Pueden perder

Artur Mas adelant¨® la semana pasada que un objetivo del 27-S es contar cu¨¢ntos catalanes est¨¢n por la autodeterminaci¨®n. El cabeza de lista de su candidatura, Ra¨¹l Romeva, complet¨® la idea diciendo que ese d¨ªa ¡°empieza el viaje a un lugar donde no hemos ido nunca; iremos una sola vez y no volveremos nunca hacia atr¨¢s¡±. El punto d¨¦bil de la autodeterminaci¨®n, su car¨¢cter irreversible, es as¨ª reivindicado como un m¨¦rito. Por eso pueden perder.

Romeva tambi¨¦n dijo que ¡°no votamos para reformar la Constituci¨®n espa?ola sino para hacer la de Catalunya¡±. Pero si el 27-S, aun habiendo muchos votos independentistas, no son suficientes para proseguir la ruta secesionista, la alternativa sobre la mesa capaz de aglutinar una mayor¨ªa ser¨¢ la de la reforma constitucional que abra paso a una autonom¨ªa reforzada. Lo cual determina una estrategia orientada a estimular la participaci¨®n de los millones de catalanes que se abstuvieron en la consulta del 9-N.

En el argumentario de campa?a de la lista independentista se contrapone su propia opci¨®n a ¡°la Espa?a de Aznar¡±. No es la primera vez que se utiliza al expresidente como s¨ªmbolo de lo que los catalanes rechazan. Pero no siempre fue as¨ª. El PP de Aznar pact¨® con CiU los apoyos que necesitaba en 1996 para entrar en La Moncloa. Y antes de eso, en la oposici¨®n, fue bastante abierto a reformas autonomistas.En su libro de 1994 Espa?a. La segunda transici¨®n, opinaba que ¡°la distinci¨®n constitucional entre nacionalidades y regiones revela la existencia hist¨®rica de dos tipos de comunidades que no puede desconocerse y con la que hay que contar forzosamente¡±. Por entonces se mostraba partidario de una reforma constitucional porque ¡°es mejor asumir el riesgo de no acertar que permanecer anclado en la perplejidad, reconociendo la existencia de un problema y resisti¨¦ndose a afrontarlo¡±.

Hace un mes, Rajoy consider¨® una ¡°magn¨ªfica¡± base legal para iniciar una reflexi¨®n sobre modificaciones en la Constituci¨®n el informe encargado por Zapatero al Consejo de Estado que entonces presid¨ªa Francisco Rubio Llorente. El texto suger¨ªa la necesidad de especificar qu¨¦ competencias del Estado no podr¨ªan ser transferidas en ning¨²n caso en aplicaci¨®n del art¨ªculo 150.2, que hab¨ªa sido utilizado para incluir en las reformas de algunos Estatutos competencias que en la Constituci¨®n figuraban como exclusivas del Estado. El PP vio en esa sugerencia la oportunidad para pedir que se paralizase la tramitaci¨®n del Estatuto catal¨¢n hasta que la reforma constitucional fijase las l¨ªneas rojas que no podr¨ªan desbordarse.

Para entonces, Rajoy ya hab¨ªa pedido oficialmente a Zapatero que retirase su encargo al Consejo tras una trifulca en la sesi¨®n de control del Ejecutivo celebrada el 16 de marzo de 2005 a cuenta de una conferencia de Rubio Llorente en la que hab¨ªa defendido la conveniencia de sustituir el t¨¦rmino nacionalidad por el de Comunidad nacional con un ¡°contenido cultural y no territorial¡±. Lo que fue calificado por Rajoy de ¡°disparatado¡±.