Las quinielas citan a Feij¨®o, Alonso, Cospedal y hasta a Pedro Sanz

Un veterano ministro del Gobierno de Mariano Rajoy bromeaba ayer con su equipo con los nervios y los movimientos extra?os que estaban demostrando en los ¨²ltimos d¨ªas los compa?eros de Gabinete m¨¢s j¨®venes o inexpertos. Otros ministros agotaron la jornada con sus actividades normales y sin apartar el tel¨¦fono ni siquiera unos cent¨ªmetros para comer en sus despachos.

En La Moncloa, los colaboradores de Rajoy hicieron gala de su falta total de informaci¨®n, no solo de los nombres y apellidos de los posibles ministrables, sino incluso de las horas, los d¨ªas y los m¨¦todos que utilizar¨¢ el presidente del Gobierno para comunicar sus planes y su nuevo equipo. En otras estancias del PP el silencio era tan abrumador como la dependencia absoluta de los designios del jefe.

Los ministros acudieron ayer masivamente a primera hora a la sesi¨®n de control al Gobierno en el Congreso y apenas pudieron aportar m¨¢s informaci¨®n p¨²blica que el dato de que Rajoy a¨²n no les hab¨ªa llamado para nada. Ni para confirmarles ni para relevarles o cambiarles el puesto.

Alfonso Alonso, el ministro comod¨ªn en el que se vuelcan todas las miradas, para nuevas responsabilidades en el Gobierno y/o en el PP, se limit¨® a un ¡°nada, nada¡±. Otros compa?eros de Gabinete, como Crist¨®bal Montoro, que vuelve a coger vuelo en su papel de diana de todas las cr¨ªticas, se mostraba seguro, sin micr¨®fonos ni c¨¢maras cerca, de que no habr¨ªa apenas cambios en el Gobierno y apostaba en todo caso por alguna reestructuraci¨®n. Es decir, rellenar un hueco, cubrir una vacante.

Montoro no cree posible ni bueno ni f¨¢cilmente administrable ahora, desgajar como especulaban otros dirigentes, algunos ministerios, como el actual de Educaci¨®n y Cultura, para abrir espacio para Dolores de Cospedal, o el propio de Hacienda y Administraciones P¨²blicas, para ubicar al bar¨®n descabalgado en La Rioja, Pedro Sanz, como derivada del pacto local con Ciudadanos para permitir all¨ª un gobierno popular.

En Galicia, el bar¨®n del PP m¨¢s en auge, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, se apresur¨® a situarse en el futuro en su territorio para ayudar incluso a la gobernabilidad de Espa?a pero sobre todo para quedarse fuera de las quinielas que estos d¨ªas proyectan a determinados dirigentes de su perfil: m¨¢s j¨®venes y con mejor imagen p¨²blica que la mayor¨ªa de los ministros y de los miembros de la c¨²pula del partido.