Pablo Iglesias: la historia mutante
Una cosa es la adecuaci¨®n a tiempos que cambian, y otra ir haciendo girar los propios planteamientos pol¨ªticos, con un prop¨®sito evidente de enmascarar las propias posiciones
En el art¨ªculo ayer publicado, Pablo Iglesias explica el abandono de temas inicialmente centrales en su ideario, tales como la pol¨¦mica monarqu¨ªa-rep¨²blica, por requerirlo la adaptaci¨®n a las circunstancias, ya "que asumimos que el tablero pol¨ªtico no lo definimos nosotros".
Ahora bien, una cosa es la adecuaci¨®n a tiempos que cambian, y otra ir haciendo girar los propios planteamientos pol¨ªticos, con un prop¨®sito evidente de enmascarar las propias posiciones. Es lo que sucede con su reciente ensayo "Una nueva Transici¨®n", si lo comparamos con otro aparecido sobre un tema an¨¢logo en Rebeli¨®n hace tres a?os, con un expresivo t¨ªtulo, relacionando entonces un nuevo ambiente golpista a lo 23-F con este peri¨®dico. Entre ambos existen elementos comunes, tales como el diagn¨®stico de una crisis pol¨ªtica de la cual se deriva una necesidad de cambio de r¨¦gimen, y el relato de base, al presentar la transici¨®n de 1978 como un pacto entre ¨¦lites cuya vigencia pol¨ªtica se ha agotado; de ah¨ª que el testigo deba pasar a quienes representan los intereses de las clases populares. Tambi¨¦n rupturas espectaculares, del todo previsibles, incluso con el pasado inmediato. As¨ª el distanciamiento de los hermanos griegos, Tsipras y Syriza, despachados con un "Grecia no es Espa?a". El ejemplo heleno no gana hoy adeptos.
Por encima de todo, la f¨®rmula de la transici¨®n ya no es lo que era. En la versi¨®n de P.I. del pasado domingo, habr¨ªa surgido de un equilibrio posibilitado por las debilidades rec¨ªprocas de los franquistas y de la "oposici¨®n democr¨¢tica". Balance: "una democracia liberal homologable". En 2012 "la llamada transici¨®n" era por el contrario atribuible al "tutelaje permanente por parte de poderes extranjeros", que aceptaron "cierta democratizaci¨®n" a cambio de atlantismo. El Rey heredaba el poder de Franco y el golpe del 23-F "quiz¨¢ fracas¨® en su forma pero no en sus objetivos".
Vistas las cosas desde el presente, la estimaci¨®n es otra. El 23-F habr¨ªa resultado un fracaso cuyo efecto fue nada menos que "consolidar nuestra Transici¨®n" (subrayado AE): el reforzamiento de la monarqu¨ªa se vuelve mayor prestigio, la victoria del PSOE deja de ser la expresi¨®n del miedo y la entrada en Europa y en la OTAN, antes factor de sometimiento, tambi¨¦n contribuye a la consolidaci¨®n. Por supuesto, de los GAL y de la "guerra sucia de la que Felipe Gonz¨¢lez se muestra tan orgulloso ¨²ltimamente", menci¨®n de 2012, ahora ni palabra.
A todo esto, la econom¨ªa est¨¢ siempre ausente, salvo para advertir que los Pactos de la Moncloa, en vez de salvar al pa¨ªs del desastre, como sostienen tantos especialistas, abrieron el camino al neoliberalismo. Acepta ahora modernizaci¨®n y mejoras hasta 2008, antes inexistentes. Con elegancia, Iglesias salva la responsabilidad del PSOE y carga sobre el PP la causa de la crisis. Y lo que en 2012 era censurable ausencia de depuraci¨®n del ej¨¦rcito, es hoy elogio a la "buena salud" de las Fuerzas Armadas, extensible al nuevo monarca.
Lo que no se salva en uno y otro art¨ªculo es el bipartidismo, tambi¨¦n en crisis, para remediar la cual El Pa¨ªs habr¨ªa propuesto en 2012 "un acuerdo nacional". Iglesias suscribe el diagn¨®stico pesimista del diario sobre la previsible deslegitimaci¨®n del sistema. Sin embargo, su juicio sobre "el peri¨®dico en el que hoy escribo" ha girado 180 grados. Hoy es presentado por ¨¦l como "el m¨¢s importante baluarte cultural de la Transici¨®n". En 2012 al recomendar "la urgencia de pactar" a PP y PSOE, "el que muchos consideran el peri¨®dico espa?ol de referencia internacional" se colocaba impl¨ªcitamente entre los "portavoces del r¨¦gimen" que proponen "gobiernos de salvaci¨®n nacional" y "legislan contra las mayor¨ªas". Llamamientos que "no son propios de dem¨®cratas, sino de golpistas". De ah¨ª la cordialidad que rezumaba el t¨ªtulo: "Los nuevos golpistas tienen mucha PRISA".
No se trata de un simple oportunismo: la valoraci¨®n de todo tema o instituci¨®n por Pablo Iglesias depende ¨²nicamente del papel positivo o negativo que los mismos desempe?an de cara a su ¨²nico objetivo, la conquista del poder. La historia no escapa a esa subordinaci¨®n.
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