Lo dif¨ªcil empieza ahora
Un partido pacificado es una buena rampa de lanzamiento a la sociedad
Afianzarse en el liderazgo de un partido debilitado como el PSOE era una tarea complicada, y Pedro S¨¢nchez lo ha logrado en un a?o. Sin embargo, el camino recorrido no es ni la mitad de dif¨ªcil que tratar de llegar al Gobierno estatal en una Espa?a en crisis pol¨ªtica y que apenas empieza a notar los resultados de la recuperaci¨®n econ¨®mica. Frente a un Partido Popular en decadencia, pero con ra¨ªces asentadas, y unas fuerzas emergentes que pretenden disputarle "la centralidad", S¨¢nchez se enfrenta al reto de consolidar un proyecto aut¨®nomo y estar dispuesto, a la vez, a pactos y componendas para una reforma constitucional.
Son interesantes sus cambios de imagen y discurso. Poco tiene que ver el perfil institucional adoptado en los ¨²ltimos meses, con exhibici¨®n de bandera espa?ola incluida y presencias p¨²blicas muy cuidadas, respecto a aquella ¨¦poca err¨¢tica en que interven¨ªa hasta en un espacio muy controvertido de la televisi¨®n. Lo que le falta es trabajarse un programa cre¨ªble ¡ªpor el momento confiado a grupos de expertos¡ª y concretar sus mensajes para imponer una personalidad propia. El PSOE es de los partidos menos rechazados por los espa?oles, aunque tampoco suscita un enorme entusiasmo: su intenci¨®n de voto actual (23,5%, seg¨²n Metroscopia) todav¨ªa es cinco puntos inferior al resultado obtenido en las elecciones de noviembre de 2011, con Rubalcaba bajo los palos.
Por el contrario, su ventaja estrat¨¦gica est¨¢ clara. En un pa¨ªs ideol¨®gicamente m¨¢s bien de centroizquierda, el PSOE representa la mejor opci¨®n te¨®rica para negociar acuerdos y consensos. Muy pronto se le va a exigir al l¨ªder socialista que concrete con qui¨¦n va a pactar: con el PP, como parece preferir la vieja guardia, a diferencia de la mayor¨ªa de los simpatizantes del socialismo; con Ciudadanos, como caso t¨ªpico de un Gobierno de centroizquierda; o con Podemos, cuyo radicalismo no ha sido obst¨¢culo para compartir poder auton¨®mico y municipal con el PSOE.
Son tres posibilidades, m¨¢s de las que disponen otros primeros actores de la pol¨ªtica espa?ola. El PP ha sufrido un fuerte desgaste que no intenta compensar con pol¨ªticas de alianzas, a las que Mariano Rajoy se muestra al¨¦rgico. Podemos se ha jugado parte de su futuro en Grecia, dada su evidente apuesta por el Gobierno de Tsipras, cuya impotencia para afirmar una alternativa ayuda poco a Pablo Iglesias. Es verdad que a Pedro S¨¢nchez tampoco le favorece la titubeante l¨ªnea de acci¨®n de la socialdemocracia en el resto de Europa.
En todo caso, cumplir un a?o al frente de la secretar¨ªa general del PSOE y habiendo recuperado mucho poder auton¨®mico es una muestra de que el Partido Socialista ha vuelto a funcionar. Susana D¨ªaz, m¨¢s tranquila al haber consolidado su posici¨®n en Andaluc¨ªa, puede esperar tras haber sopesado sus propias opciones y apoyos para saltar a la pol¨ªtica nacional. Otros barones gobiernan en varias comunidades aut¨®nomas. A priori, un partido pacificado es una buena rampa de lanzamiento a la sociedad.
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