo ovaciona. ¡°Le aplauden por viejo¡±, dice uno entre el p¨²blico. Poco a poco se llenan los bancos de los concejales. En los ¨²ltimos d¨ªas en cada rinc¨®n del pueblo se contaba una milonga, la m¨¢s extendida de todas que el poderoso Telmo Mart¨ªn hab¨ªa hecho llegar a su castillo de puente levadizo, uno a uno, a todos los concejales de la oposici¨®n para regalarles playas con tal de una abstenci¨®n. Pero en el momento de la votaci¨®n no hay sorpresas. S¨®lo entre el p¨²blico alg¨²n grito cruzado (¡°?Los huevos!¡±) y el correcalle de un conocido constructor que recibi¨® a Mart¨ªn entre aplausos, convencido de un tamayazo, y despide al nuevo alcalde entre v¨ªtores.
El palo ha sido dur¨ªsimo para el PP, que ten¨ªa en Sanxenxo su joya y una m¨¢quina recaudatoria gracias a su car¨ªsimo suelo, y en la provincia un poder inexpugnable. El presidente de la Diputaci¨®n, Rafael Louz¨¢n, recib¨ªa a las visitas con un mapa provincial te?ido entero de azul producto de las elecciones generales de 2011. Ese mapa tambi¨¦n adornaba tazas de caf¨¦. Era la forma de decir que el territorio de Rajoy estaba en buenas manos, la manera de expresarle al presidente, en los inicios de curso pol¨ªtico en Soutomaior, que el PP ten¨ªa el pa¨ªs dominado y que all¨ª siempre estar¨ªa entre los suyos. No en Pontevedra, ya no en Sanxenxo y ni siquiera en Ribadumia, ¨²ltimo de sus destinos tur¨ªsticos.
Hasta Louz¨¢n, el ¨²ltimo bar¨®n de la boina que iba para eterno, ha ca¨ªdo del barco y el poder provincial lo dirigir¨¢n PSOE y BNG. La ¨²ltima vez que Louz¨¢n casi deja el sill¨®n, el que iba a ser presidente socialista de la Diputaci¨®n extendi¨® los brazos, brind¨® por la victoria y recibi¨® felicitaciones hasta que el voto del partido judicial de Cerdedo le dio un empuj¨®n antol¨®gico. A milagros parecidos se aferr¨® el partido para conservar Sanxenxo, que ya peligr¨® en 2011. El candidato de SAL denunci¨® presiones colectivas e individuales. Se le lleg¨® a ofrecer la gerencia de urbanismo en el pueblo m¨¢s apetecible para los constructores, en el que un ¨¢tico sobre la playa de Silgar vale m¨¢s de tres millones de euros.
El ¨¦xtasis llega cuando el liberal Gonzalo Pita levanta el bast¨®n gracias al apoyo de nacionalistas, socialistas y 704 votantes de Podemos. El p¨²blico estalla en gritos de ¡°?S¨ª se puede, s¨ª se puede!¡± que acompa?an la salida de los vencedores a la calle.
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