Sr. cliente, sus datos se guardan en un t¨²nel del pe?¨®n de Gibraltar
Una empresa almacena en un t¨²nel de Gibraltar de la II Guerra Mundial millones de datos del juego ¡®online¡¯ y de servicios financieros, y los protege de ciberataques
A 500 metros de profundidad, horadado en el Pe?¨®n de Gibraltar, se esconde el gran centro de datos inform¨¢ticos en el que se almacena la informaci¨®n de jugadores online e inversores de medio mundo y se repelen ciberataques con grandes escudos virtuales. Es la misma guarida desde la que Eisenhower plane¨® el desembarco angloestadounidense en el norte de ?frica, en el que la gran estrategia militar ha sido reemplazada por la econom¨ªa digital y globalizada.
Hoy, los datos de clientes de las Bermudas, de Bilbao o de Hamburgo alimentan servidores mastod¨®nticos, protegidos con espectaculares medidas de seguridad y encajados en el coraz¨®n de este antiguo t¨²nel militar cerrado al p¨²blico. Perteneci¨® al Ministerio de Defensa brit¨¢nico hasta 2008, a?o en que fue traspasado al Gobierno de Gibraltar, que lo alquil¨® poco despu¨¦s a una empresa para la gesti¨®n de datos.
Inmensas bobinas de cables y gruesas tuber¨ªas recubiertas de grasa jalonan este kil¨®metro de pasadizo. Forma parte de la extensa red de t¨²neles ¡ªunos 50 kil¨®metros¡ª que recorren los poco m¨¢s de seis kil¨®metros cuadrados de superficie que ocupa Gibraltar. Este es el ¨²nico que surca el Pe?¨®n de este a oeste y se ha convertido en una joya hist¨®rica. All¨ª se instal¨® un centro de comunicaciones aliado en la II Guerra Mundial. En las paredes de la sala de mandos a¨²n cuelgan mapas de la ¨¦poca.
El pasado convive ahora con la tecnolog¨ªa m¨¢s avanzada, que aprovechan las pujantes casas de apuestas digitales para asegurar sus ping¨¹es beneficios. Empresas de servicios financieros, comercio digital y de alta tecnolog¨ªa utilizan tambi¨¦n la guarida y el software que les proporciona Continent 8. Aqu¨ª guardan bajo siete llaves millones de datos de sus clientes, vigilados por c¨¢maras que graban a cualquiera que se acerque al recinto. Para acceder a cada habit¨¢culo hace falta, adem¨¢s del control biom¨¦trico con huella dactilar, una llave. En el interior, filas de armarios met¨¢licos repletos de cables albergan los servidores.
Adem¨¢s de guardar datos, Continent 8, ofrece tambi¨¦n armamento digital como sofisticados escudos capaces de repeler grandes ataques cibern¨¦ticos como los Ddos, que dejan fuera de servicio los servidores inund¨¢ndolos con informaci¨®n. Los ataques pueden tener motivaciones pol¨ªticas, criminales y tambi¨¦n econ¨®micas. Porque en la guerra comercial, todo vale. Bloquear el acceso de clientes de un rival econ¨®mico puede resultar una mina para sus competidores. ¡°Este tipo de ataques son extremadamente frecuentes¡±, explica un portavoz de la empresa por tel¨¦fono desde la Isla de Man. Asegura tambi¨¦n que solo en el primer cuatrimestre de 2015 han contabilizado 35.000 ataques de este tipo.
¡°Aqu¨ª guardamos todo. Las transacciones, el software, todo tal como exige la legislaci¨®n europea. Porque si hay un litigio y un tribunal nos reclama la informaci¨®n, puede venir aqu¨ª y extraer los datos¡±, explica Phill Brear, comisario del juego del Gobierno de Gibraltar, quien aclara que muchas empresas optan por instalarse en el Pe?¨®n, ¡°por razones fiscales¡±. El juego online representa en torno al 20% de la econom¨ªa de Gibraltar, que se reparten unas 30 empresas. Ruletas, p¨®quer, apuestas deportivas, bingo¡ las grandes compa?¨ªas del sector se han instalado en los ¨²ltimos a?os en Gibraltar, convirtiendo el Pe?¨®n en el para¨ªso del juego online.
Unos 3.500 empleados, la mayor¨ªa j¨®venes multiling¨¹es, trabajan en el sector del juego gibraltare?o. En Europort avenue, junto al puerto deportivo, se concentran la mayor¨ªa de los operadores. En uno de los edificios conviven hasta ocho de estas empresas que, en torno a las ocho de la tarde viven su hora punta. Es cuando los clientes llegan a su casa y se entregan al juego. En la empresa 32 Red, unos 60 empleados, que hablan por tel¨¦fono sin tregua, atienden las dudas de los clientes y tratan de detectar excesos de jugadores compulsivos.
La plantilla es internacional y la mitad vive en Espa?a y cruza a diario al Pe?¨®n, seg¨²n explica Ed Ware, director de la oficina. Los clientes son tambi¨¦n de diferentes pa¨ªses, pero con gustos nacionales. Si a los espa?oles les gusta el p¨®quer y a los italianos las apuestas deportivas, los brit¨¢nicos tienen querencia por el bingo y los europeos del este prefieren los juegos de casino. Unos y otros ignoran, sin embargo, que cuando teclean en su ordenador el n¨²mero de su tarjeta de cr¨¦dito, ese dato acabar¨¢ enterrado en un gran centro de operaciones de la II Guerra Mundial.
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