Catalu?a, entre el ser y el estar

Catalu?a ha superado con ¨¦xito su ¡°batalla del ser¡±. Es decir, la consolidaci¨®n en su seno de una identidad diferenciada, sustancialmente homog¨¦nea y masivamente compartida. Lo cree as¨ª el 84% de sus ciudadanos. Pero tiene pendiente una segunda ¡ªy m¨¢s compleja¡ª cuesti¨®n: lo que, por seguir con la terminolog¨ªa de L¨®pez-Burniol, cabe designar como la ¡°batalla del estar¡±. Es decir, la forma y modo de su encaje en Espa?a. Aqu¨ª, los posicionamientos de la ciudadan¨ªa distan mucho de ser un¨¢nimes: dilucidar si catalanismo es o no sin¨®nimo de soberanismo fracciona por mitades a la sociedad catalana. En Catalu?a, y en el resto de Espa?a, una amplia mayor¨ªa (63% y 82%, respectivamente) cree imposible la independencia. Y, a uno y otro lado del Ebro, los ciudadanos coinciden en censurar a los respectivos responsables pol¨ªticos por la forma en que est¨¢n gestionando la cuesti¨®n: masivamente a Rajoy (pero tambi¨¦n mayoritariamente a Mas) en Catalu?a, y masivamente a Mas (pero tambi¨¦n mayoritariamente a Rajoy) en el resto de Espa?a. Lo que sugiere que ni el inmovilismo juridicista ni la permanente huida adelante gozan, en parte alguna, de especial predicamento ciudadano. En Catalu?a existe ¡ªy desde hace tiempo¡ª un n¨²cleo duro independentista que abarca al 30% de la poblaci¨®n. Hay tambi¨¦n ahora un 17% de neoindependentistas, propicio a retornar a un catalanismo m¨¢s moderado si percibiera una alternativa entre el actual statu quo y la independencia. Y, sobre todo, hay un 50% largo que sabe que el s¨ª a la independencia no es solo un no a Espa?a, sino tambi¨¦n a la Uni¨®n Europea y al ideal de una Catalu?a plural e incluyente.

?Virar hacia una reorganizaci¨®n del Estado en clave federalizante? La mayor¨ªa de los catalanes (54%) lo apoyar¨ªa. En el resto de Espa?a esta f¨®rmula necesitar¨ªa un esfuerzo pedag¨®gico, si bien un sustancial 34% ya la respalda (un 50% no). El propuesto portazo unilateral parece inviable y, adem¨¢s, resulta inadmisible para el 84% de los espa?oles y para casi la mitad de los catalanes (44%). Cabe seguir tensando, todos, la cuerda hasta que quiebre y parta a Catalu?a en dos. Y cabe tambi¨¦n negociar. Es decir, ceder algo, todos, para ¡ªpor decirlo con palabras de un catal¨¢n ilustre¡ª construir conjuntamente una puerta de salida al problema lo suficientemente alta para que nadie tenga que bajar en exceso la cabeza al pasar por ella. Es hora de optar: o por el conflicto, o por la concordia. En ambos casos, entre hermanos.