Un asesinato mal resuelto
Hoy se cumple el 40 aniversario del 'caso Garc¨ªa Ripalda': ni era terrorista, ni hubo juicio por su asesinato, ni el hombre al que le atribuyeron el crimen fue el culpable
¡°Jes¨²s Mari Garc¨ªa Ripalda (1952/5/12-1975/8/31). El d¨ªa 31 de agosto de 1975, en este lugar, el polic¨ªa franquista Lest¨®n le asesin¨® de un tiro a quemarropa en el vientre en una manifestaci¨®n contra las penas de muerte impuestas a Garmendia y Otaegui¡±. Este texto, encabezado por un ¡°te recordaremos siempre¡±, acompa?a la placa que desde 2013 recuerda, en la calle Padre Larroca de San Sebasti¨¢n (Gipuzkoa), al joven Jes¨²s Mar¨ªa Garc¨ªa Ripalda, asesinado por un agente de la brigada pol¨ªtico social del franquismo durante uno de los ¡°saltos¡± ¡ªque sustitu¨ªan a las manifestaciones prohibidas al final de la dictadura¡ª organizados por el Movimiento Comunista de Euskadi (EMK).
Garc¨ªa Ripalda, de cuyo asesinato hoy se cumplen 40 a?os, fue una de tantas v¨ªctimas mortales de los coletazos finales del franquismo. ¡°La total arbitrariedad e impunidad con que fue tratado su caso por la justicia franquista ha provocado unas secuelas que exigen la reclamaci¨®n de una memoria justa y la eliminaci¨®n de obst¨¢culos a la investigaci¨®n del pasado reciente¡±, seg¨²n exige Od¨®n Elorza, exalcalde socialista de San Sebasti¨¢n y diputado por Gipuzkoa. ¡°Estamos ante un caso en el que no hubo juicio, en el que el asesinado no era terrorista ni el asesino era al que se le atribuye, Lest¨®n¡±.
La tarde del 31 de agosto de 1975, Garc¨ªa Ripalda portaba una pancarta contra la petici¨®n de pena de muerte contra Garmendia y Otaegui, presuntos miembros de ETA. Lo acompa?aban unas 300 personas en uno de aquellos ¡°saltos¡± breves, que se disolv¨ªan en cuanto aparec¨ªa la polic¨ªa. Testigos de aquel ¡°salto¡± aseguran que un polic¨ªa de la brigada pol¨ªtico social le dispar¨® a los segundos de iniciarse, probablemente por ser el portador de la pancarta. Evidentemente, esos testigos nunca pudieron declarar.
Sin embargo, esa misma noche, seg¨²n ha conocido recientemente la familia de la v¨ªctima, declararon en el Gobierno civil, en San Sebasti¨¢n, s¨®lo tres polic¨ªas: Lest¨®n, que era el jefe de la unidad, y dos polic¨ªas que lo acompa?aban, Jos¨¦ Fern¨¢ndez Espejo y Miguel ?ngel Mu?oz Rodr¨ªguez.
El sumario se archiv¨® porque era asunto de terrorismo y el ¡°terrorista¡± ¡ªJes¨²s Garc¨ªa Ripalda¡ª hab¨ªa fallecido
La instrucci¨®n corri¨® a cargo de un juez militar del cuartel de Loyola porque Garc¨ªa fue calificado como ¡°terrorista¡±. Unos d¨ªas antes, el Consejo de Ministros franquista hab¨ªa reactivado la Ley de Bandidaje y Terrorismo de la etapa de postguerra. El juez de instrucci¨®n abri¨® un sumario que, d¨ªas m¨¢s tarde, envi¨® a la Capitan¨ªa General de Burgos con la petici¨®n de que lo archivara, dado que era un asunto de terrorismo y el ¡°terrorista¡± ¡ªGarc¨ªa Ripalda¡ª hab¨ªa fallecido.
Pocas semanas despu¨¦s, el 20 de noviembre de 1975, el mismo d¨ªa de la muerte del dictador Franco, la Capitan¨ªa General de Burgos archiv¨® el sumario, con lo que no hubo ni vista ni juicio, ni la familia de la v¨ªctima pudo personarse en el caso. Los tres polic¨ªas fueron destinados fuera de San Sebasti¨¢n y premiados. La familia Garc¨ªa Ripalda engros¨® la lista de v¨ªctimas de las arbitrariedades de la dictadura franquista.
Sin embargo, casi 40 a?os despu¨¦s, el caso ha resurgido. Los hijos de Lest¨®n enviaron, en 2014, una carta al exalcalde de San Sebasti¨¢n Od¨®n Elorza: aseguraban que su padre no asesin¨® a Garc¨ªa Ripalda; admit¨ªan que dirig¨ªa la patrulla, pero que el autor material de los disparos fue otro polic¨ªa. Le pidieron que mediara para reunirse con Cristina Garc¨ªa Ripalda, hermana de la v¨ªctima, para explicarle los hechos y realizar un ¡°gesto de reconciliaci¨®n¡±.
Una ¡°grave laguna¡± en la Ley de Transparencia
El exalcalde socialista de San Sebasti¨¢n Od¨®n Elorza cree que el caso revela el ¡°disparate¡± de una situaci¨®n en la que la ¡°justicia franquista¡± convierte a la v¨ªctima ¡°en culpable de terrorismo¡±. El diputado tambi¨¦n aprecia una ¡°grave laguna¡± en la Ley de Transparencia: al no amparar todav¨ªa el acceso p¨²blico a estos documentos ¡°permite el desconocimiento de tantas atrocidades¡±. Como consecuencia, ¡°por dignidad democr¨¢tica y recuperaci¨®n de la memoria¡±, Elorza anuncia una iniciativa en el Congreso para ¡°eliminar las barreras legales que impiden hacer p¨²blicos estos expedientes¡±.
En la carta se mencionaba la placa de la calle Padre Larroca, en la que se se?ala a Lest¨®n como autor del asesinato, y un contenido de la web del Ayuntamiento, en el que tambi¨¦n consta esa informaci¨®n desde que Garc¨ªa Ripalda recibi¨® la Medalla de Oro de la Ciudad en 2011. Fue una concesi¨®n que Elorza otorg¨® a todas las v¨ªctimas donostiarras del terrorismo etarra, del GAL y del franquismo. Un a?o antes, el Gobierno central hab¨ªa reconocido a Garc¨ªa como v¨ªctima policial.
Los hijos de Lest¨®n ped¨ªan la retirada del nombre de su padre de la placa y de la web. Seg¨²n dicen, le atribuyeron el asesinato a Lest¨®n porque era el ¨²nico polic¨ªa de la patrulla conocido por algunos testigos al compaginar su trabajo con clases de gimnasia en un centro escolar donostiarra.
Tras recibir la carta, Elorza pidi¨® pruebas a los hijos de Lest¨®n, quienes le remitieron al archivo militar de El Ferrol (A Coru?a), donde consta el expediente sobre el caso Garc¨ªa Ripalda. Elorza reclam¨® el expediente al archivo militar en su condici¨®n de diputado y, pese a ello, le fue denegada con el argumento de que no han transcurrido los cincuenta a?os reglamentarios para su desclasificaci¨®n. Lo consigui¨®, finalmente, por una v¨ªa ¡°alegal¡±.
Seg¨²n el expediente del archivo militar de El Ferrol, el asesino de Garc¨ªa Ripalda no fue Lest¨®n, sino otro de los polic¨ªas de la patrulla, Jos¨¦ Fern¨¢ndez Espejo. En el documento tambi¨¦n se explica el sobreseimiento de la causa ¡°por el fallecimiento de Garc¨ªa Ripalda con ocasi¨®n de los hechos que le ser¨ªan imputables por presunto delito de terrorismo¡±.
Los hijos del polic¨ªa acusado pidieron al alcalde que mediara con la familia de la v¨ªctima
El expediente aporta la versi¨®n policial que nunca pudo ser contrastada. ¡°Los tres polic¨ªas siguieron al grupo de 300 manifestantes por la calle Miracruz que portaban pancartas con propaganda subversiva, palos, con el fin de fijarse en los cabecillas. Pero al parecer el polic¨ªa Jos¨¦ Fern¨¢ndez Espejo fue reconocido por uno de ellos, que result¨® ser Garc¨ªa Ripalda, quien agredi¨® a dicho polic¨ªa soltando la pancarta y asiendo un barrote con las dos manos asest¨® un golpe al polic¨ªa y acto seguido esgrimi¨® una navaja con la que intent¨® continuar la agresi¨®n, por lo que el polic¨ªa sac¨® su pistola sin que eso amedrentara al agresor, quien soltando la navaja se enzarz¨® en una pelea cuerpo a cuerpo con ¨¢nimo de arrebatarle la pistola, siendo en esa lucha cuando se dispar¨® la pistola, causando la muerte de Garc¨ªa Ripalda¡±, se?ala el auditor militar.
Elorza califica de ¡°incre¨ªble¡± la versi¨®n del auditor militar, que recoge un ¡°un c¨²mulo de mentiras, en el cl¨¢sico estilo literario de la dictadura franquista, con el objetivo de lograr el archivo de la causa¡±. Cristina Garc¨ªa Ripalda ha sabido, casi 40 a?os despu¨¦s, que, seg¨²n el archivo militar de El Ferrol, el asesino de su hermano no fue Lest¨®n, sino otro polic¨ªa. Al no haber existido personaci¨®n de la familia en el caso, ignoraba todo lo ocurrido. Hoy se muestra esc¨¦ptica: ¡°No me creo nada de lo que aparece en ese expediente¡±.
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