Antes de tuitear, llama a tu abogado

Cuando Guillermo se convirti¨® en el concejal Zapata, aquellos chistes de 2011 tomaron otro cariz. Cuatro a?os despu¨¦s de escribirlos sobrevino un aluvi¨®n de reproches y una citaci¨®n como imputado para dar cuenta ante la Audiencia Nacional de aquellos comentarios sobre el holocausto y las v¨ªctimas del terrorismo. Zapata es ahora un personaje obligado a dar explicaciones. ?Fueron aquellos chistes un delito? ?Lo son hoy fuera de su contexto, fuera del tiempo en el que fueron escritos, le¨ªdos por una audiencia masiva a la que no fueron dirigidos? ?D¨®nde est¨¢n los l¨ªmites del humor? ?Caduca un comentario en redes sociales?

Si hay alguien con opini¨®n formada es Carlos S¨¢nchez Almeida, uno de los primeros abogados espa?oles que entendi¨® lo que era internet. ¡°?140 caracteres son un discurso?¡±, se pregunta. ¡°Nada se puede comprender sin el contexto y eso es una fuente de errores, sobre todo al interpretar la iron¨ªa. Nos encontramos ante un fen¨®meno curioso. El C¨®digo Penal no se puede aplicar retroactivamente, pero, en el caso de las redes sociales, el delito puede ser permanente. Porque sigue online¡±.

Seg¨²n Almeida, con el nuevo C¨®digo Penal son muchos los delitos que pueden ser entendidos como apolog¨ªa del terrorismo o amenazas a la Corona; por ejemplo, si alguien escribi¨® algo como ¡°Muera el rey, Viva la rep¨²blica¡±. Porque el C¨®digo condena el hecho de ¡°facilitar¡± dichos delitos. ¡°Hace falta prudencia e inteligencia. Y borrar tuits del pasado es un error porque es la mejor defensa: es el contexto¡±. Almeida, que ha defendido a los mejores hackers espa?oles, sabe que hay herramientas para recuperar lo borrado. Internet no olvida.

En los hospitales el humor negro es necesario para convivir con el sufrimiento¡±

¡°Aqu¨ª nos encontramos con una judicializaci¨®n de la conversaci¨®n¡±, sostiene Enrique Dans, profesor del IE Business School en sistemas de informaci¨®n. ¡°Al utilizar cualquier comentario en un clima pol¨ªtico frentista, se pierde el valor de las redes sociales¡±. Autor de un art¨ªculo (¡°Se lo que tuite¨¢steis el verano pasado¡±), reflexiona que ¡°es f¨¢cil sacar las cosas de contexto y con ese est¨¢ndar se hace imposible tener una actividad pol¨ªtica¡±.

¡°Es una cuesti¨®n cultural¡±, prosigue Dans. ¡°Hay chistes que se hacen en Espa?a que ser¨ªan inaceptables en otros entornos. Aqu¨ª decimos: ¡®paga, no seas jud¨ªo¡¯ o ¡®esto lo saben hasta los chinos¡¯. Lo dicen profesores sin darse cuenta de que hay chinos en su clase¡±. Y apunta otro elemento: ¡°Nos olvidamos de que Twitter naci¨® para saber qu¨¦ hacen tus amigos. Luego se convirti¨® en un canal de comunicaci¨®n donde sigues a personas que te interesan, independientemente de que sean amigos¡±. Dans usa un comentario de un bloguero: ¡°Antes de publicar un tuit, imag¨ªnatelo a cuatro columnas en la portada de un peri¨®dico¡±.

¡°Los l¨ªmites son culturales. Lo que a uno le hace re¨ªr es subjetivo, como en el arte. La sensibilidad depende del entorno¡±, sostiene Eduardo J¨¢uregui, psic¨®logo y experto en aplicaciones del humor al trabajo a trav¨¦s de su empresa Humor Positivo. J¨¢uregui cita al personal sanitario, ¡°donde el humor es muy necesario, muy negro y muy bestia¡±. ¡°Dentro de los hospitales son frecuentes los chistes negros, muy necesarios para quienes conviven con el sufrimiento. Si no los usaran, explotar¨ªan¡±. Ahora bien, si esos comentarios los escucharan los familiares del paciente¡­ Basta leer la p¨¢gina enfermerasaturada.es, de gran predicamento en el sector pero criticada en redes sociales, para entenderlo.

El fil¨®sofo Javier Gom¨¢ reflexionar¨¢ sobre los tab¨²es del humor en el Festival de la Risa de Bilbao, en octubre. Su intervenci¨®n estaba orientada por la pol¨¦mica por las caricaturas del semanario franc¨¦s Charlie Hebdo. ¡°Hay una circunstancia muy espa?ola: venimos de una dictadura, donde lo primero que se pierde es el sentido del humor. La Transici¨®n interpret¨® de forma expansiva la libertad de expresi¨®n incluso cuando choca con otros derechos. Ha prevalecido ese principio sobre sus l¨ªmites. Quiz¨¢s ha llegado el momento de superar esta situaci¨®n: si hay que establecer l¨ªmites legales, eso genera sanciones. O a lo mejor hay que fijar los l¨ªmites del buen gusto y no penalizar, sino reprochar socialmente cuando se desborda el buen gusto¡±.

A lo mejor no hay que penalizar sino reprochar socialmente el mal gusto¡±

Gom¨¢ hace otra reflexi¨®n: ¡°Como dijo el fil¨®sofo George Bataille, no hay erotismo sin tab¨²es, no puede haber humor sin tab¨²es. Lo sagrado es necesario para que haya humor, que necesita una fuerza liberadora¡±. Pero hay un elemento nuevo: ¡°La insuficiente educaci¨®n en redes sociales¡±. ¡°En 2011 no tengo la conciencia de 2015, en que todo tuit es susceptible de ser expandido. El humor es contextual, no es igual un chiste en un gimnasio que ese chiste cenando con las mujeres de cada uno. El contexto condiciona el humor. Y en las redes hay un contexto aparente pero potencialmente hay otro. Es como cuando alguien hace un comentario sin saber que hay un micr¨®fono abierto¡±.

¡°La literalidad del tuit permanece, pero el contexto cambia¡±, sentencia Gom¨¢. Y, seg¨²n ese contexto, quien era Guillermo en 2011 es el concejal Zapata en 2015. Algo ha cambiado.